Los bocetos comenzaron a “rugir” en las mesas de trabajo de los diseñadores de Seat en 2016. En ellos, se trazaba una silueta sofisticada y deportiva, un cofre alargado, grandes pasos de llantas y una parrilla con caída vertical.

La cuarta generación del icónico Seat León comenzaba a cobrar vida. Y el objetivo era conseguir que así, escultural como lucía desde entonces, llegara a las calles.

El reto no era menor. El nuevo modelo debía ser capaz de reinventar a la generación más exitosa del hatchback, la tercera, lanzada en 2012 y que supuso un crecimiento de 47 por ciento en las ventas del Seat León a nivel mundial. Por ello, se destinaron mil 100 millones de euros y un equipo de 80 personas en el desarrollo.

“Se nos pidió hacer el mejor Seat de la historia, el mejor Seat que pudiésemos diseñar”, contó en videoconferencia Jordi Font, responsable de Desarrollo de Color and Trim de la firma, en una videoconferencia a mediados de febrero pasado.

“El León de la generación anterior era muy bueno, era excelente con sus formas y con mucho éxito; en el 2016, nos planteamos si hacíamos un León completamente diferente o hacíamos una revolución o una evolución del diseño que teníamos. Hemos querido coger el modelo que teníamos anteriormente y le hemos dado mucha más emoción, mucha más escultura”.

Desde el primer esbozo del nuevo León, a la portezuela trasera la cruzaba una tira de luz roja que iba de calavera a calavera, rasgo con el que los diseñadores de Seat buscaban rendir tributo al primer Toledo y cuya manufactura supuso un reto tecnológico debido al gran número de LED incorporados.

Conforme el proyecto progresaba, se implementó el uso de nuevos materiales y tecnologías. Piel de la mayor calidad para los asientos, un asistente de voz para el sistema de infoentretenimiento, acabados de aluminio cepillado.

Incluso, un nuevo emblema de la denominación León, en tipografía cursiva, fue creado de puño y letra de Jordi Font.

La nueva generación se reveló en enero de 2020. Sus proporciones eran las de un auto deportivo, el poste A ligeramente inclinado y una carrocería más alargada. Un aspecto mucho más agresivo.

Como si el León estuviera a punto de saltar sobre su presa.