¿Qué es el Estado Islámico-Khorasan?

Imagen obtenida por la ONG SITE Intelligence Group de un grupo de ISIS-K en 2017.

Meses después de que el EI declarara un califato en Irak y Siria en 2014, antiguos talibanes pakistaníes le juraron lealtad y se unieron a otros militantes en Afganistán para formar un capítulo regional.

La dirigencia central del EI reconoció formalmente al grupo un año después de que se instalara en el noreste de Afganistán, en las provincias de Kunar, Nangarhar y Nuristán.

También estableció células en otras partes de Pakistán y Afganistán, incluyendo Kabul, según monitores de la ONU.

Las últimas estimaciones de su fuerza varían de miles de combatientes activos hasta 500, según un informe del Consejo de Seguridad de la ONU divulgado en julio.

“Khorasan” es un nombre histórico de la región que incluye partes de lo que actualmente es Pakistán, Irán, Afganistán y Asia Central.

¿Qué tipo de ataques perpetra?

El EI-K o ISIS-K, por sus siglas en inglés, reivindicó algunos de los ataques más mortíferos de los últimos años en Afganistán y Pakistán. Masacró civiles en ambos países en mezquitas, santuarios, plazas y hospitales.

El grupo, sunita extremista, ha atacado sobre todo a musulmanes que considera herejes, en particular a los chiitas.

En agosto de 2019, reivindicó un atentado contra los chiitas en una boda en Kabul, en la que murieron al menos 63 personas.

Además, se sospecha que perpetró en mayo de 2020 en Kabul un ataque que estremeció al mundo. Hombres armados abrieron fuego en la maternidad de un barrio mayoritariamente chiita, donde mataron a 25 personas, entre ellas 16 madres y recién nacidos.

En las provincias en las que se implantó, su presencia dejó profundas huellas. Sus hombres mataron a tiros, decapitaron, torturaron y aterrorizaron a los aldeanos y dejaron minas por todas partes.

¿Cuál es la relación del ISIS-K con los talibanes?

Aunque ambos grupos son militantes islámicos sunitas de línea dura, también son rivales y difieren en detalles sobre religión y estrategia, y cada uno dice ser el verdadero estandarte de la yihad.

En una muestra de su enemistad, los comunicados del EI se refieren a los talibanes como apóstatas.

El EI-K se enfrentó a la represión de los talibanes contra sus disidentes y no pudo extender su territorio, tal y como consiguió hacer el grupo en Irak y Siria.

En 2019, el ejército gubernamental afgano, después de operaciones conjuntas con Estados Unidos, anunció que lo derrotó en la provincia de Nangarhar.

Según evaluaciones de Estados Unidos y de la ONU, el EI-K operó desde entonces en gran medida mediante células durmientes en las ciudades para perpetrar ataques mediáticos.

 

¿Cómo recibió el Estado Islámico la victoria talibana?

Nada bien. El Estado Islámico fue muy crítico con el acuerdo del año pasado entre Washington y los talibanes que condujo a un pacto para la retirada de las tropas extranjeras, acusándolos de abandonar la causa yihadista.

Tras la rápida toma de Afganistán por los talibanes, varios grupos yihadistas en el mundo los felicitaron, pero no el EI.

Un comentario del Estado Islámico publicado tras la caída de Kabul acusó a los talibanes de traicionar a los yihadistas con el acuerdo con Washington y prometió continuar su lucha, según el SITE Intelligence Group, que monitorea las comunicaciones de grupos militantes.

Pero este grupo podría aprovechar la situación. “Mr. Q”, un experto occidental que publica sus investigaciones en Twitter bajo un seudónimo, aseguró que el EI-K perpetró 216 ataques entre el 1 de enero y el 11 de agosto, frente a 34 en el mismo período de 2020.

En los últimos días, inteligencia de varias potencias occidentales había advertido que podrían estar preparando un ataque en el aeropuerto.