
Con bajo perfil, pero no silencioso; su voz es instrumento de denuncia en el momento oportuno. Ha sido un líder más de resultados que de estruendo en los tres centros poblacionales más grandes del País.
Él es José Francisco Robles Ortega, el décimo Arzobispo de Guadalajara y cuarto jalisciense que ingresa a un Cónclave.

La raíz jalisciense
– Alcanzar el gobierno episcopal de la capital del Estado, sede del Seminario más grande del mundo, requirió el minucioso labrado de una trayectoria sacerdotal a lo largo del País.
– Jalisciense, sí, pero no tapatío. Robles Ortega nació el 2 de mayo de 1949 en el Municipio de Mascota, ubicado a poco más de 200 kilómetros de Guadalajara. Tuvo 15 hermanos y a temprana edad demostró su vocación por los hábitos.
– Aunque pasó por el Seminario Mayor tapatío, se forjó en la Costa Sur, dentro del Seminario de Autlán. El 20 de julio de 1976 ascendió como presbítero.
– Posterior a la ordenación sacerdotal, en 1979 se graduó como licenciado en Teología Dogmática en la Universidad Gregoriana de Roma. Su retorno fue al mismo Autlán, ascendiendo a Rector del Seminario.
El Centro del País
Su trabajo atrajo la atención del Papa Juan Pablo II, pues el 30 de abril de 1991 le otorgó la ordenación episcopal; Robles Ortega tenía 41 años. Fue ahí cuando inició su impronta por todo el País tras dejar la tierra natal.
Toluca fue la primera parada del Obispo Robles Ortega, con su asignación como auxiliar. En 1995 le otorgaron la administración diocesana, por la muerte de su titular (Alfredo Torres Romero) y, finalmente, en junio de 1996 escaló como Obispo de la Diócesis de Toluca, capital del Estado con más habitantes de la República. Permaneció ahí durante 7 años.

Su impronta en Monterrey
Del Centro de México voló en el año 2003 al Norte. Fue nombrado por el hoy San Juan Pablo II como Arzobispo de Monterrey, la segunda metrópoli más poblada del País. Corrieron apenas cuatro años y en 2007, ya con Benedicto XVI al frente de la Iglesia católica, recibió el birrete cardenalicio y en su título le otorgaron la Parroquia de Santa Maria della Presentazione, en Roma.
Recién preconizado, Robles fue parte de la V Conferencia de los Obispos de América Latina y El Caribe, cuyo testamento fue el Documento de Aparecida (por su creación en el Santuario de Aparecida, Brasil). Ahí tuvo contacto por primera vez con un líder que más tarde llegaría al pontificado: el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, Argentina.
En dicha sede consolidó su estilo e ideologías catalogados por especialistas como “conservador-moderado”.

Retorno a casa
En 2011 surgió el momento de volver a casa: Benedicto XVI aceptó la dimisión del Cardenal Juan Sandoval Íñiguez como Arzobispo de Guadalajara y, en su relevo, otorgó la sede al Cardenal José Francisco Robles Ortega.
Su llegaba a suelo tapatío -la tercera urbe más grande de México- se coronó en febrero de 2012, a los 62 años. Registró el momento cumbre con una misa multitudinaria en el Estadio 3 de Marzo.
Robles Ortega marcó la diferencia. Trabajó con un perfil sin protagonismos, pero efectivo; matiza su voz según las circunstancias. Por eso, ocupó dos veces al hilo la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM): de 2012 a 2015 y de 2016 a 2018.
Con ese título dio la bienvenida en febrero de 2016 al Papa Francisco durante su única visita a México. Tres años antes lo conoció de cerca al participar en el Cónclave de donde resultó electo.

Alza la voz
Después de terminar su encargo en la CEM, Robles enfocó los esfuerzos en su diócesis metropolitana.
Ni el tiempo con sus signos y cambios frenaron la vocación sacerdotal del Seminario, donde, como prueba, el Arzobispo encabezó 70 ordenaciones sacerdotales en 2022 y 107 en 2023.
El tiempo altera, asimismo, la conducta social. Robles Ortega ha puesto luz a los problemas y luchas ciudadanas frente al poder civil. Él mismo padeció el control del crimen organizado.
“Fui detenido por retenes y, obvio, que son retenes del crimen organizado y le exigen a uno decir de dónde viene, a dónde va, a qué se dedica y qué hace. Lo que yo digo es por qué, con qué autoridad un grupo del crimen organizado te obstruye, te detiene y te investiga”, ventiló en junio de 2022, cuando realizaba una visita a los límites de Jalisco con Zacatecas.
Las denuncias no pararon, así como la violencia no frena. Ello motivó algunos desencuentros con el entonces Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quien negaba los hechos.
“La 'maña' por eso es la 'maña': se da sus mañas. Por ejemplo, en algunas parroquias, ellos, con motivo de las fiestas patronales, establecen una cantina, muy bien ubicada, no adentro del templo porque ya sería demasiado abuso, pero casi en la puerta del templo, ponen una cantina muy ruidosa con mucha música y con la venta de bebidas embriagantes.
“No cobran el derecho de piso, pero aprovechan la afluencia de los feligreses con motivos religiosos que van a asistir para vender al Santo, a la Virgen, a Cristo y pues ahí está el negocio”, reveló en agosto de 2024.
Antes de viajar a Roma para los funerales de Francisco y el nuevo Cónclave, José Francisco Robles Ortega asentó que su conciencia social no se había apagado.
“El manejo que hacen los grupos, los grupos del crimen organizado, eso lo perciben los párrocos. No es el Presidente Municipal el que gobierna, es el jefe de la plaza. Es el jefe de la plaza el que le dice al párroco: 'Señor cura, ¿a qué hora quiere que quememos la pólvora, el castillo, el día de la fiesta? ¿A qué horas quiere que toque la banda?'. Es el jefe de la plaza el que lleva el control de algo que correspondería a las autoridades municipales”, exhibió el pasado 6 de abril.
En 2024 Robles Ortega cumplió 75 años, edad marcada por el derecho canónico para solicitar la renuncia al gobierno de una diócesis. El Papa Francisco aceptó la dimisión bajo una condición: permanecer durante algún tiempo. Fungen de aval el trabajo pastoral y el buen estado físico pues, como metáfora de su apellido, el Cardenal se muestra “fuerte como un roble” al no conocérsele algún padecimiento grave y caminar sin complicaciones.
“El Papa me aceptó la renuncia, así me lo dice a través de la Nunciatura: que me acepta mi renuncia, pero que de momento me pide que yo continúe al frente de esta Iglesia de Guadalajara por el tiempo que él considere prudente”, reveló el primer día de 2025.
Este 7 de mayo ingresó a su segundo Cónclave, un privilegio que únicamente han alcanzado 4 jaliscienses:
- José Garibi Rivera
- José Salazar López
- Juan Sandoval Íñiguez
- José Francisco Robles Ortega
