Aunque las autoridades no ven la urgencia de regular las alternativas sin humo, estas son cada vez más comunes a nivel mundial gracias a que usan menos sustancias dañinas o potencialmente dañinas para el cuerpo humano.
Por su concentración considerablemente menor de sustancias tóxicas, su apoyo para combatir el consumo de cigarro, su éxito en otros países y las opciones que brindan para los fumadores, su regulación es de suma importancia, pues esto lograría hacerlas más accesibles.
Razones para buscar la regulación
Te contamos algunas razones con evidencia científica para que se trate la regulación de las alternativas libres de humo:
* Concentran menos sustancias tóxicas: Según investigaciones, el mayor daño asociado al consumo de cigarro se da no por la nicotina, sino por la combustión. En este sentido, las alternativas producen menos sustancias tóxicas para el cuerpo.
* Disminuyen el consumo de cigarro: Países como Japón y Reino Unido, que son ejemplos de regulación, han demostrado que el uso de dispositivos como alternativa para los fumadores está asociado a la disminución del consumo del cigarro.
* Funciona en otros países: Algunas agencias de salud nacionales de países como Estados Unidos y Gran Bretaña han emitido estudios que muestran menores índices de toxicidad entre los usuarios de las alternativas libres de humo. Esto ha provocado que se recomiende la regulación y se evite la prohibición de su uso.
* Amplía opciones para fumadores: La regulación siempre es preferible ante la prohibición, pues así los cerca de 2 millones de usuarios de alternativas sin humo que existen en México pueden contar con información necesaria para tomar decisiones respecto a su consumo.
La realidad sobre las alternativas libres de humo
Aunque los avances tecnológicos han hecho que las alternativas reemplacen cada vez más al cigarro tradicional, todavía existe desinformación sobre las alternativas de consumo de nicotina y tabaco.
Una de las mayores diferencias es que las alternativas libres de humo funcionan sin combustión, lo que hace un gran diferencia si tomamos en cuenta que cuando se enciende un cigarro el tabaco se quema y la combustión genera humo, lo que produce cerca de 6 mil sustancias químicas.
Otra diferencia importante es que el consumo de algunas alternativas libres de humo no afecta negativamente la calidad del aire en espacios cerrados, por lo que los fumadores pasivos pueden no verse afectados.
Vale la pena diferenciar también entre los vapeadores y los calentadores de tabaco, pues desde su concepción son dispositivos diferentes: los vapeadores producen vapor y entregan nicotina con cápsulas de líquido, mientras que los calentadores, aunque sí utilizan nicotina y tabaco, evitan la combustión.