El exorcismo de Ally

Asus escuchó las quejas tras el fallido debut de ROG Ally, un producto híbrido entre consola y PC lanzado a mediados del año pasado. Concebido con gran potencia, sufría varios inconvenientes, como altas temperaturas al activar el modo de alto rendimiento, lo que provocaba que los ventiladores trabajaran al máximo, generando mucho ruido.

La batería duraba muy poco, había fallos en la bahía de MicroSD por su exposición al calor, y un puerto inusual para conectar una tarjeta gráfica externa de la marca extremadamente cara. Además, los botones macro eran incómodos. Todo esto cambió y mejoró en ROG Ally X, su segunda edición, la cual probamos durante algunos días.

A pesar de contar con el mismo procesador visto en la generación anterior (AMD Ryzen Z1 Extreme), esta nueva versión añade más potencia en otros aspectos. La RAM pasó de 16 a 24 GB; el almacenamiento aumentó de 512 GB a 1 TB bajo el formato M.2 SSD 2280, más popular y económico que el formato 2230 anterior; y la capacidad de la batería se duplicó de 40 a 80 Wh.

Asus abandonó el color blanco, adoptando un negro que cubre todos los rincones de la consola, interrumpido por una tímida línea que resguarda un holograma en la parte trasera.

Como mencionamos antes, los botones macro traseros son ahora menos estorbosos, y las empuñaduras se han vuelto ligeramente más voluminosas, mejorando la ergonomía.

Es positivo que Asus haya dejado atrás el puerto especial XG Mobile Interface en la parte superior, añadiendo en su lugar un puerto USB tipo C con tecnología Thunderbolt 4, lo que flexibiliza la compatibilidad con otras tarjetas gráficas externas.

El lector de MicroSD se encuentra alejado de la salida de aire caliente, junto a la entrada de 3.5 mm para audífonos y el botón de encendido, que ahora incluye un lector de huellas digitales.

El cambio más destacado es en las rejillas, que ahora cuentan con más entradas y salidas de aire, mejorando así el sistema de ventilación y, por ende, la experiencia de uso.

Es importante mencionar que la ROG Ally X no está destinada a un público masivo, sino a personas con conocimientos en PC Gaming y la paciencia necesaria para realizar ajustes minuciosos.

Esto se debe a que la consola incluye Windows 11, un entorno poco amigable si no se tiene un mouse y un teclado a mano. Durante la instalación de programas e inicio de sesión, hubo momentos en los que el teclado en pantalla no se activaba.

Después de mucha frustración, logramos actualizar todo y ejecutar Armory Crate (AC), un software al que se accede desde un botón en la zona derecha del bisel de la pantalla.

AC intenta ser un front-end para reducir el uso de Windows, pero no lo logra del todo. Por ejemplo, es necesario recurrir a la barra de herramientas para revisar el estado de la batería y la red.

Además, te saca y lleva a las plataformas de juego como Epic, Xbox, Battlenet, EA, Steam o Ubisoft Connect, cuando estas deberían aparecer en AC; todo el trabajo lo realiza Windows.

Imaginamos un futuro donde Asus y Microsoft desarrollan a Windows Game Edition, una plataforma que compita con el amigable Steam OS de Steam Deck, o que emule una experiencia similar a la de las consolas, sin dejar de lado las configuraciones avanzadas que tanto atraen a los entusiastas del PC Gaming.

Experiencia de juego

La experiencia de juego en títulos en solitario es estable y positiva. Jugamos Alan Wake 2, un título triple A del año pasado que se caracteriza por su alta demanda gráfica. Establecí el modo Turbo (25 W) desde AC, con una resolución de 720p, y configuré el renderizado en calidad gráfica baja; con este ajuste, obtuve una tasa promedio de 33 cuadros por segundo (cps). Nada mal.

En Batman: Arkham Knight, otro juego con una rica gama de detalles como la lluvia, calles iluminadas por luces neón y combates emocionantes, la jugabilidad fue fluida y sin problemas en el equipo, incluso soportando una resolución de 1080p a una tasa de 30 cps.

Donde encontramos desafíos fue en Call of Duty: Warzone. Aunque logramos ejecutarlo, lo cual es notable, fue necesario reducir al mínimo todos los ajustes gráficos para tener una experiencia más o menos competitiva a 50 cps. En AC, dejé la resolución en 720p, activé el modo Turbo y configuré los gráficos en bajo. No es una experiencia recomendable para juegos competitivos en línea como Fortnite.

El último punto a destacar es el admirable trabajo de enfriamiento que Asus ha integrado en esta consola. El ruido es mínimo y las temperaturas se mantienen bajo control. Además, el nuevo diseño asegura que las manos estén alejadas de cualquier fuente de calor.

Para las pruebas, usamos la consola sin conectarla a la corriente eléctrica. En Alan Wake y Batman obtuve un promedio de dos a dos horas y media, respectivamente. En Call of Duty, al tener todo bajo demanda, incluso con conexión a internet, accedí a no más de dos horas de juego.

Vale la pena si buscas una consola para disfrutar de historias como The Last of Us o God of War mientras te desplazas. Sin embargo, si la quieres para juegos en línea competitivos, encontrarás muchas desilusiones. Si ya tienes la primera ROG Ally, no es recomendable actualizar, pero si vienes de una Steam Deck, notarás la diferencia en potencia y enfriamiento.

También toma en cuenta su elevado precio, con el cual puedes hacerte de una laptop gamer de descuento con tarjeta gráfica Nvidia, y mayor capacidad de procesamiento.

Asus ROG Ally X
$19,000 en Asus México

Calificación: 3.5 estrellas de 5 ⭐⭐⭐

DERECHOS RESERVADOS 2024