Élmer Mendoza. El primer libro recomendado es Sangre Helada, de F.G. Haghenbeck, es una novela en la que se cuenta la presencia de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, en Veracruz, y cómo los tenían confinados y toda una serie de casos de convivencia de alemanes y mexicanos.

Demasiado Odio, de Sara Sefchovich, me gusta cómo cuenta Sara, es una narradora muy buena. La novela empieza en Michoacán y lo que conocemos de la violencia en ese estado ocurre en el exterior, pero en la novela ocurre en el espacio interior, en la casa, y a partir de ahí los personajes salen y visitan algunos países.

Radicales Libres de Rosa Beltrán. Tiene un aliento muy íntimo esta novela, es muy disfrutable, porque uno se puede hacer una idea de cómo puede vivir una mujer que escribe, te da idea de una mujer que quiere escribir, que no se conforma.

Recomiendo también El Aroma de los Anhelos, de Mónica Castellanos, protagonizada por una niña de 15 años que escucha durante toda su vida a sus papás y amigos hablar de las injusticias y de cómo el país se está viniendo abajo y entonces lo que hace es tomar partido.

Paraíso Difícil de Roer, de José Juan Aboytia, con el caso de Ciudad Juárez, que es uno de los centros más difíciles de comprender en el universo del delito. Es una novela muy bien narrada, intensa, algunos capítulos muy breves, que golpean los conceptos que tenemos de justicia.

También está Sergio Ramírez con Tongolele no Sabía Bailar. Queremos saber qué pasa en Nicaragua y qué bien que podamos enterarnos por la visión del escritor más importante de ese país y quizá uno de los más importantes en lengua hispana.

Alberto Chimal. Piranesi, de Susanna Clarke, esta es una novela fantástica preciosa acerca de un personaje encerrado en una especie de palacio en ruinas, que no sabe quién es, por qué está ahí, y poco a poco va reconstruyendo su memoria y lo que está ocurriendo a su alrededor, es un libro como un sueño, es una novela muy bien escrita.

El Invencible Verano de Liliana, de Cristina Rivera Garza, es un libro impresionante no solamente por la forma en la que está escrito, sino en lo que está denunciando a partir de la recreación de la vida de Liliana, la hermana de Cristina, que fue asesinada; nos obliga, sobre todo a los lectores hombres a pensar en lo que se pierden, en el sufrimiento que se causa con todos los miles y millones de mujeres que sufren cada año, todo lo que es la tragedia de una mujer como Liliana, multiplicada por varios millones, y pensarlo es algo que tendríamos que hacer simplemente para dejar de insistir en que no existe la violencia de género, dejar de decir que hay discriminación contra los hombres, que es una cosa absolutamente absurda.

Tengo un tercero, que es una reedición, el de Los Sueños de la Bella Durmiente, de Emiliano González. Es un gran autor mexicano de culto, que siempre estuvo como escondido con lectores muy fieles, pero reducidos.

Raquel Castro. El Sueño del Cóndor, de Luis Antonio Rincón García. Es un libro para adolescentes que combina temas míticos, con literatura juvenil, está muy bonito.

Luego los dos que ganaron este año los premios de SM: El Barco de Vapor lo ganó El Zoológico de Monstruos de Juan Mostro Niño, de Emilio Lome; este libro es para niños, pero narra la vida de Ruiz de Alarcón, combinado con leyendas prehispánicas y la mitología clásica.

La obra que ganó el Gran Angular es La Reina de Sara, de Carlos González Muñiz, de ciencia ficción, fantasía, filosofía. El personaje principal es un cartógrafo joven que descubre un misterio relacionado con unos terremotos, está muy complejo, pero complejo bien, de esos libros que retan al lector y que lo hacen querer saber qué sigue.

Además está En Auschwitz no Había Prozac, de Edith Eger, son consejos de una sobreviviente de Auschwitz para curar las heridas emocionales, pero combinados con sus vivencias, la verdad es que está muy interesante; lo empecé primero como audio libro y me gustó tanto que lo compré impreso y ya hasta compré dos para regalar.

Alonso Arreola. En la mesa de noche tengo varios libros, está un libro de cuentos que me gusta mucho que es Hematoma de Yael Weiss.

Empecé a hincarle el diente a los Cuentos Reunidos de Amparo Dávila, del FCE, porque además de que ella fue muy cercana a mi familia y me tocó tratarla mucho de niño, me da mucho gusto poder ahora leerla.

En meses pasados leí, pese a que es muy redundante y repetitivo, un gran libro: De Animales a Dioses, de Yuval Noah Harari.

Me gusta leer muchas cosas breves, tengo la colección de haikus, La Leve Presencia, de Matsuo Basho, que es una edición maravillosa; también los 101 Cuentos Zen, compilados por Nyogen Senzaki, que son maravillas breves.

Anabel Hernández. Cuando estoy en una investigación tengo una lectura monotemática, la verdad es que sigo leyendo y explorando sobre el tema de feminismo, el papel de las mujeres como factores de cambio, como víctimas y victimarias para repensar cuál es nuestro rol en tantas situaciones de crimen y de violencia.

Leí el libro Las Dictadoras. Las Mujeres de los Hombres más Despiadados de la Historia, de Rosa Montero, de Editorial Lumen, publicado en 2014. Es un compendio tomado del programa de televisión Dictadoras, que ella condujo, es una investigación en donde se habla de las mujeres de Hitler, Mussolini, Franco y Stalin, desde un punto de vista crítico.

