El origen del choripán se encuentra estrechamente vinculado a la tradición del asado argentino, una práctica que se remonta a la época colonial. 

Durante el Siglo 19, la cultura del asado comenzó a tomar forma entre los gauchos, los habitantes de las pampas argentinas que se dedicaban a la cría de ganado. Estos hombres rudos y autosuficientes solían cocinar la carne directamente sobre el fuego, utilizando los recursos que tenían a mano.

El chorizo, un embutido de origen español, se integró rápidamente en la dieta de los gauchos. Los chorizos frescos se hacían con carne de cerdo y una mezcla de especias, y se asaban junto con otras carnes en las parrillas improvisadas en el campo. 

No pasó mucho tiempo antes de que alguien tuviera la idea de colocar el chorizo asado en un trozo de pan, creando así el primer choripán. Esta combinación simple, pero efectiva, ofrecía una comida rápida, nutritiva y fácil de transportar.

Con el tiempo, el choripán se convirtió en un elemento básico no solo en las parrillas gauchas, sino también en las ciudades. 

A medida que Argentina se urbanizaba, los vendedores ambulantes comenzaron a ofrecer choripanes en las calles, especialmente en eventos deportivos, ferias y fiestas populares. El choripán se convirtió en una comida rápida y accesible, perfecta para disfrutar en cualquier momento del día.