Una pequeña y discreta esquina en la San Miguel Chapultepec alberga este taller de helados y sorbetes hechos con insumos de calidad, ingredientes mexicanos, como cacao de Tabasco, vainilla de Veracruz o leche de cabra de Puebla, y sin atajos –nada de saborizantes o colorantes artificiales–; hay, por supuesto clásicos, como vainilla y café, pero siempre se antoja descubrir sus propuestas especiales, como naranja con mezcal, clericot, carajillo, poleo… o la selección de temporada. Hasta los más asiduos encuentran en sus vitrinas algo nuevo que probar. Una década de historia respalda a esta heladería concebida por Guadalupe González.
Gral. Juan Cano 176-3, San Miguel Chapultepec @amorcasero