José Quintanilla
*El autor es gestor cultural y miembro del equipo organizador de la Cátedra Alfonso Reyes desde su fundación.

De las nueve décadas que celebra hoy Elena Poniatowska, las últimas tres prácticamente ha estado “avecindada” en territorio regiomontano.

1992

A invitación de Difusión Cultural de la UDEM, comandada en ese momento por Roberto Villarreal, la escritora aceptó venir días después de su cumpleaños 60, en mayo de 1992. La cita fue una charla en torno el V Centenario del Encuentro de Dos Mundos y también ofreció un diálogo con el público en Palacio Municipal a insistencia de la entonces Subsecretaría de Cultura de Nuevo León.

1994

Dos años después aceptó la Compresencias que le propuso Gerardo Maldonado en el Tec, donde Patricia Reyes Spíndola leyó fragmentos de Hasta no verte, Jesús mío.
 
Un pequeño grupo de monjas, pensando en la beatitud del título, llegaron con sus boletos al Auditorio Elizondo. Al arrancar la función y ver que el contenido no era lo místico que ellas y su conciencia esperaban, discretamente abandonaron el recinto, con una Elena católica que se ruborizó por ello, pero a la par divertida y delatada por su mirada pícara.

1999

La Feria del Libro del Tec de Monterrey decidió que, para la edición de 1999, el domingo de cierre fuera el encuentro de ella con sus lectores.
 
“Cierra Poniatowska con broche de oro”, consignó la portada de la sección Vida de EL NORTE al día siguiente. Años antes de que saliera a las calles con la intensidad que conocemos recientemente, Elena ya defendía vehementemente el papel de la mujer. En ese momento, venía brava para cumplir el compromiso de hablar de “La mujer en la literatura del Siglo 20”:
“¿Ustedes han visto en el zoológico a las leonas, ésas que se mantienen atrás lamiéndole a su pata una invisible espina, esas que parecen gatos callejeros, escaldados y pelones? Bueno, pues ésas son las escritoras latinoamericanas, las leonas del zoológico, feas, opacas, las que están detrás del león”, dijo frente a su público que no dudó en ovacionarla.
“Las escritoras latinoamericanas venimos de países muy pobres, muy desamparados, nuestra pobreza no es la del indigente: la pobreza en América Latina es la de la indiferencia”.
Y agregó: “A fin de cuentas, todas las escritoras buscan ser dueñas de su propia vida y su propio cuerpo”.
A la salida, gustosa y radiante, firmó por horas acompañada por una botellita de agua.

2001

Dos años después, regresó a la Feria regia galardonada con el Premio Alfaguara 2001 por La piel del cielo. Sonreía, como siempre, pero le costaba más trabajo hacerlo.
Llegó triste. Guardaba todavía luto por doña Paula, su madre, fallecida seis meses antes.

2005

La quinceañera celebración de la Feria, edición 2005, estuvo dedicada a ella, presente en la inauguración, diminuta entre los rectores.
“Es un gusto enorme estar en Monterrey, porque por ejemplo don Alfonso Reyes era de esta ciudad y yo lo quise mucho, siempre lo entrevisté. Escribió poemas muy bonitos sobre Monterrey, pero además él estuvo muy enamorado de mi tía, Pita Amor”, contaba con la confianza de quien se siente como en su casa.
A la pregunta de uno de los asistentes, en su charla prometió: “Sí me voy a cuidar y no me voy a morir”.

2007

En el marco del Fórum Universal de las Culturas, en su agenda feriera 2007 se dio tiempo para visitar Parque Fundidora y las imponente esculturas de los migrantes del oaxaqueño Alejandro Santiago. Regresó despeinada del recorrido, secuela del viaje ene l carrito de golf que la llevó por el parque junto con la directora editorial de Alfaguara en ese momento, Marisol Schulz.

2008

Como parte de la Cátedra Alfonso Reyes, en la Feria 2008, ante nuevos jóvenes que crecían y llegaban a engrosar las filas de sus fans, presidió el diálogo “Ciudad de México como escenario de lucha social”. En ceremonia especial recibió el Premio a las Humanidades y Ciencias del Tecnológico de Monterrey.
Socarrona incorregible y en total complicidad con su público dijo divertida: “Me felicito por ser la primera mujer que recibe este premio”.
Antes que ella, la lista de galardonados era territorio varonil: Gabriel García Márquez, Néstor García Canclini, José Emilio Pacheco, Fernando del Paso y Jorge Bustamente.
Su discurso tuvo matices proféticos cuando afirmó “Creo que Monterrey va a ser, y en cierta manera, Nuevo León ya es un estado imprescindible en la cultura, como lo fue don Alfonso Reyes”.

2010

La UNAM fue invitada de honor en la Feria 2010 y la agenda de Elena de ese año fue en el Coloquio sobre Borges, donde salió su vena periodística al rememorar la experiencia de entrevistarlo.

2013

Otros retornos de la Poni han sido, con llenos totales siempre, en charlas y presentaciones de libros en la UANL, en el Museo Marco, en la Casa de la Cultura de Nuevo León y en espacios de Conarte.

2020

La temporada de celebraciones en torno a sus 90 cumpleaños que se celebran hoy ya lleva semanas y se extenderá hasta el próximo octubre cuando regrese a la Feria Internacional del Libro, que siempre le ha recibido con sus páginas abiertas, para rendirle un merecido homenaje.
Y al acompañarla confirmaremos que, pese al acta de nacimiento, Elena Poniatowska no tiene edades.