Este martes 6 de agosto, previo a las competencias de aguas abiertas (a celebrarse el miércoles 7 en la modalidad femenina; y jueves 8, para la masculina), los organizadores de París 2024 cancelaron nuevamente los entrenamientos en el Río Sena.

Esta situación ya había ocurrido desde el pasado 30 de julio, cuando en la antesala del triatlón, los competidores no tuvieron oportunidad de reconocer el espacio, e incluso, las contiendas varoniles fueron aplazadas en busca de que las condiciones meteorológicas ayudaran a neutralizar la contaminación.

Y es que los niveles de las bacterias fecales E.coli y Enterococcus por encima de los límites exigidos por los organismos deportivos es lo que, nuevamente, enmarca la contingencia del agua. De acuerdo con la última actualización, dictada a través de un comunicado de World Aquatics y el COI este 6 de agosto, se dio a conocer que “una de cada cuatro lecturas de bacterias en el río aparecen en números rojos”.

Los efectos de la intransigencia y el no querer cambiar la sede de las contiendas programadas en este lugar, ya han tenido serias consecuencias. Por ejemplo, la participación de Claire Michel, representante de Bélgica, fue cancelada, pues se reportó que contrajo una infección por E.coli debido al nado que realizó el pasado 31 de julio en triatlón, por lo que tuvo que ser hospitalizada.

Ahora, en el calendario se acercan los encuentros de nado en aguas abiertas, programados para el miércoles 7 de agosto para la categoría femenil, y jueves 8 para la varonil, a realizarse también en el Sena.

Las heces fecales, el problema de raíz

La polución en el Sena nació en el Siglo 19, momento en el que, debido al rudimentario sistema de desagüe (entre ello, un limitado número de alcantarillas), el río se convirtió en la vía más efectiva para dar salida a las aguas negras de París.

Con el paso de las décadas y el acelerado crecimiento poblacional, también aumentó su deterioro. Pero, a través de los años y en el constante seguimiento a su condición, se ha dado a conocer que el inadecuado tratamiento de la materia fecal es el principal inconveniente para su desintoxicación.

Un ícono incómodo

Llegada la mitad del Siglo 20, se instauró el primer sistema de saneamiento en la capital, pero en 1970 aún más de la mitad de las aguas residuales sin tratamiento seguían siendo vertidas al Sena.

“La calidad del río es más que mediocre, sobre todo aguas abajo del área metropolitana de París, donde el nivel de oxigenación es extremadamente bajo. Serán necesarios más de cuarenta años, desde 1970 hasta hoy (2017), para cambiar radicalmente el aspecto del saneamiento en la región de Isla de Francia”, describe de forma introductoria el libro “Evolución de la calidad del Sena ligada al progreso en materia de saneamiento”, publicado por el Servicio Público de Saneamiento en la región Ile de France, instancia que en este texto hace una revisión histórica y de diagnóstico sobre las mejoras para la descontaminación del agua.

Baños a la orilla del sol

Aunque fue en 1923 cuando se prohibió de manera definitiva el nado en el Sena, esto no siempre fue así. Durante los años 1600 (es decir, en el Siglo 17), era común que las personas se sumergieran en el Sena, una costumbre que paulatinamente fue desmotivada hasta llegar a la prohibición total, en 1783, por presuntas faltas a la moral. Aún así, para la celebración de los Juegos Olímpicos de 1900, celebrados también en París, se dispuso que las contiendas de natación se llevarían a cabo dentro del río, pues ya estaba consolidado su carácter icónico.

Finalmente, debido al tránsito constante de diversas embarcaciones y, entonces sí, por razones de salubridad, se prohibió su uso con fines recreativos de manera definitiva.

Una broma del destino

Paradójicamente, en la postulación que Francia entregó al COI para ser el país anfitrión de los Juegos Olímpicos 2024, ofreció como destacadas las actividades deportivas que organizaría en torno al Río Sena. Por esta razón, una vez elegidos, y previo al inicio de las justas olímpicas, el gobierno de la ciudad emprendió un proyecto de saneamiento, el cual tuvo un costo de mil 400 millones de euros.

Pero, un mes antes de que iniciara el encuentro deportivo, las autoridades no tenían claro si era preciso permitir el uso de las aguas para las competencias. Por esta razón, desde el 29 de mayo, diariamente Eau de Paris (instancia que gestiona los servicios de agua potable de la ciudad) ha realizado pruebas en laboratorio para medir la contaminación del Sena.

Boicot fecal

A modo de protesta por la inversión que el gobierno de Emmanuel Macron destinó para “limpiar” el Sena, a menos de 40 días de que se inaugurarán los Juegos Olímpicos, la ciudadanía francesa llamó a protestar defecando directamente en el río, un acto difundido a través de redes sociales y que fue bautizado con el hashtag #JeChieDansLaSeineLe23Juin, que significa: “Yo defequé en el Río Sena el 23 de junio”.

Sin embargo, el evento no fue realizado con éxito. Y para contener las demandas, el 17 de julio, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, realizó una inmersión en el río con el fin de demostrar su inocuidad.

Su origen mitológico

Este lugar posee un ancho que va de los 30 hasta los 200 metros, siendo el segundo río más extenso de Francia, con 777 kilómetros de longitud, de los cuales sólo 13 cruzan por la capital. Su caudal nace en en la meseta de Langres, en la Costa de Oro, Borgoña, y termina su curso en Normandía, donde se une al Canal de la Mancha. Su profundidad oscila entre los tres y seis metros.

El nombre del río viene de Secuana (o Sequana), diosa de origen Celta, aunque resignificada con la romanización del territorio galo, y cuyos vestigios (al parecer los pocos que se edificaron para su culto) fueron encontrados en el nacimiento del Sena, en Borgoña; de ahí que se bautizó en honor a esta divinidad.

¿Por qué no cesa la contaminación?

Ahora, a propósito de esta edición de los Juegos Olímpicos, se ha tratado de corroborar las razones por las que en los intentos de sanidad no mantienen los resultados positivos anhelados.

De acuerdo con el portal especializado The Conversation e investigaciones académicas y periodísticas, en junio pasado se detectó la presencia de amoniaco, así como ácido trifluoroacético, resultado de residuos industriales, un elemento presente en diversos ríos europeos.

Y si bien se ha intentado perfeccionar los sistemas de tratamiento de aguas residuales, se presume que sólo el 1.6 por ciento de estas instalaciones están equipadas con un tratamiento desinfectante.

Información: Nayla V. Magaña 

Edición: Rodolfo G. Zubieta

Fuentes: Le Monde, huffingtonpost.fr, Le Figaro, 24heures.ca, eau-seine-normandie.f, bfmtv, paris.fr,nationalgeographic.fr, X, theconversation.com, Nice Matin, Les Echos, Gaceta UNAM

Fotos: AP, AFP, Xinhua, Archivo REFORMA, Especial, Cortesía y redes sociales

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