Del mismo modo, una vez sanitizada dentro de una cabina, Angélica Ruiz cruzó la puerta del restaurante de la mano de su pequeño, lista para celebrar el haber logrado salir adelante pese la crisis.
“No deja de ser pesado y cansado, pero lo disfruto. Al principio, no sabía qué hacer, después tuve unas pláticas, leí sobre las circunstancias y comprendí que la vida antes del Covid-19 nunca va a regresar, entonces, dejé de aferrarme y lamentarme para poder gozar mi maternidad”, confesó la arquitecta.