“Se nos pidió hacer el mejor Seat de la historia, el mejor Seat que pudiésemos diseñar”, contó en videoconferencia Jordi Font, responsable de Desarrollo de Color and Trim de la firma, en una videoconferencia a mediados de febrero pasado.
“El León de la generación anterior era muy bueno, era excelente con sus formas y con mucho éxito; en el 2016, nos planteamos si hacíamos un León completamente diferente o hacíamos una revolución o una evolución del diseño que teníamos. Hemos querido coger el modelo que teníamos anteriormente y le hemos dado mucha más emoción, mucha más escultura”.
Desde el primer esbozo del nuevo León, a la portezuela trasera la cruzaba una tira de luz roja que iba de calavera a calavera, rasgo con el que los diseñadores de Seat buscaban rendir tributo al primer Toledo y cuya manufactura supuso un reto tecnológico debido al gran número de LED incorporados.