El Pride es un acontecimiento que aparece en el calendario el 28 de junio, pero que no se limita solo a ese día, ya que engloba una serie de eventos que los colectivos LGBT+ organizan cada año no solo para dar visibilidad a sus integrantes, sino también para instar a la sociedad a generar un entorno de aceptación e igualdad para todas las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales, queer y asexuales, quienes llevan décadas en una incansable lucha por sus derechos.
En relación con este tema, los tapatíos Havanna Bribiesca y Miguel González hablan sobre su experiencia de vida al pertenecer a la comunidad LGBT+, y dan un mensaje contundente sobre la importancia de amar y respetar para vivir en armonía.

Havanna Bribiesca
Esta joven de 27 años de edad es una diseñadora de modas que cree que es importante conmemorar el Pride para demostrarles a las personas que no han salido del clóset que nada es imposible, y por tanto puedes ser un alma libre en total sintonía con tu identidad drag, transexual, bisexual, homosexual o queer.
“Ver a toda la comunidad marchando, orgullosos y seguros con sus seres queridos, creo que es algo muy inspirador para los demás, te hace sentir en algún punto normalmente aceptado en una sociedad donde todavía nos falta, sobre todo a mí, que me costó ser quien realmente quería”, afirma Havanna, “salir a marchar orgulloso de por fin ser aceptado por quien eres es muy bonito”.
Para esta chica, los 30 días de junio no son suficientes para manifestar todo lo que significa el Pride, pero cree que mínimo son un avance en la lucha que han emprendido millones de personas de la comunidad LGBT+.
“El pensar en nosotros un mes entero creo que es algo muy lindo, yo cada junio me emociono, y (ahora) puedo más que nunca emocionarme porque soy abiertamente gay, aunque lo hago mucho en mi Instagram y lo platico con normalidad, pero este mes lo exagero un poco más y sobre todo comparto más cosas”, explica.
Lamentablemente, tal sensación positiva es relativamente nueva para Havanna, pues a lo largo de su vida tuvo que enfrentar decenas de retos y obstáculos, como tenerle miedo a sentir algo por alguien que no fuera un hombre.
Vivió reprimida muchos años, en los que le tocó escuchar cómo sus amigas y compañeras decían que les daban asco las lesbianas, e incluso llegó a pensar que ella estaba mal por la orientación sexual que tenía.
“Creo que lo más difícil de tener que enfrentar, al ser parte de esta comunidad, es no poder amar libremente, no poder tener o ser algo ‘normal’ con la persona que amas”, platica Havanna.
“Uno no piensa o no sabe, pero el tener que convivir en una sociedad donde no era aceptado ser gay, y el escuchar a tus amigas hablar de hombres o sus novios, mientras a mí no me gustaba ninguno y quería hablar del tema igual que ellas, pero con mujeres, me dolía un poco”.

Para reflexionar
“Creo que, todavía, la percepción de las personas que no pertenecen a la comunidad (LGBT+) es muy cerrada, no entiendo el odio, gracias a Dios jamás he experimentado algo muy fuerte acerca de la homofobia, como golpes o agresión, pero tengo amigos y conocidos que sí, creo que es muy triste.
“La gente está evolucionando, y si uno no evoluciona, te quedas atrás, estancado e infeliz, me gustaría que intentaran cambiar su percepción sobre nosotros, que sepan que solo es un gusto, como si te gusta la nieve de fresa o vainilla.
“Créeme que si de chica me hubieran dado la opción de cambiar mi preferencia sexual, lo hubiera hecho con tal de no sufrir y sentirme mal conmigo misma”.
Primera experiencia en una marcha
“Fue en Australia, el Mardi Gras 2015, donde todavía era una hetero de clóset con mis amigos no tan cercanos, pero viendo a todos tan libres y felices, besando a las personas que amaban, me hizo sentir que todo era posible.
“Para mí en ese entonces era imposible, yo de verdad pensaba que tener novia o vivir con una pareja de mi mismo sexo era imposible”.

Mensaje a la sociedad tapatía
“Que no sean tan duros o cerrados con sus hij@s, familiares o amig@s, no dejarán de ser las personas que aman solo porque tienen un gusto diferente al suyo, mientras no te afecte a ti, ¿por qué importarte o molestarte?
“Es muy bonito encontrar personas buenas, o simplemente encontrar personas a las que no les afecte en lo absoluto el verte con una persona de tu mismo sexo, en mi caso me hace sentir tranquila”.
Su granito de arena
“El ser yo abiertamente, el poder expresar que me gusta alguna mujer, el poder compartir en Instagram que me gustan las mujeres; sé que a alguna que otra persona, porque me han escrito, les he ayudado a ser ellos libremente, o los inspiro a que nada es imposible, que claro que toma tiempo, pero nunca estamos solos.
“El compartir en redes que mi familia apoya, ama y acepta a la comunidad, creo que es algo inspirador para algunos, ya que yo en algún pasado de mi vida lo veía imposible, ahora lo vivo más libre que nunca y me siento la persona más plena y feliz”.


