Vocación marítima

Cortesía Semar

Con el deseo de servir a la patria alimentado por las anécdotas de su abuelo en el Ejército, la guardiamarina Itzel Sinaí Chan Topete arrancó sus estudios en la Heroica Escuela Naval Militar. 

Gracias a su alto nivel de inglés, calificaciones de excelencia y buena conducta militar, fue seleccionada en 2017 para cursar sus estudios en la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAFA, por sus siglas en inglés). 

Durante cuatro años, la entonces cadete forjó conocimientos en Ingeniería Civil. En mayo, la jalisciense se convirtió en la primera mujer naval del País en graduarse de la USAFA. Obtuvo mención honorífica. 

Chan Topete es una de las mexicanas y mexicanos que han decidido inscribirse en la Universidad Naval, institución educativa de la Secretaría de Marina (Semar) que ofrece programas de nivel superior con aval de la SEP. 

“Estar en la Secretaría de Marina Armada de México crea un sentido de pertenencia. Fue bonito regresar, ver a mis compañeros (...) y darnos cuenta que todavía somos la misma familia”, comparte.

Cortesía Semar

La apertura de las carreras depende de las vacantes en la dependencia, indica el Capitán de Navío del Cuerpo General (Cap. Nav. CG. DEM.) Juan Carlos Cruz Ruiz. 

Actualmente, se imparten cinco: Ingeniería en Sistemas Navales, Ingeniería Aeronaval, Ingeniería en Hidrografía, Médico Cirujano Naval y Enfermería Naval. 

Las tres primeras en la Heroica Escuela Naval Militar y las últimas dos en el Centro de Estudios Navales en Ciencias de la Salud, que engloba a la Escuela Médico Naval, la Escuela de Enfermería Naval y la Escuela de Posgrados en Sanidad Naval. 

Los planes de estudio incluyen aspectos académicos, culturales y deportivos, así como un componente militar. 

“Los jóvenes aprenden el arme y desarme de armas de corto alcance, de otras con mayor capacidad de fuego y cómo operarlas con las medidas de seguridad pertinentes”.

Cortesía Semar

En cuanto al campo laboral, explica que quienes terminan perciben un salario mientras realizan sus prácticas profesionales en establecimientos navales. Tras un año, presentan su examen profesional, obtienen el grado de Teniente de Corbeta, su título y cédula profesional, lo que les permite laborar en la misma Semar. 

Quienes quieran complementar su formación, agrega, encuentran una amplia oferta de posgrados en instituciones educativas navales nacionales o extranjeras. También pueden elegir una opción civil, si existe un acuerdo previo. 

¿Sabías que…? 

Quienes estudian en la Universidad Naval son becados durante su carrera, indica el Cap. Nav. CG. DEM. Cruz Ruiz. El apoyo cubre colegiaturas, libros y equipo, así como gastos de alojamiento, alimentación, vestuario, servicio médico, actividades deportivas, sociales y culturales e incluye una pensión recreativa. 

Construyen barcos… ¡y más!

Cortesía TecNM Campus Mazatlán

Cualquier tipo de embarcación requiere de alguien capacitado en Ingeniería Naval, asegura Juan de Dios Rodríguez, jefe del departamento de Ingenierías del Tecnológico Nacional de México (TecNM) Campus Mazatlán. 

Quien estudia el programa es capaz de diseñar, construir, reparar, dar mantenimiento e inspeccionar vehículos y artefactos marinos. 

“Si (a una persona) le damos un mal artefacto o vehículo, la estamos aventando al abismo, pero si hacemos un buen trabajo, vamos a asegurar que regrese con vida”, destaca. 

“Cuando uno diseñó, construyó y vio salir de la nada un artefacto (…) y lo ves caer al agua y flotar, ves cumplido el objetivo”.

Cortesía TecNM Campus Mazatlán

La demanda por inscribirse a Ingeniería Naval está en aumento, resalta Aguivar Vite, coordinadora de este programa en la Universidad Veracruzana (UV). 

A decir de la académica, hay un amplio mercado laboral: el sector público requiere personal en la explotación de petróleo y en pruebas de seguridad, mientras que compañías privadas de consultoría, transporte y de energía eólica están interesadas en sus servicios. 

“Son muy importantes porque en el mar encontramos alimentos, ciudades flotantes, turismo y transporte”, detalla Vite. 

Es común que jóvenes del Valle de México y Guadalajara se muden a Sinaloa y Veracruz para estudiar esta carrera, cuenta Esperanza Salazar, presidenta de la academia de Ingeniería Naval del TecNM Campus Boca del Río.

“Lo que quiero transmitir es mi pasión por el mar, por las estructuras flotantes, los buques y su mantenimiento”.

Cortesía TecNM Campus Mazatlán

Una vez dentro, son extensas las oportunidades de cursar asignaturas y veranos de investigación en instituciones dentro y fuera del País. Además, al completar los créditos, parten a distintos puertos mexicanos para realizar residencias profesionales. 

“La mayoría de nuestros estudiantes una vez que egresan trabajan fuera”, comparte Salazar. 

A decir de los expertos del TecNM y la UV, su salario comienza a partir de los 18 mil pesos mensuales como recién egresados, pero conforme adquieren experiencia llegan a ganar entre 40 mil y 50 mil pesos en promedio. 

“Es importante (…) que se conozca la carrera y las oportunidades que tenemos para la explotación responsable de nuestros mares”.