Lo que quiero leer antes de que termine el año es ¿Será que soy Feminista?, de Alma Guillermoprieto, es un ensayo publicado en 2020.

Didí Gutiérrez. Alguien que te Quiera con Todas tus Heridas, de Raphael Bob-Waksberg. Del creador de la serie BoJack Horseman, este libro son dieciocho cuentos sobre la sensibilidad moderna, obsesionada con llamar la atención. Sus protagonistas son los vulnerables, los casi siempre inofensivos pero desagradables a los ojos de los demás, en mitad de situaciones angustiantes, que ponen a prueba sus más profundas inseguridades. Una compilación de historias en diversos formatos, como poemas o fragmentos de ensayos, pasadas por el tamiz de la esperanza, la compasión y el humor.

Ave Barrera. Uno de mis libros favoritos de 2021 fue Cometierra, de Dolores Reyes. También Nuestra Piel Muerta, de Natalia García Freire, publicado por Paraíso Perdido. Insectos, hongos, humedad y degradación infestan las páginas de esta novela metáfora, donde el universo de lo masculino y el universo de lo femenino son puestos en conflicto por una voz de infancia, Lucas, atrapado entre la indolencia del padre y la fragilidad de las mujeres que intentan protegerlo. Movido por el odio hacia su padre, Lucas optará por crear un universo propio, un reino umbrío poblado por arañas, cigarras, escarabajos, donde el humus y la putrefacción son lo sagrado, lo que hace posible el surgimiento de la vida.

Nicolás Alvarado. Leo todo en digital, salvo mis libros viejos, ya no compro libros impresos, aunque a mucha gente le parezca oprobioso, leo mucho en cama y no le quiero prender la luz a mi esposa y por otro lado el dispositivo es más ligero.

Uno que me ha entusiasmado muchísimo es La Casa de la Contradicción, de Jesús Silva Herzog-Márquez, que es un ensayo extraordinario no solo en términos políticos, no solo por la lucidez política de Chucho y más allá de escribir la habitual indignación por lo que está sucediendo con la democracia en México, es un ensayo muy sólido, muy serio, muy de fondo, que parte de la coyuntura mexicana sobre la naturaleza y la historia de la democracia mexicana, pero desde esta otra dimensión, como obra literaria es muy destacada, cosa que es raro encontrar en un ensayo político.

El Archipiélago Liberal, de Chandran Kukathas, lo recomiendo también muchísimo, creo que es una gran filosofía autocrítica del liberalismo que hace muchísima falta.

También leí El Naufragio de la Civilización, de Amin Maalouf, que es un libro fascinante que puede ser una brújula para entender todo lo que está sucediendo en el planeta.

Norma Muñoz Ledo. El Dios de las Pequeñas Cosas, de la escritora india Arundhati Roy, me gustó muchísimo porque tiene imágenes muy potentes, me gusta mucho cómo escribe, es una novela con muchos niveles de lectura, no solamente la historia de una familia sino la historia de una familia en un momento importante de la historia reciente de la India.

Suena a cliché, pero este año empecé y terminé La Odisea, me encantó. La potencia simbólica de La Odisea es inmensa, no solo es toda la carga mitológica, sino también el simbolismo del regreso a casa que me tiene muy conmovida.

Estaba empezando Los Hijos de la Media Noche, de Salman Rushdie, pero lo interrumpí porque hay que dedicarle, sin soltarlo, es un hilo complejo, pero en el transcurso llegaron dos libros de dos autores mexicanos que me gustaría leer antes de seguir con Rushdie, uno es Salvajes, de Antonio Ramos Revillas, y Tarantela, de Abril Castillo.

Dulce Compañía, de Laura Restrepo, es muy buena narradora, es un libro que habla sobre la aparición de un ángel en un barrio pobre bogotano y todo el asunto parece ir en contra de la razón, la reportera que tiene que cubrir el acontecimiento es una persona completamente racional, pero al mismo tiempo se deja llevar por la situación, es muy divertido cómo lo narra Laura, es una novela de varios niveles de lectura.

Daniel Saldaña París. Recomiendo Poeta Chileno, de Alejandro Zambra, por el modo indirecto de hablar de la paternidad y por su retrato del mundo de los poetas jóvenes. Isla Partida, de Daniela Tarazona, porque construye un lenguaje propio para hablar de una crisis personal y Chicas en Tiempos Suspendidos, de Tamara Kamenszain, el último libro de una de las más originales y lúcidas poetas latinoamericanas de los últimos años, que falleció hace poco.

Abril Posas. Después de pensarlo largo y tendido, tengo que decir que fue Nuestra Parte de Noche, de Mariana Enríquez, publicado por Anagrama. Hacía mucho que no me echaba un libro con esa pasión de no soltarlo. La construcción de ese mundo oculto, entre fantasmas, humanos y ángeles terribles me atrapó desde la primera página.

Mónica Ojeda. Mi libro favorito del año fue Tres Truenos, de Marina Closs. Publicado por Dharma Books, porque es un libro que te introduce por completo en los miedos y en los deseos de las protagonistas a través de una palabra rítmica y musical. Es maravilloso.

Información: Rebeca Pérez Vega y Alejandra Carrillo. Fotos: Tomadas de Internet.