Hoy es día en que se celebra a San Patricio y –si bien la tradición es muy popular en Irlanda, debido a que es su santo patrono– también se ha extendido a otros rincones del mundo.

En tiempos de pandemia varios de los eventos se han llevado o llevarán a cabo de manera virtual. Por ello es necesario asomarte a las páginas oficiales de cada destino y ver un poco de cada festejo. No obstante, aquí quisimos hacer un recuento de cómo –previo a Covid– las calles de varias partes del orbe solían pintarse de verde.

En destinos con fuerte presencia irlandesa, como Nueva York, Boston, Chicago, Montreal, Londres y, por supuesto, Dublín. Durante este día es posible ver a personas vestidas como duendes, así como a hombres con sombreros altos, largas barbas y un trébol en la solapa.

La vida cotidiana hace una pausa y, más allá de un decir: ¡salud!, con un tarro de cerveza, el día también sirve para evocar un poco de la tradición irlandesa: el verdor de sus paisajes y los tréboles, que simbolizan la buena suerte.

EL MUNDO EN VERDE

En Dublín varios edificios suelen ser iluminados de color verde. La celebración, considerada fiesta nacional, dura varios días en incluye muestras de cervezas artesanales

ST PATRICK'S FESTIVAL DUBLÍN

En Copenhague muchos pasean por las principales calles del destino, y la Plaza del Ayuntamiento presume muestras gastronómicas. En Washington DC, la fuente del Jardín Sur de la Casa Blanca suele ser pintada de verde. En Chicago, el sábado previo al Día de San Patricio, el río Chicago se tiñe del emblemático color con una sustancia de origen vegetal. En SídneyLondres, por ejemplo, sitios icónicos como la Casa de la Ópera y el London Eye, respectivamente, suelen ser iluminados. También en Londres llegan a presentarse danzas, música y gastronomía irlandesa en Trafalgar Square. Incluso, la CDMX se ha unido a esos festejos “vistiéndose” a tono. En Nueva York no es raro notar la algarabía en gran parte de la Quinta Avenida. En la misma arteria se encuentra la Catedral de San Patricio, en donde los creyentes piden favores al santo.

Fotos: www.choosechicago.com

MUY AFORTUNADOS

Luce un sombrero de copa alta y en color verde. El saco y los pantalones son del mismo color, aunque la camisa es blanca y el cinturón dorado. Los zapatos son negros y parecen los de un payaso. Su barba es café y casi siempre que alguien lo ve termina sonriendo. Se dice que es el leprechauns o duende
zapatero. Su nombre viene de “luchorpan“, que significa “cuerpo pequeño”.

Según la mitología celta, el leprechauns es un hada que se transforma en un hombre viejo y solitario que fabrica zapatos. También se cree que puede revelar dónde hay tesoros escondidos. Estos  duendes saben de ciencias ocultas y hasta son capaces de hacer conjuros, pero sus hechizos no son eficaces ante quienes poseen un trébol de cuatro hojas. No pueden ver la imagen de San Patricio, patrono de Irlanda, quien los expulsó de la casa de Dios. Cuenta la leyenda que cada 17 de marzo, los duendes salen de sus refugios y realizan todo tipo de travesuras. Así es como en este día Irlanda se pinta de verde.

¡SANTA HISTORIA!

Se dice que fue San Patricio quien invitó a los paganos celtas a convertirse al cristianismo al fundar su primera iglesia. Al lograr varios seguidores, los druidas llamaron a los duendes y los enviaron a la iglesia para dificultar la tarea del santo. Los feligreses no podían rezar, ya que los geniecillos hacían travesuras en el templo. Por ello, el santo expulsó a los espíritus impuros en el nombre de Dios.

Maewyn Succat fue el nombre real de este santo, quien vivió en los años 389-461 d.C. De origen británico, fue capturado a los 16 años por los piratas, vendiéndolo como esclavo en Irlanda del Norte. Luego de seis años, escapó y regresó a Inglaterra. Más tarde se convirtió en misionero irlandés. Pronto su misión cobró adeptos. A él se le atribuyen varias leyendas y milagros. El 17 de marzo se celebra la gran fiesta irlandesa en su honor. Respecto al festejo, hay algo muy cómico en todo esto. Se percibe un ambiente festivo, como si algo muy importante fuera a suceder. La gente sonríe y las flores comienzan a florecer. Hay un dicho que reza: “El 17 de marzo todos son irlandeses“, así que, mientras los duendes recorren la ciudad y hacen de las suyas, hay que beber una pinta de Guinness a la salud de los irlandeses.