La Rosca de Reyes tiene sus raíces en las celebraciones del solsticio de invierno en el antiguo Imperio Romano. De acuerdo con investigaciones de la UNAM, los romanos elaboraban panes redondos con miel, nueces, dátiles e higos, escondiendo en ellos un haba.
Esta tradición sobrevivió y se adaptó con el paso del tiempo. Durante la Edad Media, en Francia, el pan comenzó a usarse para marcar el fin de las festividades navideñas. Más tarde, al llegar a España, la iglesia católica transformó esta costumbre en una celebración cristiana para conmemorar la Epifanía, cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Jesús.
En España se incorporaron nuevos elementos: el pan se adornó con frutas cristalizadas. Además, se escondió una figura en lugar de el haba, evocando el relato bíblico de la huida de María, José y Jesús para protegerse del rey Herodes.
La llegada a México
Con la conquista, esta tradición cruzó el océano y llegó a tierras mexicanas. Aquí, el pan adquirió un carácter único: se transformó en la Rosca de Reyes que conocemos hoy, decorada con frutas cristalizadas, coloridos ates, y en ocasiones, con la irresistible pasta azucarada de las conchas. Cada elemento de la rosca tiene un significado especial, desde su forma ovalada, que simboliza el amor y la unión, hasta los pequeños muñecos escondidos, que representan al Niño Jesús y la obligación de cuidarlo.
De esta manera, la Rosca de Reyes no solo es un postre, es un símbolo de convivencia y tradición que une a las familias mexicanas en una fecha especial. Cada 6 de enero, en torno a una taza de chocolate caliente, se parte este pan mientras se comparte la alegría de encontrar al “Niño” y la promesa de organizar los tamales el Día de la Candelaria.
Esta costumbre, que comenzó como una festividad pagana, ha logrado mantener su esencia a lo largo de los siglos, adaptándose a nuevas culturas, siempre evocando el espíritu de unión.
Todo un año de bendiciones
El historiador gastronómico Edmundo Escamilla, en sus relatos sobre la gastronomía, solía decir que quien encontrará al Niño Jesús en la Rosca de Reyes tendrá un año lleno de bendiciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, este significado se ha ido perdiendo, y hoy en día muchos simplemente dicen “me encontré al muñeco”, mientras que algunos hasta lo esconden para evitar dar los tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
“Estas tradiciones, aunque pueden parecer simples, son el alma de nuestra cultura. Ayudando a fortalecer los lazos familiares y de amistad, invitándonos a compartir momentos de unión alrededor de una deliciosa Rosca de Reyes, acompañada de un buen chocolate. De esta manera, mantenemos viva nuestra identidad, honrando nuestras raíces y, lo más importante, encontramos felicidad en la convivencia y el respeto por lo que nos une”, dijo en vida el historiador.
Un legado europeo
El Roscón es un pan parecido al nuestro y es el que disfrutan los españoles, también el 6 de enero.
En Francia tienen el Galette des Rois. Es similar a una tarta de hojaldre con releno de pasta de almendras.
A pagar la deuda
Dentro de la rosca se esconden figuras del Niño Jesús. Quien encuentre una deberá invitar los tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Algo que debes saber
El acitrón, dulce tradicional mexicano obtenido de la biznaga, fue durante muchos años una decoración de la Rosca de Reyes. Sin embargo, debido a la sobreexplotación de la planta, que es ahora una especie en riesgo, su comercialización y la de sus derivados están prohibidas.
Tradición que evoluciona
En México, la tradición de Rosca de Reyes ha evolucionado de manera notable en los últimos años. Aunque, la versión clásica, adornada con frutas cristalizadas y rellenas de nata o crema, siguen siendo un ícono, las panaderías y reposteros han diversificado sus propuestas para conquistar todo tipo de paladares. Hoy, encontramos desde roscas rellenas de chocolate o cajeta, hasta opciones gourmet con ingredientes como queso mascarpone, frutos rojos o matcha, reflejando una innovación sin límites.
Un ejemplo destacado es la pastelería Cardín, donde el chef Ricardo González sorprende cada año con sus originales versiones.
“Este año preparamos una rosca con un toque especial de naranja y cardamomo, y un delicioso relleno de mazapán de almendras. Y es la segunda vez que incluimos ajolotes, aunque son opcionales porque también tiene niños Dios. Decidimos seguir haciendo un homenaje a nuestra cultura mexicana y para apoyar la mejora del hospitañ del Museo del Ajolote”, puntualiza el talentoso chef.
Compra con causa
La panadería Cardin destinará un porcentaje de las ganancias de sus Roscas de Reyes para el mejoramiento del hospital para ajolotes.
Visión de Cardín
Sabor: Naranja y cardamomo.
Relleno especial: Mazapán de almendra.
Decoración: Costra de chocolate y vainilla, chocolate derretido y crumble de almendra.
Incluye: Niños de colores y “dos ajolotes”.
Fecha festiva
Cada 6 de enero, las familias mexicanas se reúnen para partir este emblemático manjar, un acto lleno de tradición y sabor. Esta fecha marca el cierre de las festividades, y compartir la rosca es una forma de celebrar la llegada de los Reyes Magos y la unión familiar.
Rosca de Reyes
3 roscas de 1 kilo
Ingredientes
Para la masa
- 1560 gramos de harina
- 340 gramos de azúcar
- 54 gramos de leche en polvo
- 110 gramos de levadura
- 13 gramos de gluten
- 750 mililítros de leche
- 270 gramos de huevo
- 20 gramos de sal
- 2 naranjas (su ralladura)
- 340 gramos de mantequilla
Para el costrón
- 250 gramos de harina de fuerza
- 250 gramos de azúcar glas
- 250 gramos de manteca
Para decorar
- 150 gramos de ate
- 100 gramos de higos cristalizados
- Huevo batido con leche y sal para barnizar
Preparación
Precalentar el horno a 160 °C. Integrar todos los ingredientes en un bowl (harina, azúcar, leche en polvo, gluten y sal). Integrar harina, azucar, leche en polvo, giuten y sal en un bowl. Agregar la levadura, la leche y el huevo, mezclar bien. Incorporar la mantequilla y continuar amasando. Añadir la ralladura de naranja y amasar hasta obtener una masa lisa y elástica. Dejar reposar la masa en el refrigerador por 30 minutos. Mientras tanto, preparar el costrón mezclando todos sus ingredientes (harina de fuerza, azúcar glas y manteca) hasta formar una masa. Retirar la masa del refrigerador, pesar y porcionar según el tamaño deseado. Bolear cada porción, estirar formando un rectángulo, colocar los niños al gusto, enrollar, cerrar y dar forma de una rosca. Barnizar con huevo batido y decorar con el costrón. Hornear a 160 °C durante 18 minutos. Retirar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla. Decorar la rosca con tiras de ate e higos cristalizados .
Información: Marichuy Garduño.
Receta: Chef Ricardo González.
Fotos: Adobe Stock, archivo y Canva.
Diseño: Sandra Acevedo
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