La Ciudad de los Palacios y sus habitantes, tan deseosos de esparcimiento, parecen acoger con ímpetu esos pequeños rincones donde el viaje a variopintas latitudes cabe en una copa de vino.
Descubrir y aprender, dejarse sorprender, charlar con un perfecto desconocido, prescindir de la ocasión especial para alegrar el paladar con un buen descorche… todo cabe en un wine bar. En sus barras, estanterías, mesas… el vino es vehículo y destino.
Y ahí están viendo pasar conversaciones los que apuestan por bodegas familiares, por vinos de mínima intervención, por etiquetas premiadas… Todos, microcosmos concebidos alrededor de regiones, uvas y estilos que incitan al carpe diem, porque los copeos y las añadas de hoy no serán los de mañana.
Para trazar esta ruta entre copas, acudimos a tres personajes para quienes el vino representa cotidianidad y sustento. Los somms Laura Santander, Andrés Amor y Sergio González brindan guía, comparten favoritos y hablan sobre el wine bar ideal.
Un recorrido por aquellos que en estos días merecen más de una visita, choquemos copas por los adelantados a su época. Sí, a principios del milenio, la Ciudad fue testigo de una primera ola de sitios consagrados al vino: Tierra de Vinos en la Roma, SeDé Vinos en Polanco, Bistro Du Vin en Bosques de las Lomas y Viña Gourmet en Pedregal (único sobreviviente).
El soñado
Elegantes o informales, más allá del pedigrí, la tríada de expertos considera que un buen wine bar…
+ Ofrece variedad. Aunque apueste por una zona geográfica o se apegue a una filosofía (como mínima intervención), tiene surtido de estilos.
+ Brinda muchas opciones por copeo (más que cualquier restaurante): unos 15 tintos, cinco blancos, cinco rosados, de cuatro a seis espumosos.
+ Entiende que la comida es acompañante de los vinos. Más que un menú amplio, su selección culinaria está bien pensada.
+ Sirve sus vinos en una cristalería adecuada y bien aseada.
+ Vende lo que cada uno quiera tomar, no lo que hay que rotar en el inventario.
Brutal Vinata
de Barrio
Haciéndole honor al nombre, esta tienda y wine bar es refugio para los habitantes de la San Miguel Chapultepec y alrededores. El pequeño local con su lustrada barra central y una terracita a pie de calle es un referente entre los expertos.
Sus escasos metros cuadrados no impiden dar la bienvenida, por igual, al vecino que decide hacer parada en su rutinario paseo del can, al que piensa acompañar su lectura con una copa o a quien decide destinar la tarde entera a descubrir y conversar.
En su cambiante catálogo hay alrededor de 250 referencias de casi todos los países productores. No existe carta de copeo, los descorches del día obedecen al clima y antojo de los visitantes, pero los asiduos encuentran siempre nuevas propuestas.
“Tratamos de buscar una selección distinta, dinámica, salir un poco de lo clásico y también tener algo con la tendencia actual… La selección depende de la rotación, del humor, de las cosas nuevas que encontramos”, confiesa la anfitriona Fran Riffo.
Ella es parte del encanto de Brutal y su identidad de barrio. Fran tiene ese don de leer a la gente y acercarlos al vino, de entender quién va de paso, quién en plan de exploración. Tan es así, que los recurrentes le han obsequiado ya su confianza.
Riffo buscaba en la Ciudad buena selección a precio justo, un lugar donde beber vino no fuera un lujo, un sitio casual para tomar una copa sin necesariamente comer algo… al no encontrarlo decidió (junto a Alexander Langois) crearlo. El acierto fue tal, que recién inauguraron Brutal en San Miguel de Allende.
