Acompañada de su esposo, Fabián Ibarra, y sus dos hijas, María, de 18 años, y Aitana, de 14, Dominika se hospedó en el The St. Regis Punta Mita Resort, desde donde observó la majestuosidad del Océano Pacífico.
“Cuando estoy frente al mar pienso en lo hermoso que es el planeta que habitamos y en todo lo que podemos hacer para dejarlo en mejores condiciones” compartió, “el mar tiene un gran poder curativo, es muy majestuoso”.