La relación que tiene con su papá, Roberto Zapata, está basada en el respeto y el amor; asegura que son como espejos, pues se parecen mucho en su forma de ser, aprenden el uno del otro y, constantemente, le menciona que al mirarla, ve reflejada su etapa de juventud.
Uno de los mejores consejos que le he dado es que nunca tenga miedo a ser diferente y estas palabras le han ayudado a quererse, conocerse, aceptarse y mantenerse fiel a sí misma y sus convicciones; además, durante los viajes que han realizado, ha aprendido mucho de él.
En su infancia, él le enseñó a andar en bici y montar a caballo; siempre estuvo a su lado para levantarse y seguir impulsándola en todos los aspectos de su vida.
Actualmente, debido a la pasión por el arte que ambos comparten, visitan museos, y, en ocasiones, pintan.