LA DINÁMICA DE LA MOVILIDAD REGIONAL

ALLERT BROWN-GORT

Para los republicanos, la oposición a la inmigración ha sido beneficiosa para movilizar y energizar a su base, pero al costo potencial de perder a los votantes de más rápido crecimiento: los latinos y los asiático estadounidenses. 

Esto no se debe tanto a que la mayoría de estos votantes políticos consideren la inmigración como su principal problema; hay una larga historia en Estados Unidos de resistencia étnica a una mayor migración, incluso de personas de la misma etnia.

El Partido Republicano está atrapado en una dinámica que -dados los cambios demográficos- recompensa a corto plazo la oposición a la migración, aunque mantener esta postura represente riesgos a largo plazo.

Es por eso que los republicanos han insistido constantemente, desde las elecciones de 2020, que la frontera con México está “fuera de control”, y una serie de políticos republicanos han impugnado en las cortes casi todos los cambios que la administración Biden ha tratado de hacer con respecto de las leyes de la época Trump.

En cambio, para los demócratas esta ha sido una propuesta de valor relativamente clara. La mayoría de su electorado económico central depende y, cada vez más, consiste en inmigrantes. Al mismo tiempo, su electorado cultural central, las mujeres, los jóvenes y las minorías, puede tener preocupaciones, pero poco miedo, del impacto étnico o cultural de los inmigrantes.

El Partido Republicano está atrapado en una dinámica que -dados los cambios demográficos- recompensa a corto plazo la oposición a la migración, aunque mantener esta postura represente riesgos a largo plazo.

DIALÉCTICA DE LAS MIGRACIONES MEXICANA Y
CENTROAMERICANA EN EU

GENOVEVA ROLDÁN DÁVILA

En 2001 los atentados terroristas fueron el excelente pretexto para apretar más la tuerca: la migración se asocial al terrorismo, se aprueba la Ley Patriótica y se crea el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). 

Este “endurecimiento” coadyuvó al fortalecimiento de otro protagonista: el crimen organizado; migrantes muertos en el río Bravo y en los desiertos de Arizona y Texas; los minutemen y la xenofobia que ha derivado en matanzas de mexicanos y centroamericanos en territorio estadounidense.

Difícil encontrar conceptos y adjetivos diferentes a los ya dichos por muchos analistas; en estos ya casi cuatro años diremos que ha prevalecido y se ha potenciado la xenofobia racista y aporofóbica, pese a los temerosos esfuerzos del demócrata (Joe Biden).  El rechazo no ha sido a todos los extranjeros, ni a todos los miembros de grupos étnicos, se centra en los pobres de esas colectividades.

En cuanto a la política de refugio en Estados Unidos, el presidente es quien establece la cantidad de personas que pueden ser admitidas pero sin apoyos. 

En consulta con el Congreso, conoció un importante desplome en el año fiscal 2019, ya que mientras entre 2014 y 2016 el número de admisiones reales fluctuó entre 69,987 y 84,995, para ese año los admitidos fueron 30,000; en el año fiscal 2020 fue de 18,000, y para 2021 el techo se había establecido en 15,000, pero se aumentó a 62,500 en mayo de ese año (Migration Policy Institute Data Hub, 2020).

Sin embargo, en el último año la migración se encuentra en los niveles más altos de los últimos 10 años, y en su gran mayoría no son solicitantes de asilo. Lo anterior es resultado de que el desempleo de la población mexicana y del Triángulo del Norte disminuyó y se recuperó más rápido que en el caso de los nativos estadounidenses.

Casi 33% de los mexicanos labora en servicios y comercio; en construcción, minería, instalación y mantenimiento alrededor de 23%; en transporte casi 11%, y un sustantivo 4% en la agricultura. En cuanto a los migrantes del TN, en la construcción laboran, en promedio, 25%; ventas al mayoreo y menudeo, alrededor de 22%, y destaca que en el caso de la agricultura alrededor de 6.6%, aquí resaltan los guatemaltecos, que son una proporción superior a la de los mexicanos.

Su importancia se vio claramente proyectada en el comportamiento de las visas H-2A, que, pese a las dificultades, se alentó a los empleadores a su utilización. 

La economía estadounidense continúa teniendo un déficit laboral, con más de 11 millones de empleos: tan solo en el comercio al menudeo y mayoreo hay ofertas de alrededor de 11%, en el sector servicios más de 16%, y en la construcción cerca de 5% (US Bureau of Labor Statistics, 2022).

LA FRONTERA NORTE DE MÉXICO Y SU CONSTANTE EVOLUCIÓN
DE LA MOVILIDAD DE LAS PERSONAS

RODOLFO CRUZ PIÑEIRO

En la última década, la llegada de nuevos inmigrantes ha provocado cambios importantes en el panorama de las ciudades fronterizas en el norte de México, y es que, aunque no son extrañas al fenómeno de movilidad y desplazamiento, las nuevas formas en las que se han alterado las dinámicas migratorias han terminado por caracterizar a estas ciudades. 

Los distintos factores que han impactado este tipo de dinámicas en Norteamérica y Centroamérica han logrado conjugarse para presentar un fenómeno que adquiere, cada vez más, una complejidad que requiere ser explicada.

El incremento en la migración hacia los Estados Unidos y las fuertes medidas de control y restricción migratoria han provocado que las ciudades fronterizas de la frontera México-Estados Unidos se encuentren en una fase de entrampamiento o estancamiento de las poblaciones migrantes. 

Por su parte, el gobierno mexicano se ha visto rebasado por la situación y no ha sido capaz de dar una solución a este fenómeno, por lo menos para ofrecer atención a los miles de migrantes que han llegado al país y que desean transitar por su territorio. 

Es bajo este contexto que los distintos patrones de movilidad en la región han sufrido modificaciones sustanciales.

En los últimos años puede observarse un incremento sostenido de la participación de mujeres y niños en estos desplazamientos. También aparece en escena una mayor participación de poblaciones provenientes de zonas urbanas y con mayores niveles de escolaridad.

El panorama general de la dinámica migratoria en la región centro y norte del continente ha sufrido cambios importantes en los últimos años. México continúa mostrándose como un país bisagra en el que sus fronteras juegan, cada vez más, un rol de mayor control y filtro de las personas migrantes que se desplazan de sur a norte.

Por parte del gobierno estadounidense, particularmente a partir de las administraciones Trump y Biden, se ha observado un continuo proceso de deterioro de su sistema de asilo, así como una política de mayor control y securitización, aplicando normativas que complican el acceso a su territorio.