1961-2022
SIEMPRE OPTIMISTA

Como un hombre atento, generoso, inteligente, carismático y determinado es como describen sus más llegados a Enrique Solórzano Palacio tras su sensible fallecimiento el pasado 11 de marzo.
Nació el 11 de octubre de 1961 en la Ciudad de México. Fue el segundo hijo del matrimonio argentino conformado por Gloria Palacio Hudson y Enrique Solórzano Vidal. Sus hermanos son María, Ignacio, Santiago, Susana y Gloria.

"No te decimos adiós porque siempre vivirás en nuestro corazón. Gracias por tanto”
TUS HIJOS
Sus estudios básicos los realizó en el Colegio del Salvador, en Buenos Aires, Argentina, y su licenciatura en Economía la cursó en el ITAM.
En 1992 contrajo matrimonio con la mujer que fue el amor de su vida por 30 años, Karen Oberhauser Waring, con quien formó una familia con sus hijos, Enrique y Sofía Solórzano y José Manuel y Fernanda Rendón.
Su amplia trayectoria profesional en instituciones financieras comenzó en 1985, al convertirse en tesorero en BBV-Probursa, al igual que en Bankers Trust de 1996 y, dos años más tarde, fue el fundador de la firma de gestión de activos Valorum Sociedad Operadora de Sociedades de Inversión.

"‘Abu Che’ se fue al cielo, pero ahora será nuestro ángel de la guarda y nuestra estrella más brillante ”.
TUS NIETOS
En el 2000 se unió como consejero al Bank of America Asset Management hasta 2006. Después fue director de información del fondo de retiro de Santander hasta su venta, un año después.
Desde mayo de 2018, fue el CEO de SURA Asset Management México y, hasta la fecha, ocupaba la posición de director general de Afore SURA, siendo el responsable del modelo de negocio y de la gestión de portafolios institucionales y de banca privada.


"Me dejaste la mejor enseñanza, la cual fue que poniendo el corazón nace la pasión por lo que hacemos. Te quiero por siempre”
KAREN OBERHAUSER, esposa
“Che”, como le nombraban sus seres queridos, será recordado como un hombre que vivía en total libertad, un creativo que enriquecía cualquier discusión, un gran consejero y como uno de los mejores financieros del País.
Con su familia compartía la pasión por la cocina, el golf, la música y su afición por jugar
backgammon y vacacionar en La Paz.
Tras perder la lucha contra el cáncer, Enrique falleció dejando un legado de amor y ayuda al prójimo, así como un enorme aprendizaje a través de su frase favorita: “Vivir para disfrutar y disfrutar para vivir”. Descanse en paz.

