La iglesia que formaba parte del monasterio de las monjas dominicas, tuvo varias etapas de construcción, pero según la propia Arquidiócesis de Guadalajara es el primer templo católico instituido en la Ciudad, en el siglo 16 y fue catedral de manera provisional hasta 1618, cuando se terminó de construir el inmueble ubicado en Avenida Alcalde e Hidalgo.