Los paseos en esta zona, donde ocurrió el catastrófico accidente nuclear de 1986, aún causan cierta polémica. Esto deriva de la creciente popularidad del lugar como destino (las visitas aumentaron considerablemente tras el estreno de la serie Chernobyl) y de los esfuerzos del Gobierno ucraniano por consolidar a la región como un imán para turistas.
Actualmente, sólo se permiten recorridos en grupo dentro de ciertas partes de la Zona de Exclusión; es decir, el área que rodeaba a la central nuclear. Aunque los organizadores de estos tours insisten en que sus paseos son seguros, aplican algunas restricciones para el público.
Por ejemplo, los visitantes deben ser mayores de 18 años y se les pide llevar ropa que cubra gran parte de su piel, así como no tocar ninguna superficie ni objeto. Por supuesto, está prohibido desviarse del camino previamente determinado.
Las visitas suelen incluir a Chernóbil y Prípiat, ciudad vecina en la que vivían muchos trabajadores de la planta y que fue rápidamente abandonada tras el accidente. Aunque no se entra a edificios, algunas de las estructuras visibles son la rueda de la fortuna de la ciudad, un estadio, hospital y una estación de bomberos.
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