El megaproyecto, entonces valuado en 800 millones de dólares, nunca vio la luz; de la idea lo único que quedó fue el estadio, ahora santuario de Las Chivas, que se inauguró en 2010.

El Centro Jorge Vergara Cabrera, nombrado así en honor al padre del empresario Jorge Vergara, estaría dispuesto en un terreno de mil 200 hectáreas y contaría con un museo de arte contemporáneo, un centro de convenciones, un recinto ferial, un centro comercial y de entretenimiento, un complejo de oficinas, un museo para niños, un hotel, una institución de educación superior, un anfiteatro y un palenque, unidos por un plan maestro diseñado por Ten Arquitectos, la firma del reconocido arquitecto mexicano Enrique Norten. 

La idea original del fundador de Omnilife y presidente de Las Chivas, Jorge Vergara (fallecido en 2019) vino de su experiencia en el Museo Guggenheim de Bilbao, que en su primer año de operaciones convocó a medio millón de visitantes. “Si eso hizo un museo, me pregunto qué podrán hacer 10 edificios proyectados por los más importantes arquitectos del mundo“, dijo el empresario durante la presentación del proyecto hace más de 20 años. 

El proyecto contaba con la participación de algunos de los mejores arquitectos del momento y ganadores del Premio Pritzker, considerado el Nobel de la disciplina, entre ellos Zaha Hadid, Toyo Ito y Thom Mayne. Estaban también involucrados Carme Pinós (foto) Wolf Prix, Jean Nouvel y Daniel Liebskind y los mexicanos Enrique Norten y Teodoro González de León. 

Uno de los grandes atractivos del complejo era la obra del reconocido japonés Toyo Ito, creador de una estética única reconocida en todo el mundo. El arquitecto diseñó el Museo de Arte Contemporáneo, que tendría un área construida de 9 mil 777 metros cuadrados. 

El Centro de convenciones y Exposiciones, a cargo de Ten Arquitectos, estaría en una superficie total de 33 hectáreas, en donde podrían estar simultáneamente más de 35 mil personas. 

El Museo de los Niños se alzaba con una estructura circular ideada por el arquitecto estadounidense Philip Johnson (fallecido en 2005) y estaría ubicado en las cercanías de un lago artificial. 

El proyecto cambió varias veces de disposición y presupuesto a lo largo de los años. Se incluyó el Estadio Omnilife(foto), pero poco a poco la construcción del complejo se fue apagando, hasta que en 2012 se aceptó que ya no se continuaría con el plan inicial, que habría una renovación hacia el Complejo Boreal, que nunca vio la luz. 

El único edificio que se construyó en ese terreno, ubicado en la zona de El Bajío, sobre Avenida Vallarta y Periférico es el Estadio ahora conocido como Akron, que requirió una inversión de 200 millones de dólares. Abrió sus puertas en el verano de 2010, con capacidad para más de 45 mil personas.