Miguel González
Para este arquitecto de 32 años de edad, junio representa una oportunidad para tratar de informar y concientizar a su círculo cercano sobre la lucha que por años ha entablado la población LGBT+.
“Este movimiento del mes del Pride inició con los disturbios en Stonewall, (causados) por la represión y maltratos de la policía hacia personas de la comunidad, y gracias a esos disturbios fuimos escuchados por primera vez, que aquí estamos, aquí estaremos y no nos vamos a ir”, comparte Miguel.
Para él, las actividades que se realizan durante junio tienen un significado relevante, pues dan voz a un grupo que ha vivido marginado y que busca ser aceptado y entendido por los demás, no juzgado o señalado.
“La mayoría de las personas de la comunidad crecemos con una personalidad un poco falsa para que no nos excluyan, no nos agredan y no nos insulten, en pocas palabras, para que nos quieran, y las marchas representan todo lo contrario: exponerse, celebrar y disfrutar”, dice.
“Este mes es para sentirnos orgullosos y abrazarnos tal y como somos, y no sentir que tenemos algo malo en nuestro ser por el simple hecho de tener una orientación sexual diferente a la mayoría de la población”.
Reafirmar tal concepto es de vital importancia, sobre todo en una sociedad en la que no faltan problemas suscitados por la ignorancia y la falta de información.
Algunas de las malas experiencias con las que Miguel ha tenido que lidiar incluyen comentarios como “¡qué desperdicio!”, que se refiere a que las mujeres perderán la oportunidad de salir con él, o “no te ves gay”, como si su orientación sexual determinara su aspecto físico o su forma de ser.
“Lo peor han sido los actos de homofobia en lugares públicos, como una vez, en una boda, una señora regañó y hostigó a mi pareja de aquel momento, diciéndole que nos separáramos, que ese era un evento familiar y no podíamos estar juntos”, recuerda.
“Mis amigos, al ver esto, nos apoyaron haciendo una barrera, literal, para que la señora nos dejara de hostigar. Estos mismos actos de homofobia los he vivido en algunos antros”.

Para reflexionar
“Creo que no podría generalizar la percepción de las personas que no pertenecen a la comunidad (LGBT+), pero lo que sí podría decir es que creo que cada vez muestran más apoyo para incluirnos en la sociedad, y espero que esto siga siendo así cada vez más, para que tu orientación no sea algo relevante hacia las demás personas”.
Primera experiencia en una marcha
“El 2022 fue la primera vez que participé en la Marcha del Orgullo aquí en Guadalajara. Para ser honestos sí tenía un poco de nervio previo al llegar a la marcha, ya que no sabía si me iba a enfrentar a algún acto de odio, pero al llegar desapareció esta sensación al ver a las miles de personas sintiéndose en un lugar libre de odio y prejuicios, y ser ellos al 100 por ciento.
“Se respira un aire de libertad y felicidad, que aunque sea por un día te sientes libre de expresarte tal y como eres sin temor a alguna represalia”.

Mensaje a la sociedad tapatía
“Creo que las generaciones más jóvenes tienen una apertura mucho mejor que la de generaciones más grandes. Se me hace importantísimo que los medios como CLUB le estén dando espacio a la comunidad para que sepan que aquí estamos, siempre hemos estado y siempre estaremos.
“Quizás algunos no estén de acuerdo con que nos den exposición, o dicen ‘los respeto, pero que no los normalicen’, o ‘con los niños no se metan’, pero no saben el impacto positivo que le pueden generar a un niño que, al estar descubriéndose, pueda observar en un ejemplar una boda LGBT, y ver que sí puede llegar a tener un final feliz sin prejuicios. A mí me hubiera encantado ver eso cuando era más chico, y entender que no hay nada de malo por sentir lo que sentía en esos momentos.
“Me gustaría decirles que el amor hacia una persona, sea o no del mismo sexo, no es algo que debe de ser repudiado, sigo sin entender cuál es la afectación que a estas personas les genera. Algunas veces quieren anteponer su religión ante estos temas, pero Dios es amor, Dios no es odio, Dios dice que ames a tu prójimo. Vive y deja vivir”.
Su granito de arena
“Me gusta mostrarme en mis redes sociales tal cual soy, para poder así, de cierta manera, normalizar que las personas de la comunidad existen en todos los círculos sociales.
“Me gusta también, cuando mis amigos heterosexuales tienen dudas sobre temas relacionados, informarlos, porque sí tienen apertura a informarse y tratar de entender cosas que para ellos les resultan ajenas.
“Es una lucha que cada día vamos avanzando poco a poco, y espero que en un futuro no exista el tener que salir del clóset”.

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Información: Jimena de la O. Fotos: cortesía.