La Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola, institución que depende de la Universidad de Guadalajara, es depositaria de la memoria de Jalisco a través de diversos fondos bibliográficos, que incluyen la Colección de Lenguas Indígenas, catalogado como Memoria del Mundo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, incluso una quincena de títulos incunables, es decir que remiten a los orígenes de la imprenta (1450-1500), pero el recinto universitario es también depositaria de archivos menos conocidos y no por eso menos importantes, resalta Alejandro Solís, responsable de Archivos Históricos de ese espacio universitario.

 

Algunas de las joyas históricas con las que cuenta la Biblioteca Pública del Estado es la del Archivo de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, que suma más de 20 mil manuscritos, y la del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, que comprende más de 300 mil expedientes.

Estas colecciones cuentan cómo era la dinámica social de la Ciudad en el siglo 16, pero también qué crímenes asolaban a la Nueva Galicia, que tipo de enfermedades y defunciones se suscitaban, qué clase de impuestos se pagaban a la Corona, hasta qué políticas establecía el imperio español en tierras conquistadas y el papel que jugaba la religión en este territorio.

“El de la Real Audiencia es el archivo más antiguo que tenemos y este archivo es muy importante no solamente para los jaliscienses, sino incluso para el norte de México, porque la Real Audiencia tenía su centro en Guadalajara, pero se extendía hasta el sur de Estados Unidos”.

Alejandro Solís

Responsable de Archivos Históricos de la biblioteca. universitario

El historiador y experto en archivos remarca que el de la Real Audiencia es un verdadero tesoro histórico porque en él se contienen incluso qué tipos de telas utilizaban los españoles para sus ropajes, inventarios de objetos, posesiones, pleitos jurídicos de personas intestadas, mapas del antiguo territorio, asuntos completamente cotidianos porque la Audiencia era la forma de administración del imperio español, la instancia que administraba la justicia en ese enorme territorio.

Otra de las joyas de la biblioteca es el archivo histórico del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, que resguarda la memoria judicial del Estado desde 1824 hasta la primera mitad del siglo 20, a partir de los ramos: Civil, Criminal y Administrativo, remarca Laura Benítez Barba, responsable de archivos de la biblioteca.

Este archivo comprende más de 300 mil expedientes, que en conjunto delinean la evolución criminal de estas tierras desde las primeras décadas del siglo 19 y hasta el siglo 20.

La historiadora remarca que este tipo de documentos revelan incluso la evolución tecnológica en la integración de expedientes judiciales: a finales del siglo 19 ya se incluyen fotografías carcelarias de los delincuentes del pecho hacia arriba; fue hasta el siglo 20 que se incluyen las huellas dactilares y las fotos de perfil, además de frente.

“Los archivos resguardan la memoria judicial, ya no tienen valor legal tal cual, pero sí tienen gran valor histórico, todo es importante, aquí se puede encontrar un archivos con casos sobre mujeres, hay quien dice que no hay, pero antes nadie tenía interés en las mujeres, ¿quién se encargaba de resguardar esa historia? Nadie, pero en todos los archivos hay mujeres, no solo como criminales, como dueñas de tierras o posesiones, sino como parte de la vida cotidiana”.


Laura Benítez Barba
Responsable de archivos de la biblioteca.

Uno de los fondos “más jóvenes” de la biblioteca es el del ingeniero Jorge Matute Remus, que hace poco fue donado por su familia. El fondo no está abierto a consulta pública, porque está en proceso de catalogación, pero cuenta con más de cinco mil planos, documentos, dibujos, bocetos, fotografías y reconocimientos que recibió el ingeniero en vida.

Este archivo es importante para la Ciudad porque da cuenta de la evolución urbana a través de la obra de este ingeniero que se convirtió en Rector de la Universidad de Guadalajara (1949-1953) y que fue calificado por instituciones especializadas como la Sociedad de Ingeniero Civiles y Arquitectos de Guadalajara, como “el ingeniero civil del siglo 20 en Jalisco”.

“Matute Remus es famoso por mover el edificio de la telefónica (foto), pero fue Presidente Municipal de Guadalajara, Rector de la UdeG, director de lo que hoy se conoce como el Siapa y todavía tuvo que ver con el transporte. El ingeniero estuvo involucrado con la construcción de la Línea 1 del Tren Ligero, además tuvo una idea muy innovadora para su tiempo, un proyecto que se llama ‘Va Derecho’, lo que hoy conocemos como el Macrobús que cruza toda la Calzada Independencia”, narra Benítez.

La consulta de fichas generales en torno a estos acervos puede hacerse de manera remota en esta liga. En ese sitio se puede hacer una búsqueda sobre temas específicos y saber cuántos archivos han sido digitalizados, incluso su número de identificación para poder consultarlos posteriormente en físico.

Edición: Rebeca Pérez Vega
Información: Rebeca Pérez Vega
Fotos: Ismael Ramírez

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