“Estuvo muy divertido, sopló bastante duro; estuvimos la mayor parte del tiempo en doble trapecio, es decir, mi tripulante y yo íbamos colgados para hacer contra- peso, parece que vuelas y se siente muy padre. Indiscutiblemente, el trabajo en equipo fue muy importante, porque el barco iba muy rápido, entonces, si no tienes cuidado, te puedes voltear, como le pasó a nuestros compañeros, más cuando traes el viento en popa y debes de girar”. MARIO ESCOBOSA, comodoro del Club San Gaspar del Lago