Catálogo: 250 etiquetas; están abiertos a servirlo todo por copeo. Si la botella es premium hay un consumo mínimo de dos copas
Para picar: jamón ibérico, hummus de pepita de calabaza, burrata con miel, papas rostizadas… Imperdibles sus aceitunas Cerignola
Precios: copas desde $160 y botellas desde $380. Descorche $250 por botella
Tip: es pet friendly y los mejores días para visitarlo son los martes (hay más descorches y menos gente)
Gral. Juan Cano 42B, San Miguel Chapultepec
Ma y Mi de 13:00 a 22:30; Ju a Sá de 13:00 a 23:00 horas
Wine Bar
by CMB
En el otro extremo del espectro, está este ambicioso proyecto inaugurado en 2020. El histórico edificio de la Zona Rosa, alguna vez ocupado por el Picadilly Club, fue completamente remozado para albergar la más grande colección de vinos y destilados galardonados por el Concurso Mundial de Bruselas.
Tres plantas y una terraza regalan a los enófilos diferentes ambientes, albergan también una barra dedicada al té, espacios privados y un aula de la Escuela Mexicana de Sommeliers. Sin duda, el gran atractivo es la “librería”, donde se resguardan y exhiben las botellas premiadas.
Son alrededor de 3 mil referencias las que rotan en su catálogo a lo largo del año, todas etiquetas con medallas. La idea de Carlos Borboa y Baudouin Havaux, creadores del proyecto, era precisamente tener una oferta variada, cambiante y cuya calidad esté asegurada por el aval de la prestigiosa justa internacional.
Así pues, las opciones por copeo, exhibidas en el pizarrón a la entrada, cambian cada semana y es siempre atractiva la posibilidad de encontrar ahí algún vino con medalla gran oro.
El equipo de servicio, bajo la dirección de Manuel Negrete, la cristalería y hasta el aseo de las copas están indudablemente a la altura de lo que se ofrece.
Catálogo: 93 vinos y 89 destilados, de 10 a 15 opciones por copeo
Para picar: papas trufadas, ceviche con leche de tigre y tacos de pork belly.
Precios: copas desde $80, botellas desde $600
Tip: a menudo imparten cursos breves y tienen eventos especiales. Es de los contados lugares que ofrece vinos de China, Suiza y Moldavia
Vigneron
Diminuto, coqueto y con un gusto particular por Champagne y Borgoña. Como otros tantos wine bars citadinos, surgió por iniciativa de una importadora (Vinos Amparo) y sirve de escaparate a su portafolio.
Predomina en su catálogo el Viejo Mundo, específicamente Francia acapara 90 por ciento de la carta. El resto es de España y hay uno que otro alemán, italiano o mexicano. Pequeños productores, cultivo orgánico y vino de mínima intervención son los criterios de selección.
“Quienquiera es bienvenido. Si sabe de vino, perfecto; si no, nosotros lo guiamos. Vigneron es un lugar para descubrir qué te gusta o reafirmar tus preferencias”, comenta Romina Argüelles, gerente del lugar.
Aquí no hace falta estar de celebración para disfrutar entre burbujas, basta con acudir puntualmente al Champagne 0’clock (martes a jueves de 17:00 a 19:00 horas) para hacerse acreedor a un 20 por ciento de descuento en la champaña por copeo.
Su propuesta culinaria, platos para compartir con acento francés y americano, retoma el concepto cave à manger: un híbrido entre vinoteca y bar de tapas.
Catálogo: alrededor de 120 etiquetas, según el día de la semana ofrecen entre 8 y 10 por copeo
Para picar: lasaña allá bolognese, poros marinados con calabaza mantequilla, salsa de nuez y radicchio, plato de spreads y New York steak
Precios: copas desde $230, no se cobra descorche.
Tip: el jueves es un buen día para visitarlo y hay promo Burger & Burgundy, hamburguesa y copa de Borgoña por 400 pesos.
NIV
Se sumó al panorama citadino hace apenas unos meses. En una esquinita de la Condesa, minimalista y sobrio, con una barra semicircular que invita al descubrimiento y una selección musical que alarga sobremesas, NIV es el wine bar ligado a la importadora Climats.
Tanguy de Bodinat, encargado de la curaduría de su portafolio, tiene olfato y experiencia en hallar pequeñas bodegas familiares que se rigen bajo los principios de la viticultura orgánica y los vinos de terroir. Francia, Italia, España, Austria, Alemania y México convergen en su portafolio.
