Paola Lazo: una líder inspiradora / Foto de Staff

Una trayectoria dedicada a defender los derechos humanos condujo a que Paola Lazo Corvera fuera nombrada en 2020 titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (SISEMH).
Es en esta institución que da continuidad a los objetivos por los que siempre luchó como activista feminista en colaboración con diversas organizaciones de la sociedad civil.
Como autoridad en la materia, y a propósito de que el Día Internacional de la Mujer se conmemorará dentro de cuatro días, en estas páginas comparte su definición del feminismo, pues piensa que actualmente existe confusión sobre tal concepto.
“Es la igualdad en el acceso a derechos, en el acceso a oportunidades, y en las posibilidades de desarrollo de todas las personas”, explica.
“La búsqueda de igualdad ha sido precisamente a partir de un análisis de la desigualdad. Empieza el pensamiento feminista a cuestionar por qué las mujeres no tenemos acceso a los mismos derechos, o a las mismas oportunidades, que los varones, y empiezan a problematizar”.
A tal descripción Paola añade un dato importante que la complementa.
“No solo es esta búsqueda de igualdad para las mujeres, sino también la búsqueda de que haya estos equilibrios en el acceso a oportunidades.
“Lo que se busca generar son condiciones de vida justas, condiciones de vida adecuadas, respetuosas, equitativas y no violentas para las mujeres, pero también para los varones. O sea, lo queremos para todas y para todos”.

El germen

Los padres de Paola, María Isabel Corvera y Alberto Lazo (q.e.p.d.), siempre inculcaron en sus seis hijos la importancia del trabajo, a la vez que procuraron educar de la misma manera tanto a sus dos niñas como a sus cuatro varones.
En congruencia con esto, Alberto buscaba espacios en los que todos sus hijos, sin importar su género, pudieran laborar durante sus tiempos libres a la par de los estudios.
Paola recuerda que fue durante su adolescencia que nació su interés por el pensamiento feminista y los estudios de género, ya que el hecho de producir sus propios ingresos le concedió la noción de que ella podía obtener las cosas sin tener que pedirlas a alguien más, una sensación que le resultó muy liberadora.
“Entonces empecé a cuestionar el uso del dinero”, dice Paola, “y cómo te daba independencia y autonomía para la toma de decisiones. Me empezó a alertar y a decir ‘a ver, aquí hay algo importante’. Y me di cuenta que no todas mis amigas, o no todas las chicas de mi edad, tenían esa posibilidad”.

Paola Lazo / Foto de Staff

Por otro lado, Paola percibió que sus amigos y galanes llegaban a sentirse raros porque ella trabajaba, al punto de que uno de sus novios optó por conseguir empleo a raíz de esto.
“Empecé a cuestionar este tipo de situaciones en donde se veían estos roles aprendidos”, explica Paola, “y lo que se esperaba de la mujer y lo que se esperaba del hombre. Y los cuestionaba sin contar con referentes teóricos, sino más bien empíricamente en la vivencia personal.
“Pero empezaba a preguntarme por qué. ¿Por qué estos mandatos están diferenciados? ¿Por qué a las mujeres nos dicen una cosa y a los hombres, otra? ¿Por qué los hombres se sienten incómodos con que yo gane dinero y él no?”
Cuando Paola tenía alrededor de 18 años de edad escuchó una conferencia de la antropóloga e investigadora mexicana Marcela Lagarde, una de las grandes representantes del feminismo latinoamericano, y después tuvo la oportunidad de participar en un taller con ella llamado La Mujer y el Dinero.
La joven tomó nota de todos los libros que recomendaba Marcela y comenzó a adentrarse en los estudios de género y en los tratados feministas.
“Y me empezó a parecer fascinante”, comenta Paola, “y me hacía mucho sentido. Muchas cosas que yo me preguntaba, empecé a ver que estaban reflejadas en la teoría. Y entonces fui diciendo ‘caray, es cierto que las mujeres nos tenemos que esforzar muchas veces más, o tenemos que trabajar más para lograr las cosas. O es verdad que el sueldo no es lo mismo para todas’.
“O por ejemplo, empezaba a darme cuenta de que a pesar de que nos habían educado de la misma manera en mi casa, lo que tenía que ver con los permisos y las salidas, a mis hermanos varones los dejaban más que a nosotras como mujeres”.

Modelos cercanos

A lo largo de su vida, Paola se ha encontrado con varias mujeres que la han inspirado, tanto en su familia como en el mundo profesional. La primera, por supuesto, es María Isabel Corvera.
“Admiro mucho a mi mamá”, confiesa Paola, “por su manera tan cercana de hacernos entender la realidad social y las dificultades sociales que había más allá del entorno privilegiado en que pudimos haber nacido y vivido”.
Y es que María Isabel siempre ayudaba a sus hijos a mirar lo que sucedía en otras colonias, pueblos y regiones, y los encaminaba a pensar en qué podían hacer para cambiar dichas realidades. Esto lo hacía de forma simultánea con su labor en obras de beneficencia.
“Y aunque a lo mejor tuvo una formación más asistencialista y de voluntariado”, aclara Paola, “que era lo que se enseñaba en su época, siempre el mirar cómo dar y cómo echar la mano, y cómo comprometernos, me hizo que de alguna manera sintiera que había un compromiso social importante en la vida que teníamos que combinar con cualquier otra cosa que hiciéramos”.

