Consumir productos nacionales no solo es una forma de apoyar a la economía local, sino una estrategia clave para fortalecer la industria mexicana y hacer frente a los desafíos del comercio internacional. Pero, ¿cómo identificar los productos hechos en México y por qué es vital priorizarlos en nuestra compra diaria?

Moisés Galindo, fundador de Retailing University y experto con más de 40 años en el sector retail, destaca que la fabricación mexicana se encuentra en diferentes niveles: desde productos agrícolas hasta manufacturas avanzadas.

Galindo mencionó que Nosotros (Jalisco) jugamos perfectamente en varias ligas, menciona, enfatizando que los mejores productos del campo mexicano suelen exportarse a mercados extranjeros, mientras que el consumidor local recibe segundas opciones. Esto representa una oportunidad para revalorar lo que se produce en el país y mejorar su consumo interno.

¿Cómo identificar productos mexicanos?

Para asegurarnos de que un producto es mexicano, podemos seguir estas recomendaciones:

  1. Revisar el código de barras: Los productos cuyo código inicia con “750” suelen ser de origen mexicano.
  2. Verificar el etiquetado: Muchos productos incluyen la leyenda “Hecho en México” o “Producto Mexicano”.
  3. Investigar la empresa: Algunas marcas internacionales fabrican en México, pero las ganancias terminan en el extranjero. Es importante conocer qué empresas realmente invierten en el país.
  4. Consultar asociaciones de productores: Existen organismos que certifican productos nacionales, como “Marca GTO” en Guanajuato o “Hecho en México” a nivel nacional.

 

“El consumidor tiene que preguntarse: ¿Me veo bien? ¿Me siento bien? ¿Voy a estar saludable? ¿Me está ahorrando tiempo y dinero?”, sugiere Galindo.

Explicando que el consumo inteligente debe ir más allá de la marca y centrarse en la calidad y beneficios del producto.

Impacto económico del consumo local

La compra de productos nacionales no solo fomenta el crecimiento de la industria local, sino que también genera empleo y mejores salarios. Galindo señala que el país está dividido en tres grandes zonas económicas: el sureste, con una economía más estancada; el centro, con un balance entre consumo local y exportación; y el norte, dominado por clientes internacionales. Apostar por productos hechos en México podría equilibrar estas diferencias y fortalecer el mercado interno.

En el contexto político con Estados Unidos, donde las relaciones comerciales han sido fluctuantes, diversificar mercados es crucial.

 “No podemos depender solo de Norteamérica, necesitamos llegar a Europa, Japón y otros mercados premium”, enfatiza Galindo.

Asimismo, menciona que se ha perdido infraestructura clave para la promoción de exportaciones, como los puntos comerciales en embajadas.

Recuperar estos espacios permitiría que los productos mexicanos lleguen a nuevos mercados sin depender de las decisiones políticas de su principal socio comercial.

Innovar para destacar

México es un país altamente competitivo en la manufactura de textiles, electrónica y bienes de consumo, pero Galindo advierte que la clave no está solo en el volumen de producción, sino en el valor agregado. 

“Si seguimos vendiendo lo mismo de hace 10 años, estamos en problemas. Hay que rediseñar nuestros procesos de compra y fabricación”, asegura.

Un llamado al consumidor

Para impulsar la economía nacional, el primer paso es un cambio de mentalidad en los consumidores. “Lo hecho en México está bien hecho”, recalca Galindo, agregando que el reto es aprender a venderlo con orgullo y diferenciarlo en el mercado. Desde elegir productos locales hasta replantear hábitos de compra, cada decisión cuenta para construir un ecosistema económico más fuerte y sostenible.

En 2025, Marcelo Ebrard lanzó la campaña “Lo Hecho en México” con el objetivo de reforzar el consumo de productos nacionales y promover su presencia en mercados internacionales. Esta iniciativa busca resaltar la calidad de la manufactura mexicana y fortalecer el orgullo por lo producido en el país, impulsando tanto a pequeños emprendedores como a grandes industrias.

En definitiva, identificar productos mexicanos y consumirlos conscientemente no solo impulsa la industria local, sino que también nos permite fortalecer la economía ante los retos globales.