TRIBUTO FERNANDO GUERRA MAZORRA

1939-2022

Confiable, cariñoso, generoso, inteligente y gran amigo de sus amigos, así recuerdan sus seres queridos a Fernando Guerra Mazorra tras su sensible fallecimiento.
Nació en la Ciudad de México el 2 de mayo de 1939, hijo de Ramón Guerra González y María Luisa Mazorra Fernández de los Ríos, quienes también procrearon a Antonio (q.e.p.d.), Ignacio (q.e.p.d.), Clara (q.e.p.d.) y María Luisa.
Nieves Guerra con sus papás, Fernando Guerra y Rosa Cosío en Finisterre, España

Dejas un hueco enorme en mi vida y en el de la familia entera. Qué bien lo hiciste... para ti, la familia siempre fue primero y lo lograste con mamá. Compartimos tantas cosas, desde el humor hasta la equitación, siempre estuviste cerca y creíste en mí. Me encantaba tu forma de ver la vida y siempre me sorprendías; cómo me reía contigo... te voy a extrañar siempre”

Sus estudios los realizó entre México y Sevilla y desarrolló un gran gusto por visitar destinos alrededor del mundo, pues  era un viajero incansable.
A decir de sus allegados, era una persona muy culta, uno de sus hobbies preferidos era leer y también era apasionado de montar a caballo. A pesar de que era un hombre serio, se caracterizaba por su sentido del humor.
(Arriba) Fernando Otegui, Fernando y Rosa Guerra, José Antonio Callado, Regina Blasco y Luis Vega. (Abajo) Nieves Guerra, Rosa Cosío, Fernando Guerra y Jimena Guerra en la despedida de solteros de Regina Blasco y Fernando Guerra.

Fuerte, pero tierno; muy humano, gran amigo, sarcástico, molestón, un gran ejemplo”

Gran hombre, con un peculiar sentido del humor con el que siempre tuve una cercana relación de admiración, respeto y de mucho cariño. No hay mejor homenaje para los que se van que el mantenerlos vivos en la memoria. Te vamos a extrañar mucho, querido tío. Hasta pronto”

Una gran persona, me enseñó a valorar las naturaleza, y las cosas que la vida da gratis, gran contador de historias, memoria impactante, listo para la broma, sabio y gran consejero, me vas a hacer mucha falta”.

Su padre fundó la tienda de abarrotes La Sevillana y, de allí, los supermercados Minimax; cuando él regresó de estudiar la carrera de Ingeniería Agrónoma en Madrid comenzó a laborar en el negocio familiar. De allí, creó Iresa, empresa de cámaras de refrigeración.
En 1965 se casó con Rosa Cosío Ariño, que curiosamente cuando su papá, Moisés Cosío Gómez, llegó a la Ciudad de México muchos años antes, trabajó en La Sevillana con su padre, Ramón, y siempre quedó un cariño y respeto profundo entre ellos los dos.

Mi querido tío, Fernando, hombre cabal y de a caballo, mi mentor y consejero, siempre bromista y cariñoso; muchas gracias por tanto, te voy a extrañar mucho”.

Su más grande logro fue su familia, la cual está conformada por sus cuatro hijos, Nieves, Jimena, Rosa y Fernando, y 11 nietos, Fernando y Carlota Otegui; Jimena y Jerónimo Vega; José Antonio, Isabel, Lucía y Almudena Callado y Regina, Fernando y Álvaro Guerra.
Vivió una vida llena de retos, con grandes valores y siempre haciendo lo que creyó que debía hacer. Descanse en paz.
(Arriba) Luis Vega, Rosa Guerra, José Antonio Callado, Fernando Guerra, Regina Blasco y Fernando Otegui. (En medio) Jerónimo Vega, Jimena Guerra, Rosa Cosío, Fernando y Nieves Guerra. (Abajo) Jimena Vega, Almudena e Isabel Callado, Regina Vega, José Antonio Callado, Carlotta Otegui y Lucía Callado

Un hombre de carácter fuerte, pero, al mismo tiempo, bondadoso; duro por fuera, pero blando por dentro, astuto, trabajador, que deja huella”

Alguien que sabía disfrutar la vida, generoso, familiar y quien siempre buscó unir a todos; chistoso, bromista, inteligente y fuerte”.

Carismático, simpático, cariñoso, divertido y firme”

Trabajador, pendiente de su familia, apasionado de la lectura y la historia, cariñoso a su manera; en resumen: un hombre que dejó huella”

Una persona decidida y sería, pero a la vez con humor negro, que te transmitía sabiduría sin tener que decir nada, que puedes llegar a admirar, alguien con el corazón duro, pero enorme, que siempre está cuando lo necesitas, que te demostraba cariño y lealtad cuando tú se lo dabas”

(Arriba) Juan Fer Otegui, José Antonio Callado, Fernando Guerra e Isabella Callado. (En medio) Rosa Cosío, Rosa Guerra, Fernando Guerra, Jimena Vega, Jimena Guerra, Jerónimo y Luis Vega. (Abajo) Nieves Guerra, Lucía y Almudena Callado con Carlotta Otegui

Un hombre de pocas palabras, pero muy claras; inteligente y bueno para hacer negocios”

Una persona estricta, pero muy justa, que valoraba la amistad”.

Una persona segura de sí misma, respetuosa, sarcástica y empática con la gente de su alrededor”

Una persona alegre, cariñosa y leal, muy comprometida con su familia, exigente, recto y dispuesto a ayudar a los demás. Siempre podías contar con él y estaba disponible para asesorarte”

Malena, Antonio y Mari Carmen Cosío con Fernando Guerra, Monchita Pando y Rosa Cosío

Las reuniones familiares ya no serán lo mismo sin ti, con ese humor tan especial y alegre nos hacías a todos pasar momentos muy agradables y nos sentíamos muy queridos. Siempre te llevaremos en nuestro corazón”

Fernando Guerra, Monchita Pando, Rosa Cosío, Ángel García Corral y Mari Carmen Cosío

Un hombre de enorme personalidad y gran valía. Le recordaremos siempre con admiración y con todo nuestro cariño”

Todavía nos sentimos impactados por muerte repentina de Fernando. Por más de 20 años disfrutamos de su amistad. Él y nuestra querida Rosita fueron nuestros compañeros de viaje. Supo que a través del Club Rotario se reunían fondos para salvar la vida de enfermos terminales de insuficiencia renal crónica y él voluntariamente donaba cada año para salvar algún enfermo, lo hacía anónimamente y con mucha generosidad. Lo vamos a extrañar mucho”.

Lo primero que llamaba la atención de Fernando siempre fue su enorme presencia y personalidad. Entraba a un cuarto y lo llenaba con sus bromas y sus ojos siempre atentos a todo lo que pasaba a su alrededor. Cuando uno lo conocía no tardaba en descubrir su inmensa inteligencia, sus ganas de comerse al mundo y saborearlo en todos sus colores y formas. Aventurero y viajador incansable. Escuchar sus historias y aventuras era siempre un deleite. Celebraré tu personalidad, Fernando, en todo lo bello y extrañaré tus comentarios fuera de serie, honestos, sin tapujos y que me mataban de risa. Te echaré mucho en falta”.