En 1982, nuevamente representó a la nación en el Campeonato Mundial de Dublín, en Irlanda, y, en 1986, en el de Aachen, Alemania, considerado el concurso más demandante de toda la urbe, pues en él sólo compite la élite mundial; en esa ocasión, el equipo mexicano quedó en sexto lugar, pero Beto ganó el Gran Premio de Hamburgo durante dicho circuito.
El año siguiente sería uno de contrastes para la comunidad ecuestre mexicana, pues en julio, con Federico Fernández como único sobreviviente, un accidente aéreo mató a 18 caballos y a 11 personas, entre ellas, al joven prodigio Rubén Rodríguez, alumno de Beto.