En 2006, la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad el paisaje agavero, a partir de entonces, cada 24 de julio celebramos el Día Internacional del Tequila.

Hay coyunturas que este destilado ha aprovechado para convertirse en una de las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo –desde la prohibición en Estados Unidos, a principios del siglo 20, hasta la pandemia– pero su alto valor en los mercados se basa en un producto que sabe cumplir.

Sabores propios de una materia prima versátil y compleja, un trasfondo cultural que nutre la experiencia de quien lo bebe y propiedades organolépticas en pro de la celebración y la fiesta. Eso último es una teoría no comprobada, pero les animó a investigar empíricamente sus efectos en el cuerpo humano. Pareciera que el espirituoso de agave empuja al baile, al canto y al deleite.

Justo es entonces, celebrar al omnipresente de nuestras celebraciones. Festejamos al tequila porque beberlo, en caballito o en coctel, es degustar un poco de la cultura e historia de México. Para ello, he aquí la ruta de cocteles clásicos, reinterpretados y de vanguardia.

Con tradición e historia

Primero los primeros: tragos clásicos que han perdurado en el tiempo.

La batanga. Una versión mexa de la cuba libre. Creación de Javier Delgado Corona, cantinero de toda la vida y dueño del bar más antiguo de Tequila, Jalisco: La Capilla.

La tradición es mezclar tequila, una pizca de sal, jugo de limón y refresco de cola con un cuchillo que tenga mango de madera. Don Javier decía que eso le daba la sazón.

Como dato curioso, el pequeño local jalisciense figuró dentro de la lista de los 50 Mejores Bares del Mundo, tres años consecutivos, llegando a ocupar el décimo sexto lugar.

La paloma, con refresco de toronja, jugo de limón y escarchado salino es otro coctel que se adjudica a Don Javier. Se ha reinterpretado alrededor del mundo incontables veces, inclusive un reconocido bar ruso, llamado El Copitas, basa su menú en versiones modernas de este clásico mexicano.

Clásicos deconstruidos

Para reinterpretaciones modernas, los mexas nos pintamos solos.

La margarita al pastor de Licorería Limantour es de esas que rebasa expectativas y se vuelve, por sí misma, un nuevo clásico. Une dos íconos de la gastronomía nacional –el taco al pastor y la margarita– en un trago redondo y balanceado.

¿Qué lleva? tequila blanco, licor de naranja y su célebre taco mix (mezcla de piña, cilantro, chile serrano, miel de agave, albahaca y limón). Un coctel fácil de beber, refrescante, que captura auténticamente los sabores del trompo al pastor. Es divertido y ligero.

Por las mañanas, en el mismo local que alberga Limantour, puedes disfrutar de La Paloma de Tetela, un nuevo concepto de desayunos y tragos mañaneros que ha acaparado miradas con su paloma perfecta (cordial de sandía, jugo natural de toronja, tequila blanco y sal de pimienta rosa). Es la opción para quienes empiezan la fiesta temprano o la terminan muy tarde. Un “recovery drink” con mejor desempeño que una michelada. No tiene pierde, entrega justo lo que promete es, efectivamente, una paloma perfecta.

A la vanguardia

Nuevas técnicas y equipamiento permiten a la mixología llevar a otro nivel sabores, presentación y sensaciones. Para muestra, un botón.

Mexi-thai es uno de los cocteles bandera de Handshake, el speakeasy de propuesta vanguardista recién nombrado Mejor Bar de México.

Inspirado en un pad thai de la cocina fusión, su proceso es alucinante y muy elaborado: tequila blanco cocinado al vacío con aceite de coco durante cuatro horas, vodka redestilado con hojas de lima makrut, jugo de tomate clarificado y convertido en cordial gracias a una mezcla de azúcar y ácidos, aceite de albahaca como decoración.

¡Sorpresa! Nadie pronostica un trago cristalino luego de leer “tomate” en su descripción. El resultado en boca: inesperado; así lo delata la reacción al primer sorbo.

Chica de humo. Una primicia del nuevo menú, próximo a lanzarse en Handshake. Un highball con tequila ahumado, cordial de tomate y sal. En apariencia es simple, en sabores: auténtica locura, extrae verdadero provecho a las notas de agave cocido y humo; se bebe fácil.

Clásicos o progresistas, cada quien a su manera, pero que este 24 de julio nos conjure a todos bajo los encantos de un buen trago tequilero

Mario Asael Maldonado | Antropólogo de profesión, bartender por afición. Colecciona en la memoria retratos de reacción al primer sorbo. Batea tragos y buena charla en Handshake Speakeasy.
Fotos: cortesía @zeilmaker.d y Licorería Limatour
Edición y diseño: Rodolfo G. Zubieta
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