GERALDO ALCKMIN, LA APUESTA DE LULA

Un católico conservador que ahora es compañero de fórmula de Luiz Inácio Lula da Silva. El ex Presidente brasileño escogió a su ex rival para gobernar con él en caso de ganar los comicios de mañana (02/10/22), ya que parece una selección dirigida a mejorar el atractivo del izquierdista entre los votantes centristas y fortalecer su ventaja en los sondeos preliminares sobre el Presidente derechista Jair Bolsonaro.

En junio, Lula da Silva realizó un encuentro público en un hotel de Sao Paulo con Geraldo Alckmin, quien Gobernó tres períodos el estado de Sao Paulo y que fue rival de Silva en la elección del 2006.

Nadie tiene más experiencia para ser Vicepresidente que Alckmin. Esta fórmula, no es solamente para ganar la elección. Quizás es más fácil ganar la elección que la tarea que tenemos de recuperar este país. Tenemos que hablarle a toda la sociedad: a los líderes empresariales y las personas de clase trabajadora".

¿QUIÉN ES ALCKMIN?

Alckmin, de 69 años, es un católico devoto que trabajó como médico rural cuando era joven. El político entró a la palestra en el 2001 cuando, como vicegobernador, heredó la gobernación de Sao Paulo y usó las privatizaciones para financiar inversiones estatales. Regresó al puesto en el 2011 y fue reelegido cuatro años más tarde.

Su selección por Lula da Silva es mayormente simbólica, dado que el ex Gobernador no es una figura política poderosa por sí mismo, de acuerdo con Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Isper en Sao Paulo.

Lula aún necesita relaciones más orgánicas. No existe todavía una coalición amplia. Lo que es fundamental para Lula es conseguir acuerdos con partidos centristas. Necesita reducir la resistencia de los líderes empresariales”.

Alckmin se integró recientemente al Partido Socialista Brasileño, dejando atrás al centroderechista Partido de la Socialdemocracia que cofundó hace tres décadas.

Esa partida se correspondió con su alejamiento de las políticas conservadoras en los años tras su derrota en la primera ronda de la elección presidencial del 2018.

En la campaña del 2006, Lula Silva acusó a Alckmin y sus aliados de planear la privatización casi total de las compañías estatales de Brasil.

El ex Gobernador respondió luciendo los logos de varias de esas compañías en un chaleco, diciendo que en lugar de ello las fortalecería. A su vez, acusó al ex Presidente y al Partido de los Trabajadores (PT) de tratar de comprar un expediente lleno de falsedades sobre sus aliados. Lula da Silva y su partido rechazaron las acusaciones.

UNA OPORTUNIDAD ÚNICA

Alckmin solamente consiguió 5 por ciento de los votos en la primera ronda en el 2018, cuando se postuló para la Presidencia. Lula da Silva había planeado su candidatura y era el favorito en los primeros sondeos, pero su condena por cargos de corrupción lo sacó de la contienda y le permitió al entonces candidato Bolsonaro ganar fácilmente la segunda vuelta.

Desde entonces, el máximo tribunal de Brasil falló que el juez que declaró culpable a Lula da Silva estaba sesgado y conspiró con los fiscales, despejando la vía para que el ex Presidente se presentase de nuevo a los comicios y buscar alianzas con moderados.

Alckmin ha sido comparado con el ex Vicepresidente José Alençar, que murió en 2011 y fue crucial para la campaña de Lula da Silva para atraer al centro y ganar en 2002.

UN EX GENERAL COMO COMPAÑERO

El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene como candidato a Vicepresidente a Walter Braga Netto, un ex General de la reserva que fue Ministro de la Presidencia y de Defensa durante su Gobierno.

A finales de julio de 2021, Braga Netto amenazó al presidente de la Cámara de diputados, Arthur Lira, con que no habría elecciones si no se adopta el sistema de comprobantes impresos.

Días después, Braga Netto reafirmó su apoyo al voto impreso diciendo que el deseo de los ciudadanos es que la votación tenga una “mayor transparencia y legitimidad”.

Otra de las polémicas que se le señalan al ex militar fue cuando en el aniversario del golpe de Estado de 2021 señaló que debía ser festejado.

Las Fuerzas Armadas terminaron asumiendo la responsabilidad de pacificar al país, enfrentando los desafíos de reorganizarlo y garantizar las libertades democráticas que disfrutamos hoy en día"

MILITARES, UN SOPORTE POLÍTICO

Bolsonaro, un ex capitán del Ejército de 67 años, culminará su mandato habiendo intentado convertir a las Fuerzas Armadas en un soporte político de su Gobierno, señalÓ Carlos Fico, profesor de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, especializado en historia militar.

Prueba de ello, más de 6 mil militares activos o retirados fueron nombrados en la Administración federal, con el mayor grado para el General de reserva Hamilton Mourao, Vicepresidente de Brasil.