Tripulación marítima

Cortesía FIDENA

A bordo de una embarcación se requiere personal en dos áreas: en cubierta para encargarse de la administración, logística y operación, y en máquinas con el fin de asegurar el funcionamiento de los aparatos. 

Los pilotos y maquinistas navales son responsables de tales tareas. Ambas carreras se imparten en las Escuelas Náuticas Mercantes del Fideicomiso de Formación y Capacitación para el Personal de la Marina Mercante (FIDENA). 

“Las percepciones que tienes rebasan por mucho las que puedes encontrar en el mercado laboral en México. En los niveles altos (no navales) hablas de 25 a 30 mil pesos. En los barcos, eso lo puedes ganar desde un principio”, explica Miguel Ángel Osuna, director general del FIDENA. 

En organizaciones internacionales, el sueldo comienza a partir de los 2 mil 800 dólares al mes (más de 55 mil pesos), precisa Osuna, quien ostenta el título de Capitán de Altura. 

“(Estas carreras) permiten desenvolverse en un entorno global: conocer países, gente y estudiar en diferentes áreas del conocimiento”.

Cortesía Semar

Ambos programas se cursan bajo el régimen de internado. Las actividades académicas van de las 7:00 a las 15:00 horas, después se practican deportes. Las tardes de los fines de semana son libres. 

Tras completar los créditos, los estudiantes se convierten en pilotines o marineros en prácticas profesionales: se embarcan durante un año en buques para aplicar sus conocimientos y adquirir experiencia. Puede ser en México o en el extranjero, en países como Chile, Panamá y Vanuatu. 

Su campo laboral es amplio, asevera Osuna, pues comprende todo tipo de embarcaciones, como las de carga de mercancías, de pasajeros y de pesca. También puertos, agencias navieras y compañías con grandes calderas sin relación al ámbito naval, como la CFE. 

“Una ventaja que tenemos los marinos en México es que salimos y podemos operar o trabajar en cualquier tipo de embarcación. Podemos hacer todas las funciones en el área en la que nos especializamos”. 

Mujeres a bordo

Cortesía Semar

La educación náutica no distingue sexos, afirma la Teniente de Fragata del Servicio de Logística Naval (Tte. Frag. SLN. L.N.) Alma Patricia Villa Rangel. 

Por ello, mujeres y hombres pueden cursar cualquiera de los programas ofertados en la Universidad Naval. También realizan las mismas actividades como cadetes. 

“La Semar siempre está en apoyo de la equidad e igualdad de género”, indica la jefa del Departamento de Control de Personal de la casa de estudios. 

“Únicamente varían los espacios de alojamiento, pero durante todo el día los cadetes realizan sus actividades en conjunto”, aclara. 

“La Universidad Naval es un proyecto de vida. No es únicamente el estudiar, es hacer una carrera militar a la par”.

Cortesía Semar

A bordo del Buque Escuela Velero ARM “Cuauhtémoc” BE-01, ellas también se hacen presentes. Cada año, cadetes de noveno semestre de la Ingeniería en Sistemas Navales se embarcan para aprender los fundamentos de la navegación y formar parte activa de una tripulación. 

España, Grecia, Egipto, India, Singapur, China y Japón son algunos de los países a los que ha llegado el buque durante sus 39 años en altamar. 

La generación actual está conformada por 62 cadetes, de los cuales 10 son mujeres. Al concluir el crucero de instrucción, volverán a la Heroica Escuela Naval Militar para completar su carrera profesional. 

“Se les enseña la interacción con el entorno marino, de las condiciones meteorológicas y el trabajo en equipo”, explica el Capitán de Corbeta Cuerpo General (Cap. Corb. CG.) César Arriaga Machuca. 

“Es más que un salón de clases, es una escuela de vida. Los cadetes aprenden qué es la resiliencia”, indica. 

Adicional a lo anterior, enfatiza en las experiencias y el contacto que se establece con otras culturas durante el viaje. 

“La razón de esto es dar a conocer las actividades náuticas en el mundo, que se siga manteniendo el amor a la navegación a vela y el convivio entre las diversas tripulaciones que existen”. 

“Cuando uno entra a la Heroica Escuela Naval Militar, entra con el amor a los barcos, a la patria y a la navegación”.

¿Dónde estudiar?

Cortesía FIDENA

La oferta de programas marítimos es extensa en todo el País. 

FIDENA 

+ Piloto Naval

Maquinista Naval 

TecNM Campus Boca del Río 

Ingeniería Naval 

TecNM Campus Mazatlán 

Ingeniería Naval 

Universidad Naval 

+ Enfermería Naval 

+ Ingeniería Aeronaval 

Ingeniería en Hidrografía 

Ingeniería en Sistemas Navales 

+ Médico Cirujano Naval 

Universidad Veracruzana 

Ingeniería Naval 

Fuentes

+ Guardiamarina Itzel Sinaí Chan Topete 

+ Cap. Nav. CG. DEM. Juan Carlos Cruz Ruiz

+ Juan de Dios Rodríguez

+ Aguivar Olidel A. Vite Flores 

+ Esperanza Salazar Martínez 

+ Miguel Ángel Osuna Rodríguez 

+ Tte. Frag. SLN. L.N. Alma Patricia Villa Rangel 

+ Cap. Corb. CG. César Arriaga Machuca 

Créditos: Abel Vázquez y Tonatiúh Rubín
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