En ocasiones, la relajación y parsimonia de las vacaciones pueden dificultar el regreso a la escuela o al trabajo.
El motivo de esto reside en la abrupta reincorporación de horarios y responsabilidades tras un lapso considerable de laxitud en los hábitos cotidianos, señala la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en su sitio web.
“No podemos pretender que nuestro estilo de vida en un período vacacional pueda cambiarse de forma brusca en cuestión de veinticuatro horas”, indica la institución educativa.
Apatía, cansancio, dificultad para concentrarse, estrés, nerviosismo, trastornos del sueño e inclusive tristeza son algunas consecuencias de una fallida reintegración a las labores, añade.
Ante este panorama, la Clínica Universidad de Navarra sugiere implementar un retorno progresivo a la normalidad con el fin de facilitar la aclimatación tanto de jóvenes como de adultos.
“No te agobies tratando de volver a la normalidad de inmediato. La adaptación lleva tiempo y es importante recordar que es normal sentir cierta resistencia al cambio. Permítete a ti mismo un período de ajuste gradual”, concuerda Universia.
Reajuste temporal
De acuerdo con Education First (EF), la reinstalación de rutinas debe responder a una planeación previa.
Por ello, sugiere armar un horario tentativo que contemple las actividades académicas, profesionales y personales diarias, así como los tiempos de ocio, descanso y de traslado.
La planeación se pondrá en práctica unos días antes de concluir las vacaciones para corroborar que se tengan las estimaciones adecuadas y hacer los cambios pertinentes.
En lo referente a los hábitos de dormir, se recomienda respetar las ocho horas de descanso, empezar a acostarse y levantarse de acuerdo con la programación establecida. En caso de no lograr conciliar el sueño a la hora deseada, las personas pueden aproximarse de forma gradual al objetivo.
Lo mismo aplica con el itinerario de comidas y de actividad física.
Preparación anticipada
Ya sea que se acuda a la oficina, a la escuela o se realicen actividades desde casa, es recomendable tener los materiales listos para su uso con días de anticipación. Esto evitará que se agoten, no se encuentren o se resuelvan problemas antes de la reincorporación.
Del mismo modo, se sugiere redactar las metas, rutinas o listados de pendientes y llevar un control tanto de fechas límites como de asignaciones para propiciar un estilo de vida más organizado.
Calendarios, organizadores y agendas son algunas herramientas que pueden contribuir a lo anterior y a establecer un plan de prioridades.
Una sugerencia para los jóvenes que cambiaron de entidad o sede educativa es acudir con antelación a fin de familiarizarse con el espacio.
Apuesta saludable
La introducción de ciertos hábitos puede facilitar el retorno a la cotidianeidad.
Por ejemplo, llevar una buena alimentación y una vida más activa, practicar ejercicios de meditación y tener pasatiempos durante todo el año son acciones que suman al desarrollo integral de las personas y al establecimiento de metas realistas, afirma Universia.
Esto debido a que una dieta balanceada dota al organismo de los nutrientes necesarios para incrementar el rendimiento y la productividad.
Por su parte, tanto la meditación como la actividad física y los hobbies facilitan el manejo del estrés derivado de asignaciones pendientes, agrega la Clínica Universidad de Navarra.
Para complementar
Otras recomendaciones para facilitar el regreso a actividades son:
+ No obsesionarse con la transición y disfrutar los próximos retos.
+ Evitar los ayunos; un desayuno completo contribuye a mejorar las capacidades físicas y cognitivas.
+ Identificar qué elementos de la rutina diaria se realizan por compromiso y buscar alternativas que satisfagan los intereses personales.
Fuentes: Universidad Oberta de Catalunyaa, Clínica Universidad de Navarra, Education Firrst y Universia.
Información: Abel Vázquez
Edición: Ana Gabriela Rezc
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