Coral Bracho (Ciudad de México, 1951) fue siempre de espíritu curioso, aunque en un inicio buscó dedicarse a la ciencia, para conocer el funcionamiento de la mente humana, su experiencia vital le llevó al camino del ritmo de la palabra, primero a partir de la música, como participante en un grupo coral, y aunque seguía con su intención de estudiar ciencia, a la par decidió empezar a escribir, lo que abrió múltiples posibilidades. 

“Entré a estudiar ciencia, pero se me ocurrió la posibilidad de empezar a escribir, pero no como una necesidad en ese momento, sino como un interés en ver cómo era, fue una enorme sorpresa saber que esa posibilidad de escribir se unía el sonido, el sentido, me llevaba a lugares que yo desconocía, descubrí entonces que la poesía era un medio de acercarnos a nuestra realidad, a la realidad del mundo y me fascinó esa posibilidad”, recuerda la autora.

Bracho estudió Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha sido investigadora del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la misma universidad y colaboró en la creación del Diccionario del Español de México en El Colegio de México. 

Ha sido integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte, becaria de la Fundación Guggenheim de Nueva York y ha sido galardonada con premios como el Nacional de Poesía Aguascalientes y el Xavier Villaurrutia, entre muchos otros.

Su primer libro de poesía es Peces de Piel Fugaz, publicado originalmente por la editorial La Máquina de Escribir, en 1977 y reeditado después por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y desde entonces se han editado casi una veintena de títulos con su trabajo poético como Huellas de Luz, La Voluntad del Ámbar, Trazo del Tiempo y Ese Espacio, Ese Jardín, entre muchos otros. 

“Esta es una poesía que no sólo descubre la hermosura de lo minúsculo o lo difícil de explicar, sino que crea belleza en el acto de nombrar. En pocos poetas como en Bracho la forma es el fondo y viceversa: cada palabra esta colocada con una deliberación y un instinto excepcionales. La necesidad de belleza se añade a la de la precisión”.

Escritora Verónica Murguía, sobre la obra de Coral Bracho.

Ya no puede pedir

que la quieran. ¿Pero quién puede pedir que lo quieran?

Ni que se sienten a su lado a esperarla.

la vida se escabulle

con todos los gestos,

con todos los recuerdos, con toda la fuerza

medular, la belleza,

que se han hundido con ella. hace años

que no habla.

¿Cómo piensa? ¿Cómo liga los difusos, desiguales trayectos de estar ahí? ¿Y tú? –me preguntó una vez–

¿Cómo le haces para saber?

Poema contenido en el libro “Coral Bracho. Poesía reunida 1977-2018, bajo el sello de Ediciones Era.

De acuerdo con el jurado, representado por Vittoria Borsò, Coral Bracho se alzó como ganadora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023:

Por su continuada indagación en la politicidad de la poesía y el peso de la palabra escrita. La poesía de Coral Bracho se pregunta por las maneras en que el mundo se descubre y nombra, provocando una inteligencia sensible por parte de la instancia lectora.

“El jurado reconoce a Coral Bracho como destacada figura de una genealogía poética neobarroca, esencial para la lengua continental y para la literatura mundial”.

En su propia voz:

“Estoy profundamente conmovida, muy agradecida con el jurado por su generosidad con concederme este Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023, estoy conmovida, feliz, no lo puedo creer”.

“Creo que el contacto desde la infancia con la poesía y con la literatura en general como algo placentero, es crucial, la FIL repleta siempre de niños y jóvenes lo ha logrado desde que se fundó”.

“Si la gente tuviera más contacto con la lectura, no solo de poesía, pero por supuesto también con la poesía, sería más sensible, más perceptiva, seguramente daría más opciones para salir de la situación en la que estamos”.

Información: Rebeca Pérez Vega
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