Paola con su hermana mayor, Marisa Lazo Corvera, en 1971. / Foto de Cortesía

Otra mujer que Paola admira muchísimo es Marisa Lazo, su hermana mayor. Comparte que son muy cercanas y que se quieren un montón, y que en lo personal a ella le ha impresionado cómo Marisa ha sabido emprender proyectos sin cambiar su esencia.
“Además”, añade Paola, “siempre busca cómo compartir lo que gana y lo que recibe. Es una mujer súper abierta siempre a escuchar otras ideas, y cuando me invitó a colaborar con ella en la Fundación Marisa, fue también muy lindo construir juntas toda la propuesta, y trabajar juntas y de la mano”.
María Elena Lazo de Urrutia fue otra mujer importante en la vida de Paola: era feminista y fue una de las fundadoras del Centro de Estudios de Género de El Colegio de México. Paola la recuerda como una tía admirable, alguien muy independiente y, sobre todo, muy solidaria con su esposo, ya que cuando él decidió dedicarse al arte, ella lo apoyó totalmente.
“Entonces para mí esas cuestiones que no eran típicas y comunes en las parejas que uno veía”, observa Paola, “que no eran convencionales, me hacían preguntarme y decir ‘bueno, hay muchas formas de ser pareja, hay muchas formas de ser mujer, hay muchas formas de solidarizarse en la pareja, en educar a los hijos’. Y entonces me abrió mucho los ojos mi tía Elena”.
Otra tía que Paola añade a su lista de figuras inspiradoras es Pinky Corvera de Charpenel, una mujer muy comprometida con el arte y su divulgación en el Estado, y que entre sus muchos proyectos destaca su ayuda para instaurar la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente.

Figuras admirables

En el ámbito profesional, Paola también ha tenido la fortuna de conocer a distintas mujeres que compartieron su feminismo de diversas maneras.
Tiene muy presentes a las personas que formaban parte de la Escuela de Aprender a Ser, sitio donde Paola trabajó cuando tenía 15 años. En esa institución, las madres de familia buscaban construir para sus hijos un modelo educativo que fuera más igualitario y equitativo.
Dentro del activismo, Paola conoció a María Martha Collignon Goribar, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I, y fue su tutora cuando hacía la tesis del doctorado.
“Fue para mí súper valioso trabajar y colaborar con ella”, recuerda Paola, “porque es de esas investigadoras que te tratan como igual desde el día uno que la conoces.
“A través de ella, sin que tenga que teorizar en torno a la teoría feminista, sus actitudes eran feministas. Esta idea de escribir y trabajar juntas de manera pareja, horizontal e igualitaria, para mí fue muy, muy valioso en mi formación académica”.

Presentación de la tesis doctoral de Paola en agosto de 2017. / Foto de Cortesía

Paola también admira a quienes pertenecen a los grupos y colectivos feministas, por la manera en que se organizan para tomar decisiones, participar y presentar denuncias.
“Todas me parece que son mujeres muy comprometidas”, dice Paola, “muy conscientes del lugar que ocupan en el medio en el que están, y del compromiso que tienen. Yo creo que es muy importante que sepamos dónde estamos paradas, y el lugar que ocupamos en ese momento en el que estamos”.

Esposa y madre

Paola está casada con Armando Beltrán y es madre de dos hijas: Julieta, de 24 años, y Romina, de 22.
“Yo creo que un reto grandísimo y muy hermoso ha sido el ser pareja, esposa y mamá desde un pensamiento feminista”, comenta.
Y es que, según ahonda Paola, la sociedad espera que sus integrantes tengan relaciones muy convencionales, donde el marido es el proveedor mientras la mujer se dedica más al hogar.
“Desde el día uno lo tenía muy claro”, recuerda Paola. “Yo la verdad es que sí me casé con esa claridad de que yo quería trabajar siempre, y de que también quería dedicarme a las dos cosas. No quiero que sea algo que me frene el poder construir esa ruta con el acompañamiento y el aprendizaje”.
Afortunadamente, Paola encontró en Armando una pareja muy valiosa, pues es alguien con apertura y disposición de cambiar su manera de ver y entender el mundo.

