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Uno de los pilares para mejorar la salud mental e impulsar el bienestar se halla en el control de las emociones.

De acuerdo con el Cornell Research Program on Self-Injury and Recovery, de la Cornell University, se conoce como regulación de emociones a la capacidad de un individuo para manejar y responder efectivamente a una experiencia emocional, ya sea positiva o negativa.

Esto significa que no se limita a sólo detener un exabrupto de ira, sino a la habilidad de identificar, abordar, experimentar y expresar cualquier tipo de emoción, complementa la Bangor University.

“Esto nos permite ser positivos en situaciones difíciles (…) a evitar que el dolor nos aplaste y que el miedo nos detenga”, precisa la universidad en territorio británico.

“Nos permite disfrutar más de las emociones positivas y experimentar menos las negativas. La regulación de las emociones es increíblemente importante para nuestro bienestar”.

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Un manejo incorrecto de las emociones puede tener consecuencias negativas en las personas. Por ejemplo, quien no las controla puede sentirse abrumado a tal punto que buscará cualquier forma de detener la intensidad, aunque sea por unos momentos, con acciones como las autolesiones, agrega el Cornell Research Program on Self-Injury and Recovery.

Algunos métodos dañinos de lidiar con las emociones son: lesiones crónicas y heridas profundas que dejan cicatrices de por vida, abuso de drogas, alcohol y otras sustancias, abandono de situaciones difíciles, agresión física y verbal, así como uso intenso de las redes sociales hasta el punto de descuidar otras responsabilidades.

Identifica y nombra tus emociones

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El primer paso para lidiar con las emociones es saber identificarlas y nombrarlas.

Se recomienda tener y escribir un diario emocional a fin de reflexionar sobre cómo se siente uno, visualizar patrones y puntos clave que desencadenan ciertas emociones.

Otra opción es rastrear las ideas negativas que perjudican la atención y el bienestar para concentrarse en cómo se sienten y cambiar la perspectiva de pensamiento.

Practica la respiración profunda

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La respiración puede brindar un momento de tranquilidad en plena tormenta.

Cuando se hace de forma consciente y profunda, se puede lidiar más fácilmente con momentos de estrés o ansiedad, ayuda a calmar el sistema nervioso y a establecer un control de las reacciones.

Sentarse y acostarse, poner una mano sobre el estómago y otra sobre el corazón y enfocarse en la respiración es una forma de propiciar esto.

Establece rutinas de autocuidado

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La salud mental está vinculada al cuidado propio y la responsabilidad con uno mismo.

Por ello, se sugiere mantener un estilo de vida saludable y apelar a la objetividad en situaciones difíciles o complicadas.

“Es una estrategia que ayuda a reducir la intensidad emocional negativa”, comenta el Tec de Monterrey.

Busca una red de apoyo

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Acudir con familiares, amigos u otros círculos cercanos para expresar las emociones y los pensamientos puede ayudar a conservar el equilibrio y a aclarar ideas.

Estos espacios también pueden fungir como pausas cortas para relajarse, mover y recargar energía. Además, permiten descansar la regulación emocional.

Otra forma es elegir un pasatiempo, dedicarle un espacio en tu agenda sin que implique sacrificar otras actividades.

“El arte, escuchar música, caminar o el mindfulness pueden ayudarte a reducir el estrés y con ello a equilibrar tu estado de ánimo”, señala el Tec.

Fuentes: Conecta, portal de noticias del Tec de Monterrey, Cornell Research Program on Self-Injury and Recovery y Bangor University.
Información: Abel Vázquez
Edición:
Ana Gabriela Rezc

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