“¡Tango Delta!”, dice un operador de la NASA mientras la unidad desciende. “¡Touchdown confirmado. Perseverance aterrizó en la superficie de Marte, listo para buscar signos de vida pasada!”, suma otra voz e inmediatamente todo el equipo estalla en júbilo. En ese momento, los sueños y años de esfuerzo del mexicano Luis Enrique Velasco llegaron a otro planeta.
Nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Luis Enrique Velasco formó parte de la misión Proyecto Marte 2020 como líder de diseño mecánico para los sistemas de inserción, descenso y aterrizaje del vehículo enviado a Marte. Su trabajo fue una de las partes más críticas porque sólo había una oportunidad de lograrlo para la NASA y toda humanidad.
¿Quiénes influyeron en ti para llegar a la NASA?
Gran parte de mi desarrollo fue influido por mi madre y mi padre. Por el lado de mi madre, me enseñó a tener sueños realizables; al ser maestra de educación preescolar nos leía historias, poesía, nos educó a mí y a mis cinco hermanos. Mi padre era una persona dedicada a su trabajo, empezó desde muy abajo en su industria y llegó a posiciones muy importantes. Me quedó claro que no importa tu origen, ni tu entorno, siempre puedes salir adelante y llegar muy alto.
¿Cuál fue tu reacción al ver el amartizaje?
Fue una emoción muy fuerte, fue una fiesta muy intensa, con sentimientos encontrados y la zozobra de que pudiera pasar algo, de que la misión podría ser un fracaso. Es algo que siempre hay que considerar.
Las cosas iban ocurriendo de poco en poco. Entramos en la atmósfera, se desplegó el paracaídas, se quitó el escudo térmico, todo era incertidumbre. Cuando me dicen que aterrizamos y estamos a salvo en Marte, fue indescriptible la emoción.
¿Cómo recuerdas aquel momento?
Hubiera sido muy significativo estar de manera presencial junto con el equipo que colaboró con esta misión pero no se pudo por la pandemia de Covid-19. Estuve en casa con mi familia y en otra computadora había una sesión con mi familia en México, con todos aquellos que de alguna manera u otra pusieron un granito de arena y me apoyaron.
¿Qué significado tiene para ti este logro?
Para mí es un orgullo representar a mi País, representar a la cultura maya, sobre todo representar a mi familia y hacerlo de esta manera. Se me abrió una oportunidad y me atreví a tener sueños altos. Así como los mayas hicieron cosas grandes, yo también podía hacerlo. Me preparé, trabajé muchísimo, pasé por muchos desafíos pero nunca desistí de mis sueños.
¿Cuál es tu próximo objetivo?
Tenemos el propósito de regresar a Marte para recoger las muestras de Perseverance. La misión en la que estoy enfocado al 100 por ciento es crear todos los sistemas para llevar un aparato espacial diferente, ya no un rover. Empezamos en 2021 así que aproximadamente tomará unos ocho años.
¿Qué podemos esperar con esta misión?
Llevaremos un cohete y por primera vez en la historia de la humanidad vamos a despegar desde otro planeta para traer las muestras de Marte. En otra misión habrá un dispositivo que orbite Marte que recibirá las muestras, posteriormente se disparará hacia la tierra y finalmente recibiremos las muestras para el 2031.
¿Cuándo llegarán los humanos a Marte?
Pienso que será en 2040 por todos los avances tecnológicos que habrá. Lo que hicimos con la misión Marte 2020 fue un indicador de que sí es posible porque requirió de mucho desarrollo para aterrizar de una manera tan exacta en un lugar peligroso. Me da a entender que sí tenemos la capacidad de lograrlo, no me queda duda de que los humanos colonizarán Marte.
A propósito de conquistas, ¿qué opinas de la tendencia de empresas tecnológicas en ir al espacio?
Creo que es necesario y estamos viviendo una nueva carrera espacial. Se le llama New Space al involucramiento de la iniciativa privada y es importante porque están transformando la tecnología espacial, esto permite que haya aparatos espaciales más pequeños y que puedan hacer más cosas. También propicia que el espacio se democratice y que se socialicen los conocimientos.
Esto significa que México puede contribuir porque los costos serán más baratos, porque la iniciativa privada ve que otros empresarios le apuestan y eso genera confianza.
Lo que veo en el País es que las empresas cada vez abren más puertas para desarrollar la industria aeroespacial y me da mucho gusto que sea así.