Al explorar la carta se encuentran desde propositivos pet-nats y vinos naranjas hasta clásicos de Borgoña y Piemonte. Y, para acompañar, el chef Diego Martínez ha creado una selección de platillos franco-mexicanos que cambia según la temporada. El menú es conciso, pero placentero.
Catálogo: alrededor de 80 etiquetas, ofrecen entre 10 y 12 por copeo
Para picar: babaganoush, mix de aceitunas, hummus, carpaccio de res tatemado, arroz de hongos silvestres y queso de Ocosingo
Precios: copas desde $140, botellas desde $850
Tip: el backroom oculto al fondo ofrece un ambiente entre velas, vinilos y ron infusionado en damajuana para quienes quieren seguir la fiesta.
Provocateur
La más reciente apertura de este listado. Disruptivo, irreverente, provocador… es exactamente lo que esperaríamos de un proyecto parido por Sophie Avernin, directora de Grandes Viñedos de Francia.
“Es mi sueño, llevaba años queriendo abrir esto y por fin lo logré. Es un bar de tapas, un lugar donde puedes venir a tomar vinos, copitas, donde te puedes llevar vino a tu casa… El chiste es que seamos irreverentes con el vino, que no nos lo tomemos en serio.
“No llegues buscando lo que ya conoces, llega abierto a encontrar cosas nuevas, es de lo que se trata Provocateur”, describe Avernin.
La esencia de este nuevo wine bar y tienda puede resumirse en atención al detalle, grandes copeos y tapas pensadas para exaltar la experiencia en un ambiente relajado.
Su minuciosa selección de 79 etiquetas abarca regiones de nueve países, con predominio de Francia. Lo mejor será aprovechar que casi todas pueden probarse por copeo.
La propuesta culinaria, de maridaje sin pretensiones, se inspira en las memorias culinarias de Sophie. Hay tapas con sello europeo, pero también con estilo asiático o con sabor mexicano.
Catálogo: 79 etiquetas, todas disponibles por copeo
Precios: copas desde $80, botellas desde $416
Para picar: tapa de sopa de cebolla, tapa de bánh mì, chicharrón con tapenade, queso de cabra y pico de gallo con albahaca, mousse de chocolate con aceite de olivo y sal.
Tip: no hay que perderse la oportunidad de asistir a alguna de las catas o duelos de regiones impartidos por Sophie, el buen rato está garantizado.
Guadalajara 21 A, Roma Norte
Ma y Mi de 12:00 a 23:00; Ju y Vi de 11:00 a 0:00; Sá y Do de 12:00 a 20:00
Más allá de la CDMX
Algunos wine bars al interior de la República, porque cuando se va de viaje también se antoja echar una copita…
Invino Cava y Copeo, en Monterrey
Consumidor, bodeguero e importador… al hablar de vino, David Zárate tiene la ventaja de una perspectiva 360 grados. Convencido de no querer una tienda más o un wine bar con una infraestructura imponente, apostó por un local más bien discreto en Centrito Valle.
Ahí, al lado de las enchiladas Rossy y El Pollo Loco, se encuentra la puerta de cristal que conduce a este espacio donde la carta por botella y copeo es exactamente la misma. Sí, como lo lees, todo puede probarse.
“Aquí cabe todo el mundo, desde el que siente que sabe mucho hasta el que no sabe nada. Invino es un lugar para tomar vino sin pretensiones”, comenta David.
Predominan en la selección España, Francia y México; lo cierto es que Zárate pone especial atención en ofrecer vinos que no se encuentren en otros sitios, buscar regiones diferentes a las de siempre y elegir proyectos con alma a historia.
Si lo ven cómprenlo, porque no sé si va a estar mañana, bromea David, sobre la cambiante oferta con la que sorprende a los asiduos.
Catálogo: 100 etiquetas y todo está disponible por copeo
Precios: Copas desde $120, botellas desde $240
Para picar: tabla de charcutería y panini de la casa, también puedes pedir pizzas de Milk o tacos de La Fábrica del Taco.
Tip: Los miércoles son de cata, por lo regular la mesa reúne amantes del vino de todas las edades y perfiles por lo que la buena charla está asegurada.
