¿Qué ocurrió?

El fin de semana, un grupo de hackers llamado DarkSide realizó un ataque de ransomware, una especie de ciberextorsión, a la empresa Colonial Pipeline, que controla el mayor ducto de combustible del país. La empresa ya anunció que este mismo miércoles empezó a reactivar el ducto, pero tardará días en volver a la normalidad.

Sin embargo, ante los anuncios de un posible desabasto, los estadounidenses acudieron en los últimos días a realizar compras de pánico.

Ante una escasez creciente, una docena de estados, desde Florida hasta Virginia, declararon el estado de emergencia, lo que aumentó la sensación de pánico entre los consumidores, que acudieron en masa a las estaciones de servicio con latas de combustible y otros recipientes. 

¿Las compras están justificadas?

Los expertos dicen que la reacción es desproporcionada, aunque existe la posibilidad de que el ducto no vuelva a estar en pleno funcionamiento al final de la semana.

El petróleo y la gasolina están ahí. Podemos bombearlo manualmente, podemos transportarlo en camión y el gobierno y otras entidades pueden contratar barcos. Y tenemos petróleo en inventarios”.

Los funcionarios de los estados con las líneas de gas más largas piden calma. “Insto a todos a tener cuidado y paciencia”, dijo el fiscal general de Carolina del Sur, Alan Wilson.

¿Por qué es tan imporante ese ducto?

Colonial Pipeline, con sede en Alpharetta, Georgia, es uno de los más grandes de los Estados Unidos. Puede transportar aproximadamente tres millones de barriles de combustible al día a más de 8 mil 800 kilómetros de Houston a Nueva York. Sirve a la mayoría de los estados del sur y se ramifica desde la costa atlántica hasta Tennessee.

El ducto empezó a construirse en los años 60, con las compañías petroleras más grandes, incluidas Phillips Petroleum, Sinclair Pipeline y Continental Oil. En la actualidad, Colonial Pipeline es propiedad de Royal Dutch Shell, Koch Industries y varias empresas de inversión nacionales y extranjeras.

El ducto es muy usado ante el declive de las refinerías en el país. Esto se debe a la doctrina de “independencia energética” que inició Richard Nixon y se convirtió en política de la Casa Blanca. A medida que la exploración y la producción de esquisto se dispararon a partir de 2005, las refinerías de la costa del Golfo tuvieron fácil acceso al gas natural y al petróleo producido en Texas, lo que provocó que las refinerías dejaran de ser rentables en varios puntos de la costa.

¿Cómo fue el ataque?

El grupo responsable del ataque a la tubería, DarkSide, generalmente bloquea los datos de sus víctimas mediante cifrado y amenaza con liberarlos y hacerlos públicos a menos que se pague un rescate. Al parecer, el grupo mantuvo como “rehén” 100 gigas de información que amagó con liberar al público. El FBI, a través de su cooperación con compañías privadas, logró desactivar el servicio donde estaba la información y al parecer no había sido copiada.

Colonial Pipeline no ha dicho si ha pagado o tiene la intención de pagar un rescate, sin embargo, fuentes dijeron al Washington Post que no pensaban hacerlo.

¿Qué ha hecho el Gobierno?

Varios gobernadores han declarado estados de emergencia en los últimos días para tratar de contener la creciente crisis, incluido el Gobernador Ron DeSantis de Florida, quien activó la Guardia Nacional del estado el martes por la noche.

El Presidente Biden ha estado involucrado en la gestión diaria de la crisis. Es la primera vez durante su administración que un ataque de ransomware ha causado un cierre tan significativo, y es un episodio que él ve como una ilustración vívida del estado deficiente de la infraestructura estadounidense, el foco de sus propuestas de gasto en el Congreso.

El Gobierno federal almacena millones de galones de petróleo crudo y productos refinados para emergencias. Las refinerías pueden importar petróleo de Europa, Canadá y Sudamérica, aunque la carga transatlántica puede tardar hasta dos semanas en llegar.

¿Qué implicaciones tendrá?

El problema actual del oleoductos es grave por sus implicaciones en la seguridad nacional a pesar de que el sistema de suministro de combustible del noreste es flexible y resistente.

El Presidente, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para reforzar las estructuras de otros ataque similares.

Esto no es un extra, esto no es un lujo, esto no es una opción. Esto debe ser clave en la manera en que reforzamos la seguridad de la infraestructura fundamental''.