El grupo criminal Guerreros Unidos nació como un desprendimiento del llamado Cártel de los Beltrán Leyva en Guerrero y su primera escisión y guerra interna fue ocasionada por un cargamento de opio de 9 millones de pesos asegurado por el Ejército.
Basada en Iguala, Guerreros Unidos empezó a usar esa denominación en octubre de 2010, cuando los hermanos Osiel, Víctor Hugo y Orbelín Benítez Palacios, conocidos como “Los Tilos”, ejecutaron a José Ángel Nava Marino “El R2”, sobrino de Jesús Nava Romero “El Rojo”, el líder de “Los Rojos” que fue abatido con el capo Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”, en diciembre de 2009 en Cuernavaca.
En 2014, después de operar como un grupo autónomo, Guerreros Unidos sufrió una fractura que derivó en una guerra regional que probablemente tuvo entre sus víctimas indirectas a los 43 normalistas de Ayotzinapa, según la declaración del testigo protegido “Juan”.
En su relato ante los fiscales del Caso Iguala, “Juan” narra que los Casarrubias y el grupo de amapoleros que encabeza Onésimo Marquina Chapa “El Necho” e Isaac Nacarrete Celis, rompieron lanzas por la pérdida de un cargamento de goma de opio.
El conflicto surgió por un operativo del Ejército en la Colonia San Miguelito de Iguala, en abril de 2014, en el que fue desmantelado un narcolaboratorio en el que procesaban un cargamento de goma que había sido entregado el mismo día por la gente de Marquina a los Casarrubias.
“El grupo de Onésimo no aceptaba la pérdida, ellos decían que habían cumplido con la entrega de la goma de opio en Iguala y se les tenía que pagar, sé que ese mismo día Onésimo hizo la entrega de la goma y pedía le fuera pagado todo lo que se le debía, aproximadamente 9 millones que él había entregado de goma y sólo se le reconocían 4 millones de deuda, pero no se los pagaban”.