Apoyo familiar. Armando Beltrán, Romina Beltrán Lazo, Julieta Beltrán Lazo y Paola Lazo Corvera / Foto de Cortesía

Por otro lado, la crianza es otro asunto que llega con más retos.
“Educar a mis hijas desde una perspectiva de género cuando son chiquitas es muy fácil porque los niños y las niñas no discriminan, y no ven las cuestiones de manera desigual”, explica Paola. “Es cuando van creciendo que hay que educarlas en igualdad y darles las mismas oportunidades”.
Julieta y Romina estudiaron en el Colegio Huellas, que fue dirigido por Paola, y ahí pudieron aprender con el apoyo de un modelo coeducativo que las impulsó a crecer cuestionándose los roles de género, la equidad y la justicia.
“Para mí, lo que fue muy retador, pero que también ha sido muy placentero, es que conforme ellas van madurando, van creciendo a la par del pensamiento feminista”, afirma Paola.
Y es que su deseo de que sus hijas tengan los mismos derechos también ha traído consigo varios dilemas, y pone como ejemplo la vez que Romina, al convertirse en mayor de edad, le dijo que se quería ir a viajar por Asia un año.
“‘¿Cómo que tú sola en Asia?’, pensando sobre todo en la inseguridad, entonces fue un reto muy interesante, pero apoyarla e impulsarla ha sido para mí muchísimo aprendizaje. Y también todo lo que he podido aprender de la par con ellas ha sido muy valioso.
“Porque también están las cuestiones de la libertad en el uso de sus cuerpos en los ámbitos de la sexualidad y la estética. No se vale que teóricamente les digamos que sí son dueñas de su cuerpo, pero, por ejemplo, no queramos que se hagan tatuajes”.

Defiende derechos

Paola comparte que, actualmente, en el ámbito profesional enfrenta un reto muy importante y valioso, que es el de generar el cambio esperado en cuestión de los derechos de las mujeres, así como lograr el acceso de estas a una vida libre de violencia.
Añade que antes de ser titular del SISEMH se le hacía muy fácil exigir desde su posición de activista y académica, pero que ahora que está del otro lado, es a ella a quien se le debe pedir y señalar.
“Entiendo perfectamente las demandas”, expresa Paola. “Las necesidades sociales y las problemáticas tan fuertes que hay en relación a la agenda de género, a la violencia contra las mujeres, y la desigualdad, a las brechas económicas y salariales, que son cosas súper presentes y demasiado latentes.
“Y darme cuenta de que como institución tenemos la obligación de dar la cara, de responder, por supuesto, pero también de entender lo complejo que es responder institucionalmente, porque no depende nada más de una, sino que depende de recursos económicos, de cómo se gestionan, de hacer alianzas con otras dependencias, de que hay quien te apoya y quienes no.
“Y que además hay intereses políticos de por medio, o sea, son un montón de escenarios que solo había analizado teóricamente, pero no es lo mismo estar en la cancha teniéndolos que gestionar”.

Hablando sobre el programa Estrategia Ale, en 2020. / Foto de Cortesía

Es por esto que hoy en día Paola está aprendiendo a tender puentes de colaboración, ya que ella cree que la manera de generar los cambios es a través del apoyo mutuo, de convencer a otros de la importancia de la agenda feminista y de cómo beneficia tanto a varones como mujeres, todo esto de una manera justa, ética, moral, respetuosa y pacífica.

Grabando el podcast Hilando Fino con Susana Ochoa. / Foto de Cortesía

A futuro

Paola comparte qué desea que sea su legado para la sociedad:
“Me gustaría que se me reconociera como una mujer que fue coherente con lo que pensaba y lo que hacía.
“Como una mujer que trató siempre de ser incluyente, respetuosa y solidaria, primero que nada con las demás mujeres, pero también con todas las personas. Eso me gustaría mucho.
“Una mujer que buscó ir abriendo caminos para que más mujeres pudiéramos llegar a los espacios de toma de decisiones, a los espacios de poder, a las posibilidades de ser autónomas y ser independientes y tomar la decisión de nuestras vidas.
“Y ojalá que una mujer que contribuya no solo a la igualdad, sino también a la erradicación de las violencias. Sí, me gustaría que mi paso por esta vida contribuya a que la violencia hacia las mujeres disminuya.
“Que se fueran notando cambios en donde veamos que las mujeres no pierden la vida por el hecho de ser mujeres, y no son violentadas de esa manera, y no son violadas sexualmente, y no son agredidas, y no son consideradas un objeto sexual”.
“Me encantaría que pudiéramos ir generando estos cambios en nuestra cultura y en la formación. En cómo formamos a los niños y a las niñas, y a los chicos y a las chicas, para ir generando esas relaciones no violentas y mucho más armoniosas y mucho más felices para todas y para todos”.
“Entonces eso me gustaría. Que dijeran ‘sí se notó que pasó Paola por aquí, que sí dejó huella, que sí sembró cambios'”.

Paola Lazo / Foto de Staff

Camino recorrido

Del currículum de Paola destaca que cursó el Doctorado en Estudios Científicos-Sociales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), y la Maestría en Currículo y Enseñanza en la Louisiana State University (LSU).
Fue miembro del Consejo Directivo del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo A.C. (Cepad), del Consejo de la Fundación Marisa, y del Consejo Asesor del Programa para la Consolidación de la Ética Pública que desarrolla el ITESO.

Paola Lazo / Foto de Staff

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+ Twitter: @PaoLazoCorvera

Paola Lazo / Foto de Staff

Información: Carolina Herrera. Fotos: Staff y Cortesía