Fue el 14 de septiembre de 1983 cuando Amy Jade Winehouse abrió los ojos por primera vez, en la cuna de una familia judía con tradición en el jazz, la cual le inculcó su amor por la música desde una edad temprana.
Tras recibir su primera guitarra a los 13 años, Amy comenzó a componer sus propias piezas y a involucrarse más en su carrera artística, actuando en bares y en shows pequeños, hasta que el músico Tyler James, su entonces novio, le ayudó a entrar al negocio musical cuando tenía 13 años.
Firmó un contrato con Simon Fuller, aunque renunció a él en 2002 para ingresar a las filas de EMI gracias a que Dracus Beese, representante de Universal/Island, la descubrió y la presentó a su jefe, Nick Gatfiel, y al que sería su futuro productor, Salaam Remi.