El voto disidente fue de Irene Espinosa, quien optó por aumentar la tasa en 75 puntos base, a 7.25 por ciento, al argumentar que la aceleración de la inflación por encima de lo esperado ha propiciado que los ajustes en la postura monetaria instrumentados en meses recientes hayan tenido un efecto limitado sobre la tasa de interés real, que se mantiene por debajo del nivel requerido para lograr la convergencia a la meta de 3 por ciento.