Después del “chupinazo”, acto en el que se lanza un cohete que anuncia a los Sanfermines y señal que la gente espera para anudarse el pañuelo rojo al cuello y comenzar el festejo, tanto hombres como mujeres corrieron frente a tres vaquillas y los más valientes entraron al ruedo.
“Me encanta la Pamplonada, soy nieta, hija y hermana de toreros, me gusta mucho esta fiesta, es divertida y más cuando se hace con los seres que quieres, porque de esta manera lo vives de una forma distinta”, mencionó Lucía Silveti, fundadora de una panadería, “lo importante de esta actividad es sentirse en confianza, pues de esta forma se pueden lograr grandes cosas”.
Entre los presentes, los que aún no han visitado la provincia de Navarra expresaron su deseo de ir a este destino para conocer de cerca la tradicional Pamplonada.
“Fue muy divertido correr y verlas atrás de uno a las vaquillas, llegar al corral y torearlas; definitivamente, lo volvería a hacer, me gustaría vivirlo en el festival de allá porque el ambiente es mucho más fuerte y es un espectáculo imperdible”, dijo el artista Daniel Azuara.
A pesar de que la lluvia se hizo presente por algunos momentos, los invitados no pararon y disfrutaron de una paella preparada al momento y de la música.