Las tensiones entre Rusia y Ucrania repuntan con un importante despliegue militar ruso en la frontera y nuevos enfrentamientos entre los separatistas prorrusos y las fuerzas de Kiev, que ha solicitado ayuda a los occidentales.

Combates con los separatistas

Las fuerzas de Kiev mantienen una guerra desde 2014 contra los separatistas prorrusos que tomaron el control de territorios en el este ucraniano.

En 2014, Rusia se anexó la península de Crimea en 2014. 

Tras intensos combates que provocaron más de 13 mil muertos, el conflicto disminuyó en intensidad desde 2015 y el último alto el fuego, decidido el año pasado, en general se respetó. 

Pero, a principios de 2021 hubo un rebrote de violencia, principalmente combates con mortero y artillería, en que murieron al menos 29 soldados ucranianos, contra 50 en todo 2020.

Moscú despliega sus tropas

Paralelamente, Kiev acusó a Moscú de desplegar a unos 83 mil soldados en la frontera, la mitad de ellos en Crimea, península anexada por Rusia en 2014. 

Rusia no desmintió el despliegue, pero insistió en que “no amenaza a nadie” y, en cambio, denunció “provocaciones” ucranianas. 

El pasado martes, el Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, confirmó el envío de tropas al oeste y sur del país, y afirmó que es una respuesta a actos amenazantes de la OTAN.

Shoigú afirma que las tropas desplegadas durante las últimas tres semanas realizan “ejercicios militares”, que durarán aún dos semanas. 

Dos analistas militares rusos entrevistados por AFP, Vassili Kashin y Alexandre Goltz, consideraron que estas unidades cuentan con unos 100 mil soldados. 

Washington señaló esta semana que nunca hubo tantas tropas rusas desplegadas en las fronteras con Ucrania desde 2014.

Los occidentales con Kiev

Los aliados occidentales de Ucrania han demostrado su apoyo a esta ex república soviética, que aspira desde 2014 integrar la OTAN y la UE. 

Estados Unidos y los europeos advirtieron a Moscú contra cualquier ataque, en tanto las fuerzas estadounidenses en Europa han aumentado su nivel de alerta. 

La última señal de apoyo hasta ahora, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, solicitó el martes a Rusia que repliegue su refuerzo militar en las fronteras cercanas a Ucrania, el cual acusó de “injustificado”.

Ésta, no obstante, exhorta a Occidente a brindarle apoyo “práctico” más allá de palabras. El Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió acelerar la adhesión de su país a la OTAN.

¿Por qué ahora?

Los expertos presentan varias posibles razones para esta escalada. 

Numerosos observadores creen que tanto Moscú como Kiev están probando al nuevo Presidente estadounidense, Joe Biden, para constatar qué tan dispuesto está a ayudar a Ucrania y desafiar al Kremlin. 

Otros analistas estiman que Rusia quiere enviarle un mensaje a Ucrania, que impuso recientemente sanciones a uno de sus diputados prorrusos, Viktor Medvedshuk, cercano a Vladimir Putin, y prohibió tres cadenas de televisión vinculados a él.

Otros piensan que el Kremlin quiere provocar un impulso patriótico entre los rusos antes de las elecciones legislativas de septiembre. El principal opositor ruso, Alexéi Navalni, está encarcelado, pero el partido oficial, Rusia Unida, es muy impopular.

¿Hacia la guerra?

Los expertos coinciden en que, por ahora, es poco probable una invasión rusa a Ucrania, pese a las tensiones particularmente fuertes. 

Hay un nuevo mínimo en las relaciones entre Rusia y la OTAN (...) el peor momento desde el fin de la Guerra Fría"

La retórica de Moscú es extraordinaria, no la habíamos escuchado tan intensa desde 2014 y la anexión de Crimea"

Pese a que las negociaciones de paz podrían constituir una solución, los esfuerzos de mediación de Francia y Alemania han producido pocos avances en los últimos años. 

Tampoco parecen previstas nuevas conversaciones: Zelenski aseguró haber enviado a fines de marzo una solicitud para reunirse con Putin, sin obtener respuesta.