Aprendizaje de vida
Cuando Carlos Mainero estudiaba la carrera de Derecho, recibió una sugerencia: entrar a un despacho jurídico para ganar experiencia.
En séptimo semestre, uno después de haber realizado una estancia en la Universidad de Navarra, España, buscó hacerse de un lugar en White & Case México.
“Fui a las entrevistas, resultó que me fue bien y me contrataron como pasante”, relata el ahora socio en el área de Mercados de Capital del despacho referido.
“Una vez ahí me di cuenta que la vida en el despacho es mucho más amplia de lo que ves en la universidad y que es un espacio para seguir aprendiendo por el nivel de especialización de los asuntos”.
El mayor reto al que se enfrentó el egresado de la UP fue compaginar sus estudios con sus labores en el bufete.
Al concluir su carrera y titularse, fue ascendido a asociado de tiempo completo. Tras cinco años en el despacho, decidió estudiar un posgrado.
“Yo sabía que estudiar o especializarme en los asuntos que veía en el día a día me iba a ayudar y me iba a dar las herramientas para seguir creciendo”.
Mainero optó por cursar en Estados Unidos la maestría en Derecho Bancario y Financiero de la Universidad de Boston, institución que le confirió una beca del 50 por ciento.
Dicho apoyo se complementó con el otorgado por su despacho; pudo dedicarse a sus estudios durante un año completo.
“Si cumples con los requisitos de rendimiento, el despacho te ayuda económicamente para la maestría”.
Al concluir, indica, existieron las condiciones suficientes para integrarse temporalmente a las oficinas del despacho en Nueva York.
“Pude ver cómo se da la práctica del derecho en otros lugares en términos de calidad, visiones y tiempos de respuesta”.
Profesionalización sin fronteras
El anhelo de incidir a nivel nacional y de contribuir de forma positiva con la sociedad no sólo motivó a Fernanda Gómez Balderas a cursar la carrera de Derecho en el CIDE, sino también a seguir mejorando su perfil profesional con posgrados.
Por eso, la joven de 29 años se prepara para irse a cursar la maestría en Social Science of the Internet en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, con el apoyo del Fondo para el Desarrollo de Recursos Humanos (FIDERH).
A decir de Gómez Balderas, dicho posgrado le permitirá ahondar en temas de su interés como políticas públicas enfocadas en temas de tecnología y privacidad, acceso a la justicia, violencia digital y de género, libertad de expresión en ámbitos digitales e implicaciones sociales del internet.
Además, agrega, será un complemento a su Master of Laws en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, a sus estudios actuales en Economía por la UNAM y su experiencia laboral previa al frente de la Unidad General de Igualdad de Género de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y como miembro de la Cyberlaw Clinic de Harvard.
Al finalizar el programa en territorio británico, la ex becaria Fulbright-García Robles tiene previsto desempeñarse laboralmente en EU o RU para afianzar sus conocimientos antes de volver a México.
“Me veo trabajando haciendo temas de política en alguna consulta, en algún think tank o alguna empresa”, comenta.
“Tener estas universidades top en mi currículum, haber tenido un puesto directivo en la Suprema Corte junto al desarrollo y fortalecimiento de habilidades de liderazgo y gestión de equipos me permiten aspirar a nuevas opciones, nuevos trabajos”.
Aboga por los migrantes
En el País se requiere una licenciatura en Derecho y cédula profesional para ejercer esta profesión. En Estados Unidos, primero hay que estudiar una carrera en cualquier área para postularse a una escuela de Derecho y así obtener el grado de Juris Doctor (J.D.), equivalente a un doctorado en Derecho, según la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense.
Efrén C. Olivares, quien a los 13 años emigró con su familia a Texas, estudió la carrera de Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Pensilvania. Antes de concluir, aplicó a las mejores escuelas de Derecho, entre ellas las de Columbia, Georgetown, Harvard y Yale.
Varias casas de estudio lo aceptaron, pero optó por la Escuela de Derecho de Yale porque cada generación es pequeña y está bien evaluada en los rankings universitarios.
Una vez que consiguió su licencia, Olivares se dedicó al arbitraje comercial internacional en un despacho de abogados; sin embargo, su mayor interés era la defensa de los derechos humanos, así que transitó a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y luego a una ONG texana.
Ahora es el director jurídico adjunto del Proyecto de Justicia Migrante del Centro de Leyes de Pobreza del Sur. Su labor es defender a migrantes que experimentan abusos y discriminación por empleadores o autoridades.
“Es común para los trabajadores del campo y de otras industrias que no les paguen, que los amenacen con echarles la migra. Eso es ilegal”, añade.
En julio publicó “My Boy Will Die of Sorrow”, libro de reflexiones sobre la experiencia de ser migrante.
“Fui el primero en mi familia en estudiar una carrera y el primer abogado. Mi propia experiencia es la que me ha traído a estos temas”.
Hace carrera en el País
La abogada brasileña Daniela Pérez Crejoinas, quien habla español e inglés además de portugués, encontró en México nuevas oportunidades de empleo.
“Si uno quiere aplicar a un puesto en otro país, hablar distintos idiomas es fundamental”, cuenta la egresada de la licenciatura en Derecho en el centro universitario Faculdades Metropolitanas Unidas.
A través de un posgrado de 2 años en la Pontificia Universidad Católica, en Río de Janeiro, Pérez Crejoinas decidió profundizar sus conocimientos en derecho laboral. Además, tomó diversos cursos en derecho empresarial y derecho sindical en la Fundação Getulio Vargas.
“Siempre me enfoqué mucho en temas y materias laborales, y cuando salí de la universidad también tomé un curso de un año en derecho civil”, platica.
Para actuar como abogada en Brasil, Pérez Crejoinas requirió aprobar una prueba nacional en Derecho.
“No fui aprobada la primera vez (que presenté el examen) porque la verdad, cuando me gradué (en 2005), era una prueba bastante difícil”, comparte.
“Era muy común graduarse y hacer un curso preparatorio para obtener la aprobación en la Orden de Abogados de Brasil”.
A su parecer, su experiencia profesional y especialización en temas laborales le ayudaron a abrirse paso en territorio mexicano.
“Fui muy afortunada porque llegué a México muy apoyada por la compañía en la que trabajaba. A cualquier otro abogado que viene a buscar una oportunidad, pudiera resultarle complicado”.
A quienes deseen vivir una situación laboral similar, Pérez Crejoinas les recomienda hacer carrera en empresas trasnacionales y conseguir el empleo desde el país en el que radican.
Con información de Abel Vázquez, Tonatiúh Rubín y Ana Gabriela Rezc.