Tributo Fernando Lemmen-Meyer Otero

1926-2022

EJEMPLO DE SENCILLEZ

El banquero deja una huella de valores, responsabilidad y formalidad entre sus descendientes

Como un hombre de trabajo, visión y poseedor de un gran sentido del humor, pero, sobre todo, de gran calidad humana, así recuerdan sus seres queridos a Fernando Lemmen-Meyer Otero tras su sensible fallecimiento.
Nació el 31 de diciembre de 1926 en Mazatlán, Sinaloa, junto a su gemelo, Federico, quienes fueron los últimos hijos de los seis que integraron la familia de Teodoro Lemmen-Meyer Osuna y Dolores Otero Goicochea.
Se casó con Carola Sandoval el 6 de febrero de 1959 en la CDMX.
Su infancia la transcurrió muy alegre en su ciudad natal, donde vivió muy apegado a las granjas lecheras y ranchos junto a sus hermanos, Teodoro, Lolita Julio y Chica.
A los 18 años, viajó a la Ciudad de México para realizar sus estudios de Contaduría Pública en la UNAM, los cuales alternó con el inicio de su vida profesional.
Junto a su gemelo, Federico
Su debut laboral lo hizo en una planta embotelladora de Coca Cola; posteriormente, trabajó en el despacho de contadores Freyssinier Morín y, después, en el de Macera Hermanos, en el que se encargaba de realizar auditorías para el Banco de Industria y Comercio.
En 1950, esta institución le hizo un ofrecimiento para que se incorporara como contador general y permaneció ahí durante 42 años, a la postre de que el banco cambiara de nombre a Banco Confía, del cual fungió como director general adjunto.
La familia completa se reunió para celebrar los 90 años de don Fernando.
Al mismo tiempo y hasta sus últimos días, fue consejero del Grupo Atlas, participando en los consejos de Seguros Atlas, Arrendadora Atlas y Fianzas Atlas.
El 6 de febrero de 1959 se casó con Carola Sandoval Peralta en la CDMX, con quien tiene cuatro hijos, Carola, Verónica, Fernando y Álvaro, 15 nietos y 4 bisnietos.
Fernando, Fernando y Fernando Lemmen-Meyer durante un viaje a Roma
Era un gran aficionado del beisbol desde niño, pero cambió el bat por los bastones de golf iniciando sus primeros hoyos en el Club de Golf La Hacienda, para posteriormente hacerse socio del más antiguo de la República: El Club Campestre de la Ciudad de México.
Falleció el 15 de junio a los 95 en su casa de Pedregal de San Ángel, dejando un ejemplo de sencillez, la facilidad de concretar objetivos de forma simple y la humildad hacia la vida. Descanse en paz.
Don Fernando con su esposa, Carola