“Hablar de Verdi es como celebrar un padre para los italianos”, opinó el musicólogo Massimo Mila cuando se cumplieron 50 años de su muerte.
El famoso coro de los hebreos durante el exilio en Babilonia, “Va pensiero”, de la ópera Nabucco, fue incluso considerado una suerte de un himno a la independencia y a la unificación de Italia, bajo el yugo de los austriacos.
Al día siguiente de su estreno, en 1842, en los muros de Milán aparecieron pintadas las siglas “V.E.R.D.I.” a manera de consigna: Vittorio Emanuele Re D’Italia.
“Con esta ópera puede afirmarse realmente que mi carrera ha comenzado”, diría el propio compositor, aunque ya había estrenado en 1839 Oberto, en la Scala de Milán.