Expertos dicen que el impasse le hará difícil a ambos países avanzar en lo que una vez parecía ser una prometedora asociación, y podría afectar las ambiciones de la India de proyectarse como potencia mundial ascendente.
“Las relaciones entre India y Canadá, que han estado en picada desde el año pasado, caerán aun más y tardarán mucho en repararse”, estimó Praveen Donthi, analista sénior del International Crisis Group.
Las expulsiones de diplomáticos realizadas el lunes surgen luego que Canadá le notificó a la India el domingo que su máximo representante en el país era una persona de interés en el asesinato del activista sij Hardeep Singh Nijjar en Canadá en el 2023, y que la Policía había descubierto evidencias de una creciente campaña contra ciudadanos canadienses por parte del Gobierno indio.
La Ministra de exteriores canadiense Mélanie Joly también vinculó a otros cinco funcionarios indios expulsados al asesinato de Nijjar e indicó que Canadá había recabado “evidencias amplias, claras y concretas que identifican a seis individuos como personas de interés en el caso Nijjar”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la India rechazó las acusaciones, calificándolas de absurdas, y anunció que expulsaría al alto comisionado canadiense y otros cinco diplomáticos en represalia.
Michael Kugelman del Centro Wilson, un centro de investigaciones estadounidense, dijo que la reacción tan enfática de India se debe en parte a la manera tan pública en que Canadá lanzó sus acusaciones.
“Nueva Delhi es sumamente sensible a cualquier crítica externa de sus políticas. Y Canadá no está solamente criticando las políticas de India sino que, al máximo nivel del Gobierno, está lanzando algunas de las acusaciones más graves que un Gobierno puede proferir contra otro”, explicó Kugelman.
El año pasado, respondiendo a acusaciones similares por parte de Trudeau, India le exigió a Canadá retirar 41 de los 62 diplomáticos que tenía en el país.
Kugelman dijo que las relaciones entre los dos países están “sobreviviendo con respiración artificial” y que los temores de India sobre el movimiento Khalistan en Canadá “básicamente tienen como rehén a la relación”.
Canadá no es el único país que ha acusado a funcionarios de India de elucubrar tramas en territorio extranjero.
El año pasado, fiscales estadounidenses dijeron que un funcionario del Gobierno indio orquestó un fallido complot para asesinar a otro líder separatista sij en Nueva York. El funcionario no fue ni acusado formalmente ni identificado por su nombre, pero fue descrito como “un oficial sénior de campo” con responsabilidades en gerencia de seguridad e inteligencia.
Nueva Delhi en ese entonces expresó su inquietud y aseveró que se tomaba muy en serio el asunto. El lunes, el Departamento de Estado dijo en un comunicado que una comisión india creada para investigar el complot viajaría a Washington el martes como parte de sus averiguaciones.
La Ministra de exteriores canadiense dijo el lunes la India está cooperando con Estados Unidos, pero se niega a hacerlo con Canadá.
Donthi dijo que la postura india hacia Canadá es más dura porque relativamente, tiene menos en juego.
“Las relaciones entre Estados Unidos e India tienen también un marco y un contexto geopolítico distinto, a diferencia de las relaciones de India con Canadá”, indicó Donthi, añadiendo que la reacción tan enfática del Gobierno del Primer Ministro Narendra Modi se debe también a su deseo de enviarle un mensaje a sus partidarios en casa.
“Toda crítica pública es anatema para el Gobierno indio, que está personificado en Modi. La reacción tan agresiva está dirigida a la comunidad internacional y, lo que es más importante, a los partidarios domésticos de Modi”, explicó.
Aun así, expertos dicen que la disputa podría tener ramificaciones para las ambiciones globales de Modi mientras trata de proyectar a India como una potencia mundial en ascenso y acercarse a Estados Unidos, que al igual que la India ve con recelo la creciente asertividad de China.
Donthi dijo que la disputa entre la India y Canadá además “afectará el creciente entendimiento estratégico entre Estados Unidos y las democracias occidentales” que consideran a Nueva Delhi un contrapeso frente a Beijing.
“Los alegatos canadienses contra la India van en contra de esa tendencia, ya que Nueva Delhi ha estado disfrutando de un ambiente externo favorable”, dijo Donthi. “Esto afectará las ambiciones de la India de ser una potencia mundial”.