
Tradiciones Navideñas
Las piñatas y los nacimientos están arraigados en la cultura mexicana desde la Conquista. Estos elementos religiosos, que sirvieron a frailes y misioneros para evangelizar a los naturales de América, hoy son recreados por las manos diestras de artesanos en todo México. En Jalisco, Guadalajara, Tonalá y Zapopan tienen ejemplos para presumir.
Nacimientos
Los nacimientos se hicieron populares después de la representación viviente que hizo San Francisco de Asís en 1223, en Grecco, Italia, durante la Misa de Navidad.
Luego, los franciscanos sustituyeron los nacimientos en vivo por figuras de diversos materiales y llevaron consigo la idea de poner un Nacimiento en todos los conventos, templos o casas a las que llegaban, así se extendió la costumbre por todo el mundo, incluido Jalisco.

La Casona Jarero
María de Jesús Beltrán Salcedo, artesana de Tonalá Jalisco, usa sus manos diestras para hacer nacimientos en el taller familiar “La Casona Jarero”, con 50 años de experiencia.
El taller fue herencia de sus suegros y hoy es atendido por María y sus hijos.
La tarea de crear nacimientos comienza cada agosto, con la fabricación de figuras de yeso que se ponen a la venta a partir de septiembre. El trabajo termina el 22 o 23 de diciembre, que se deja de producir… aunque hay lugares en donde la venta dura hasta el 6 de enero.
En el taller también se hacen imágenes religiosas y alcancías para niños después de la temporada de nacimientos.

El primer paso. Antes de darle vida a María, José, el Niño o los Reyes, es necesario mezclar yeso con agua, según la medida de cada molde.
Luego, la mezcla se coloca en los contenedores hechos de látex, que se cubren con unas contratapas de fibra de vidrio para que la figura permanezca firme mientras se seca.
Una vez seca, la figura se saca del molde.


Alistan la pieza. Tras el secado, los artesanos lijan la figura para afinar detalles como las manos y la cara. Después le dan un baño con pintura vinílica blanca para que el color se pueda adherir correctamente.


El decorado. Es la parte más delicada donde los artesanos ponen ojos, pestañas y detalles del rostro a pulso y con la ayuda de pinceles y aerógrafos.


El taller tiene 10 tamaños de nacimientos desde los 10 centímetros hasta 1.90 metros.
La Casona Jarero se ubica en la Calle Nicolás Bravo 23, del Centro de Tonalá. En este video cuentan más detalles.
Piñatas
La piñatas tienen su origen en China. En el libro “Los Viajes de Marco Polo” se describe cómo se usaban para celebrar el Año Nuevo. Él las llevó a Italia en donde se adaptaron a las festividades cristianas de la Cuaresma y más tarde pasan a España, desde donde llegaron a México tras la Conquista.
Pero en el País hay otra versión que se adjudica a los mayas y aztecas, quienes jugaban en algunas ceremonias a romper, con un palo, una olla de barro decorada con plumas que se balanceaba de un mecate. Los tesoros del interior eran derramados como una ofrenda para celebrar a los dioses.

Todo un símbolo. La piñata tradicional está hecha de siete picos que simbolizan los pecados capitales en la religión católica: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
La venda en los ojos al romperla simboliza la fe y el palo que la quiebra es la fuerza para vencer al mal.
Sus colores llamativos y brillantes son las vanidades y tentaciones del demonio; las frutas y dulces del interior son los dones que la naturaleza da; y romperla significa acabar con todos los males.

El Carrusel
Desde hace 20 años, en la calle Jesús García, en la Colonia Villaseñor de Guadalajara, está la fábrica de piñatas “El carrusel”, con tradición de más de 20 años.
Sus productos se venden como pan caliente en torno al 16 de diciembre, cuando inician las posadas, que por nueve días reviven la peregrinación de José y María en busca de un lugar en Belén para el nacimiento de Jesús.
Además de los rezos y cantos, es esencial una piñata.


Para elaborar las estrellas metálicas, los artesanos pueden tardar entre 30 y 40 minutos.
Las estrellas tradicionales mexicanas llevan más tiempo y por tanto cuestan más. por lo mismo cuestas mas, se preparan con engrudo y se debe tener el cuidado de no mancharlo con el pegamento.
Navipiñatas
El taller familiar Navipiñatas es atendido por Justo Goyas en la Calle Pino Suárez 352 en Zapopan, Jalisco.
Hace más de 10 años a su hermana Blanca Estela Goyas se le ocurrió la idea de hacer piñatas con una técnica que aprendió en el Estado de México. Junto con su mamá, Isabel Nava, y su otra hermana, Isabel Goyas, empezaron a crearlas.
La fabricación de piñatas les ayudó a salir a flote cuando les faltó trabajo. Desde entonces, cada Navidad hacen piñatas para vender.
Realizarlas requiere mucha dedicación y manos… por lo que en el taller trabajan hijos, hermanos y nietos que utilizan fomi, papel crepé, de china, liso o liso, además de engrudo y pegamento blanco que, aplicados con técnica y paciencia, dan forma a las estrellas tradicionales y personajes navideños que cuelgan en posadas y cumpleaños.

En el patio de la Familia Goyas se monto el taller familiar de piñatas en donde todos los miembros de la familia colaboran.

Este año, en el taller dieron forma a nuevos modelos, como muñecos de nieve o pingüinos, para las fiestas de la temporada, como explican en el video.