ENTRE VIÑEDOS

Karla Gabilondo y Tania Ruiz gozaron del amanecer y las postales del Valle de Calafia.

El encuentro tuvo como propósito cambiar la visión de una vendimia tradicional y hacer de éste un viaje mágico.

La primera parada fue Puerto Nuevo, donde la langosta con frijoles y arroz, junto a un Chateau Domecq Blanco, fue la delicia de la tarde.

“Estamos muy contentos de que estén aquí estos días, porque no es una fiesta típica con un grupo enorme, sino que realmente vamos a vivir y hacer la vendimia, es decir, vamos a ir a cosechar mañana las uvas”, expresó Aurelie Skorupa, brand manager vinos de Casa Pedro Domecq, “y sí, es algo que me gustaría que recuerden durante muchísimos años, pues les aseguro que después de esto, van a disfrutar más una copa de vino, porque van a entender lo que hay atrás de ella”.

 Aurelie Skorupa, brand manager vinos Casa Pedro Domecq

A su llegada a Ensenada, los invitados se relajaron en el hotel City Express Plus para más tarde prepararse para una velada gourmet.

Ubicado en el Valle de Calafia, Bodegas Domecq abrió sus puertas para recibir a los presentes con un festival de sabores hecho por el chef Roberto Alcocer, quien acompañó sus platillos de mar con Reserva Real Viognier, Chateau Domecq Blanco, Reserva Real syrah y Chateau Domecq tinto. 

“Cada cena, comida y brunch estaban pensados para tener un maridaje perfecto y que conociéramos ingredientes frescos de la región, con chefs que nos dieron propuestas muy ricas”, dijo Tamara García Besné, diseñadora gráfica por la Ibero y directora creativa en Hotbook.

Tamara García Besné

DE LA TIERRA A LA COPA

Previo al alba, el grupo, con pinzas en mano, se encontraba listo para recorrer los campos y pizcar, actividad que catalogaron como única.

“Me encantó la experiencia de este viaje; nunca había madrugado para ir a cortar los racimos de uvas y estar en medio del viñedo. Probar y catar estos frutos alrededor de la naturaleza fue una vivencia muy bonita”, platicó la modelo Tania Ruiz, novia del ex Presidente, Enrique Peña Nieto.

“también, me gustó mucho probar el mosto de los depósitos en la barrica después de tener determinado tiempo, el ver cómo iba la fermentación y el proceso”.

Me encantó distinguir los sabores y olores de los vinos; la comparación, si es de intensidad ligera, mediana, pronunciada, además, aprender sobre los taninos. Esto permite ver un tinto o un blanco desde otra perspectiva”.

La vivencia no pudo ser la misma sin la guía de Alberto Verdeja, enólogo y gerente técnico de Bodegas Domecq, quien dirigió de principio a fin a los presentes.

“Estamos aquí reunidos pensando quién es el que cargará las cajas, quién tendrá la batuta de las tijeras, quién manejará el tractor; no vamos a tener a nadie que nos ayude, así que nos va a tocar ensuciarnos un poquito, terminar como turrones con chocolate en la cara, por eso es citarlos tan temprano por acá”, bromeó el “etnolover”, apodo con el que fue nombrado por su equipo gracias a la pasión que transmite por su trabajo.

“Las 5 de la mañana es ideal, porque es el momento en el que la uva ha estado lo más protegida posible de la temperatura y es el mejor horario para quitarle la fruta a la planta, la cual se prepara para descansar en invierno, donde tomará energía nuevamente para brotar en febrero o marzo”.

Alberto Verdeja y Aurelie Skorupa, enólogo y gerente técnico de Bodegas Domecq y brand manager vinos Casa Pedro Domecq

María Forcada

Previo al brunch de mar y tierra, elaborado por el chef Alberto Ayala, los capitalinos conocieron los pasos para hacer distintos caldos pasando por el despalillado, presado, fermentación, crianza y trasiegos entre barricas, así como otros procedimientos.

“Este encuentro me ha fascinado, pues me parece muy interesante poder presenciar todo el proceso de elaboración de esta bebida y hacer la degustación de la misma con la comida que ha estado espectacular”, comentó la arquitecta Karla Gabilondo.

Karla Gabilondo

El vino es la única obra de arte que se puede beber”.

Cerca del mediodía, los fanáticos de la vid conocieron el museo de la casa y escucharon atentos la historia que Verdeja platicó sobre cómo utilizó 10 vasijas de barro cocido que datan del siglo 16 para crear un nuevo vino.

Más tarde, visitaron la cava de Domecq en la que presenciaron una cata con la que gozaron de una experiencia sensorial.

Michelle Carlín

Por la noche, a la luz de las velas, los foodies, vestidos de blanco, asistieron a este mismo espacio lleno de barricas, lugar en el que se cerró con broche de oro con una cena diseñada por Giannina Gavaldón, quien hizo brillar aún más sus platillos con botellas de la vinícola.

“Este evento fue muy diferente por la cercanía y la atención que tuvieron con nosotros, eso fue lo que nos hizo disfrutar mucho más; tomando un poco el título, esta vendimia me hizo sentir viva otra vez, después de esta situación pandémica, me llenó de energía”, mencionó Michelle Carlín, creadora de contenidos digitales gastronómicos.

Creaciones gourmet

+ Además de la pizca de las uvas y el proceso de elaboración de los distintos caldos, los invitados disfrutaron de varios maridajes realizados por los chefs Roberto Alcocer, Alberto Ayala y Giannina Gavaldón, quienes acompañaron sus platillos con vinos de esta bodega vitivinícola.