Côt Winehood, en Cancún
Hace dos años que este sitio se inauguró en Cancún para convertirse en favorito de conocedores y neófitos. Luz cálida y acentos en madera le dan un aire acogedor. Al centro, la gran barra, donde ocurre buena parte de la acción.
“Es un espacio dedicado a vinos de todo el mundo, aunque la mayor oferta es de Francia e Italia. Lo que queremos es que la gente disfrute y aprenda sobre el mundo del vino.
“Tenemos 500 etiquetas, la mayoría de bodegas pequeñas que trabajan en biodinámico, orgánico, natural… son vinos que difícilmente encuentras en México o en grandes superficies y supermercados”, describe Alejandra Venegas.
Côt Winehood tiene selecciones fuera de serie, vinos de regiones poco exploradas, como Hungría y Croacia, uvas que no son las de siempre y una de las mejores ofertas por copeo del País: de 15 a 20 etiquetas por categoría.
La experiencia se redondea con un buen servicio, cristalería correcta y platos sencillos, pero acertadamente pensados para el maridaje: toasts, baguettes, tablas de quesos y embutidos…
Catálogo: 500 etiquetas, 85 por copeo
Precios: copas desde $130, botellas desde $700
Para picar: las especialidades de la casa son steak tartare, terrina de foie y tacos de pato
Tip: los fines de semana hay música en vivo.
Blvd. Cumbres Supermanzana 310 Manzana 109 L 4, Residencial Cumbres, Cancún
Lu a Sá de 17:00 a 1:00 horas
La Mantequería, en Guadalajara
Hace 15 años que Francisco Acosta, mejor conocido como el Wero Cham, se dedica a la importación y distribución de vinos, y a los viajes enogastronómicos, pero faltaba en su proyecto un espacio propio y decidió entonces replicar el concepto madrileño de las mantequerías.
“Las mantequerías son estos lugares donde venden vino, pero aceites, queso, pan, aceitunas, tapitas… Y en cuanto llegas, sin preguntar, te dan unas aceitunas o un pedacito de jamón y luego ya te van abriendo vinos por copeo o cositas para que compres”, describe.
Claro, esta tienda y wine bar sirve como vitrina al portafolio de su distribuidora (70 por ciento de las etiquetas son propias) y se complementa con selecciones especiales. Aquí la balanza está pareja: 50 por ciento vino de importación, 50 por ciento nacional.
“Todos los vinos que tenemos se pueden copear y además tenemos una selección de cuatro top en Enomatic, siempre tenemos Latour, Lafite, Opus One, Vega Sicilia… y la gente puede pedir una onza, media copa, o copa completa”, agrega el Wero.
En La Mantequería la oferta de productos y antojos que acompañan el disfrute de un vino también está diferenciada. Charcutería elaborada por cocineros locales, quesos de Atotonilco, Tequila, Acatic… conservas de ostión, abulón y mejillón de Tatanka, en La Paz, ’nduja de Pangea… hay más de una delicia que no podrá encontrarse fácilmente en algún otro lado.
Parejas, grupos de amigos, oficinistas de la zona… este sitio los ha conquistado a todos. Especialmente los jueves y viernes por la tarde noche hay casa llena. Y pronto empezarán a ganar adeptos por otros rumbos, pues están por abrir en Puerto Morelos, Quintana Roo.
Catálogo: alrededor de 300 etiquetas, todo disponible por copeo
Para picar: baguettes, pizzas, tablas mixtas, charcutería, quesos, conservas…
Precios: copas desde $120, botellas desde $350
Tip: visitas de enólogos, take overs de chefs como Eduardo Morali y Alfredo Villanueva, tardes de pizzas o paellas… en su agenda de eventos siempre hay algo atractivo.
Blvd. Puerta de Hierro 5278-4, Puerta de Hierro, Zapopan
Lu a Ju 12:00 a 22:00; Vi y Sá de 12:00 a 00:00
Información/Fuente: Teresa Rodríguez y Nayeli Estrada
Fotos: Cortesía, redes sociales y canva
Edición y diseño: Sandra Acevedo
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