LA TRAGEDIA

El 12 de octubre, el Colef no tuvo clases y Diana aprovechó para hacer pendientes en Playas de Tijuana, al noroeste, donde residía. Tomó su bicicleta -que la mayoría de sus allegados conocía- una Tern Link C8 gris, colocó su casco y comenzó su recorrido.
Alrededor de las 11:50 horas, Diana condujo por la transitada avenida Paseo Ensenada, una vía que ella conocía bien, pues vivió en Tijuana desde el 2010.
Con dos décadas de experiencia en el ciclismo urbano y un esposo ciclista también, conocía las reglas, ocupó el carril derecho y siguió de frente, como indica el artículo 35, fracción I, del Reglamento de Tránsito de la ciudad.

Apenas había pasado por una calle perpendicular a la avenida, cuando un tráiler con el logo “Grande, como siempre”, de Carl’s Jr, no respetó la señal de tránsito “ceda el paso”, siguió de frente y comenzó a ocupar el carril derecho, a la misma velocidad con la que ingresó a Paseo Ensenada.
A menos de 100 metros del restaurante Carl’s Junior, el tráiler chocó por detrás de la bicicleta de Diana, la lanzó al pavimento y continuó el camino, hasta que frenó, pero ya era tarde.
La necropsia de la académica indica como causa de muerte politraumatismo.

Dos peritajes, uno de la Policía Municipal y otro de la Fiscalía, determinaron que la ciclista cumplió con las disposiciones reglamentarias de tránsito.
EMPRESA PRIORIZÓ MERCANCÍA

El Director del corporativo AFAL, Humberto Pérez, al que pertenece Carl’s Jr, aseguró a medios de comunicación el pasado viernes que subcontrataron a dos empresas para la cabina del tráiler y chofer, y otra para la caja de la mercancía.
“Somos empáticos con el fallecimiento de esta señora colombiana, monitoreamos y damos seguimiento, que tanto transportista y aseguradora cumpla con la ley, observamos que estas cosas se den, nuestro trabajo es vigilar”, dijo.

Ni Carl’s Jr ni AFAL se comunicaron con la familia, sin embargo, sí enviaron a recoger la mercancía mientras la caja y el tráiler permanecía retenido por la Fiscalía, acto permitido por la autoridad.
Hasta ahora, solo el chofer fue requerido por autoridades y llevará el proceso en libertad. Nadie ha pagado ningún seguro a la familia.
RECUERDAN A DIANKA

Diana Peláez era más que una mujer colombiana viviendo en Tijuana.
Durante un acto al que acudieron alrededor de 50 estudiantes y profesores del Colef, sus compañeros y maestros indicaron que ella representaba una “llamita de resistencia”.
Además de académica en Bogotá, Diana practicaba el activismo con las comunidades migrantes y grupos prioritarios en México y Colombia.
Su investigación de doctorado estaba alineada a una corriente acuñada en el último año: ‘Cuidar de una sociedad en contraposición con la violencia’, afirmó su maestra, la Doctora Elizabeth Mayer, Profesora investigadora del Departamento de Estudios Culturales por 28 años.

Su padre, con quien Dianka tenía una relación estrecha, relató cómo en una ocasión ella viajó a una zona violenta y de bajos recursos en Bogotá para ayudar a mujeres que practicaban la prostitución y auxilió a un grupo de ellas para trabajar en actividades económicas distintas. “Siempre le estuvieron agradecidas”, apuntó Luis Alberto Peláez.
José Mario Suárez Martínez, un estudiante del doctorado y ex compañero de Diana, la describió con una frase, que, afirmó, intentarán practicar sus más allegados.
Ni un minuto de silencio y toda una vida de combate".
Ex compañero de Diana
MOVILIZACIONES TRAS CRIMEN

Este viernes 28 de octubre está programada una movilización de varios estados, encabezados por Baja California, para despertar la conciencia entre autoridades, ciclistas urbanos, asociaciones de transportistas, choferes y ciudadanía.
“Tijuana es caótica”, admitió el presidente del Colef, Víctor Espinoza, frente al padre y madre de Diana, en un homenaje que el profesorado organizó para la investigadora el lunes 24 de octubre.
Desde el 2014, el biólogo y activista Roberto Romero Guluarte ha impulsado un urbanismo sustentable; en el 2018, fundó el colectivo Ensenada Se Mueve, en el Municipio del mismo nombre.

Romero Guluarte afirma que existe “una injusticia vial” con dos factores preponderantes y sistémicos: el retraso de las autoridades por la nueva visión sustentable de las ciudades y una ciudadanía que desconoce el actual Reglamento de tránsito y normaliza la violencia vial.
La bicicleta es un instrumento de cambio social, con mucho potencial para que las personas puedan reencontrarse con la comunidad, que ha crecido con gran celeridad".
Galuarte, miembro de la Alianza Nacional para la Seguridad Vial.

Alrededor de 17 mil mexicanos mueren en las calles al año, recalcó.
“La infraestructura es determinante para la accidentabilidad, pero para la autoridad la educación vial se convirtió en recaudatorio”.
Aunado a esto, el 2 de noviembre vence el plazo para la homologación de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, la cual declara, junto a la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, la necesidad de construcción de la infraestructura necesaria para una circulación digna.