Con un menú inspirado en los colores de los atardeceres mexicanos conformado por mejillón con risotto de pimiento y alcaparra y pulpo marinado con chimichurri de hinojo y cilantro, sibaritas se pusieron al día y, algunos, se reencontraron
con viejas amistades.
“Es una gran noticia empezar a ver que hay eventos súper cuidados. Todo eso de llegar y que haya alguien que te está haciendo la prueba de Covid, que sea al aire libre y que seamos pocas personas es la forma de reactivarnos”, comentó la publirrelacionista, Lissette Trepaud.
Esta cena maridaje, la cual estuvo a cargo del chef Gil Covarrubias, fue sólo una de las experiencias que vivieron los invitados, pues también formaron parte de una cata guiada por expertos para probar el Tequila Clase Azul Gold.
“Un buen destilado es aquel que respeta el sabor de su materia prima, el agave, y resalta sabores y aromas de su añejamiento en caso de tenerlo, pero, a la vez, es amable al paladar, sensación sedosa en boca y un retrogusto prolongado”, explicó Jesús Martínez, director de marketing global de la firma anfitriona.
Grandes conocedores o aficionados, todos los asistentes salieron con un mejor entendimiento del trabajo detrás de este destilado de Jalisco conocido en todo el mundo.
“Lo que más me gusta del tequila son los procesos artesanales que tiene, que es un producto mexicano y que además es estandarte en todo el planeta”, expresó Luis Miguel Moreno, director de comunicación de El Palacio de Hierro.
“Es muy bonito ver a viejos amigos que hace mucho tiempo no veía por la pandemia y, por supuesto, degustar
un gran tequila”. LUIS MIGUEL MORENO, director de comunicación de El Palacio de Hierro
+ En una cena marinada con tequila, los invitados comieron crotón de atún con mayonesa de jengibre y limón real; mejillón con risotto de pimiento y alcaparra con mantequilla y limón real; pulpo marinado con chimichurri de hinojo y cilantro, pate vegetal y vegetales asado, y, de postre, eligieron entre tarta de mousse de chocolate y sal o ganache de vainilla y limón real.
