La Capilla de la Medalla Milagrosa —un templo de corte neoclásico con influencias barrocas y decorados sobre los muros de casi un siglo de antigüedad— está enterrada entre la basura y el abandono desde hace más de cinco décadas, a pesar de ser un monumento histórico por determinación de ley.
Se ha tratado de rescatar, pero el valioso inmueble sigue sepultado entre negocios en la zona de Obregón y lejos del esplendor de antaño, aunque la cronista Silvia Linet Flores ha luchado desde hace casi 20 años porque este recinto se convierta en un centro cultural y una biblioteca para el barrio de San Juan de Dios.

De acuerdo con Linet Flores este inmueble es propiedad de la Nación, pero fue vendido de manera irregular a particulares y desde hace más de medio siglo ha tenido distintas modificaciones: se fracturó el predio y su fisonomía original cambió a causa del crecimiento comercial en la zona de Obregón, la fachada original de corte neoclásico se desdibujó desde hace años y se perdió entre letreros publicitarios.

La historiadora asegura que el templo data de 1869, porque había una inscripción en la fachada que indicaba el año de su construcción, aunque otros registros advierten que la capilla se inauguró en 1925, que dos años después fue clausurada al culto religioso y que volvió a abrir en 1929, mismo año en que se instaló un altar con una escultura de mármol de carrara de la efigie de la Virgen de la Medalla Milagrosa (foto 1), que se trajo de Barcelona.
A pesar de estar dedicada a los milagros, la capilla ubicada sobre la calle Álvaro Obregón 188 ha tenido una historia desafortunada. En 1933, luego de un decreto presidencial, el recinto pasó a ser propiedad de la Nación, la escultura de la virgen se trasladó al Templo de Santa Mónica (foto 2) y en 1940 la capilla se convirtió en sede de la Casa del Obrero Mundial.

Desde entonces empezó el declive, no se le daba mantenimiento a la estructura y en 1950, tras la firma de otro decreto presidencial, se ordenó al Estado de Jalisco que el recinto se convirtiera en oficinas del Partido Revolucionario Institucional, pero poco a poco se dejaron de hacer actividades en el predio y el edificio quedó en desuso, solo con un velador a cargo.
Linet Flores se dio cuenta del abandono en el que se sumió al inmueble histórico. Durante más de 20 años vivió en el barrio de San Juan de Dios, pasaba todos los días por la capilla, sabía de su valor y desde 2003 ha emprendido distintas acciones con autoridades municipales y federales para recuperar el recinto, pero no ha tenido mucho eco.
“Los funcionarios están sentados en sus escritorios, deberían estar revisando, haciendo lo que les toca, pero son cómodos y trabajan bajo la ley del menor esfuerzo.
“No me quiero morir sin ver la capilla recuperada para uso público, quiero que sea mi legado para la Ciudad, además yo viví 20 años en ese barrio, conozco la necesidad de la gente y creo que es justo que la iglesia se convierta en un centro cultural, en una biblioteca, yo conozco a maestros que pueden dar clases de arte, también puedo conseguir acervos para formar una biblioteca”, recalca la ex trabajadora de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento tapatío, también impulsora de los Cursos de Información sobre Guadalajara.

Hasta los primeros años del siglo 21, aparecen documentos notariales sobre un presunto trámite de compra venta de la propiedad del terreno de 739 metros cuadrados, asentado en el Catastro Municipal.
Se advierte de un proceso de compra venta realizado entre Wintilo Caloca Núñez y José Luis Márquez Robles, con la anuencia del notario Juan Hernández Rivas, pero de acuerdo con un expediente del inmueble, realizado por la Dirección de Restauración de Obras de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, hay irregularidades en este trámite que datan del año 2002, cuando el panista Fernando Garza era Alcalde.

El inmueble es propiedad de la nación, no hay referencias legales ni documentales de la cesión de los derechos del Estado hacia ningún particular, se insiste en el expediente.
“Se conoce por estudios elaborados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Jalisco, así como por información que obra en el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) que las primeras modificaciones que condujeron al eventual secuestro del ingreso al monumento histórico datan del año 2002 y dichas apropiaciones ilegales se cristalizaron en el Registro Catastral del Ayuntamiento de Guadalajara en el año 2004 (cuando el también panista Emilio González era Alcalde)”, se lee en el expediente, que asegura que la capilla es propiedad nacional, de acuerdo con los decretos presidenciales de 1933 y 1950.

La directora del Centro INAH Jalisco, Alicia García Vázquez, resaltó que la institución a su cargo trabaja en el caso desde hace tiempo, que se pidió la intervención del Indaabin para recuperar el predio, pero la dependencia federal contestó que el asunto debe resolverlo la Dirección General de Administración del Patrimonio Inmobiliario Federal de la Secretaría de Hacienda, pero añadió que en todo el proceso el INAH tiene colaboración con el Ayuntamiento de Guadalajara

El Alcalde tapatío, Pablo Lemus ha asegurado que recuperará la capilla por las buenas o por las malas.

El Presidente Municipal insistió en que emprenderá un proceso de indemnización de los locales comerciales que tapan el paso al inmueble histórico con un presupuesto que podría ascender a cinco o seis millones de pesos.
“Lo que estamos haciendo es un proceso de indemnización de uno de estos locales comerciales que nos permitan el derecho de paso a esta iglesia que es propiedad federal, lo queremos hacer por las buenas, pero en caso evidentemente que los locatarios no permitan este derecho de paso a este inmueble histórico, vamos a tener que demandar el derecho de paso“, insistió Lemus.

Yo creo que hay que hacerlo por las buenas, estamos buscando la indemnización de uno de estos locales comerciales, yo calculo que pudiera rondar en cinco o seis millones de pesos para tener ya el derecho franco hacia la Capilla de la Virgen de la Medalla Milagrosa, tiene muchos elementos históricos que de verdad debemos de rescatar“, apuntó Lemus.
El Munícipe insistió en que la indemnización sería solventada por el Ayuntamiento y la rehabilitación de la capilla correría a cargo del INAH, aunque esta institución ha experimentado recortes presupuestales en los últimos dos años.